El fuego purificador del héroe astur despide la fiesta hasta el año que viene

La Fiesta de Astures y Romanos ha finalizado este domingo entre los vítores y la alegría de los romanos vencedores de los Ludus Apolinaris, y el recogimiento en el entierro del héroe astur Gausón. La recreación histórica que devuelve durante cuatro días a la ciudad a los tiempos de la conquista romana, ha concluido con las calles llenas de visitantes y curiosos por vivir en primera persona una fiesta construida con la base histórica de lo que hace más de 2.000 años ocurrió en estas tierras al oeste del río Astura (el Esla).

Entre piques y chanzas, los astures y romanos se vieron las caras en la Plaza Mayor de Asturica para reconocer que este año los mejores en el circo han sido los conquistadores. El césar Octavio Augusto y el caudillo astur Sebius se encargaron de entregar los premios a los ganadores de los juegos y del concurso de catapultas, después del desfile en honor de los vencedores que partía del campamento de El Melgar. 

Una vez concluida la ceremonia de reconocimiento a los ganadores, las tribus astures y los grupos de romanos se encaminaron de nuevo al campamento, para mostrar su respeto al valeroso Gausón, el héroe que murió en la guerra que los astures libraron contra el Imperio. 

La ceremonia cargada de simbolismo finalizaba con la purificación mediante el fuego del espíritu del astur, cuyas cenizas fueron esparcidas por la tierra que defendió con heroicidad. Antes había tenido lugar la ofrenda de los elementos de la Naturaleza: la tierra que "amaste y protegiste", el aire que "te dio aliento en la lucha", el agua "como símbolo de la fertilidad para que tu pueblo nunca desaparezca", y el fuego "purificante para que su llama y su luz te guían a Letavia".

Y así, con las últimas luces del día, el fuego protagonizó el cierre de la recreación histórica de los antepasados de Asturica Augusta.