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Domingo, 24 de Julio de 2016

El día a día de los conquistadores en Asturica

'Astures y Romanos' han comenzado este año a pie de calle en Asturica. El impulsor de la recreación histórica y buen conocedor de este periodo de la historia, Fernando Bariales, ofrecía este sábado en La Ergástula la primera conferencia del ciclo que se extenderá a lo largo de la próxima semana, desvelando como era un día en la vida de un romano en esta ciudad administrativa del convento asturicense

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Fernando Barriales trató numerosos aspectos de los romanos de Astúrica, desde las actividades comunes hasta algunas más curiosas, como la medida del sol, que durante el día usaban las sombras y durante la noche un tanque de agua agujereado, y en función de lo lleno que estuviese, era más tarde o más temprano. Aunque con este sistema rudimentario era muy complicado saber la hora exacta.

 

Barriales destacó aspectos como que los romanos eran gente madrugadora, a excepción de los ancianos y la gente de una clase social superior, que eran los únicos que podían permanecer en su lecho unas horas más. Este lecho se caracterizaba por tener un simple camastro, un arca, un vaso para beber agua, un recipiente parecido a nuestro orinal, y lo más importante, una alfombra que les aislara del frio del suelo. Este dormitorio era conocido con el nombre de cubículo, y las parejas no solían compartirlo. 

 

Respecto a las vestimentas, tenían elementos que simulaban nuestra ropa interior, y los niños llevaban una tira en la túnica que simbolizaba que aún no podían mantener relaciones.

 

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Las ciudades romanas estaban decoradas de manera sorprendente para llamar la atención de los visitantes, aunque a los ciudadanos no les sorprendía nada de la ostensiva decoración. Las calles de Astúrica estaban plagadas de hombres, ya que las mujeres se solían dedicar a las tareas domésticas. Los hombres trabajaban, se reunían para charlar o para ir al barbero o a las termas.

 

La mayoría de los hombres que iban a los barberos de la época preferían soportar el dolor de la depilación antes que un afeitado, ya que un simple corte podría marcarles una cicatriz de por vida. Además, en situaciones de desgracia no se cortaban el pelo, como hizo Julio César al perder la Guerra de las Galias. Barrales también destacó la existencia de una herramienta similar a las tenacillas de las mujeres, que servía para rizar el pelo.

 

El concejal de Fiestas, Javier Guzmán, junto con el presidente de la Asociación de Astures y Romanos de Astorga, José Luis Carro, se encargaron de presentar al ponente que sustituyó en el estrado al profesor Emilio Campomanes que no pudo asistir por un grave problema de salud.

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