Entrevista a Azucena de la Fuente
"Es importante haber retomado en Veguellina esta cultura cinematográfica para refrescar a las nuevas generaciones"
La actriz Azucena de la Fuente ha venido a Veguellina de Órbigo para participar en el coloquio sobre Margarita Alexandre en el Festival Luna de Cortos. Actriz, directora, productora y guionista actualmente vie a caballo entre España y Estados Unidos. En Los Ángeles participa en montajes teatrales como actriz con la Fundación Bilingüe de las Artes, una prestigiosa compañía fundada en el año 1973 por Carmen Zapata y Margarita Galbán.
![[Img #23503]](upload/img/periodico/img_23503.jpg)
Eloy Rubio: Está en un pueblo de León, Veguellina de Órbigo. No es la América profunda pero de noche se invoca a la luna de agosto, -que este año será mínima, en creciente- para ver en una placita, la de Elena Santiago, proyecciones de cortos. ¿Qué sensaciones le produce este suceso? Imagínese niña, de siete años en esa plaza comiendo pipas.
Azucena de la Fuente: Pues, fantástico, como de cuento o de sueño, dicho así una niña, en un pueblo de agosto, dentro de la fantasía que solo el ruido de las pipas disiparían, me parecería un sueño realmente…
¿Qué puede aportar un festival como el de Veguellina a los jóvenes que quieren iniciarse en el cine o qué aporta también a la afición por el cine?
En el caso de Veguellina que ha sido una población que tuvo dos o tres cines, creo que es importante haber retomado esta cultura cinematográfica que ha existido, para refrescar a las nuevas generaciones… Luego como hay tantas secciones en este festival cada una de ellas puede tener un público diferente… Es para refrescar aquel pasado de las pipas, pero con una nueva energía.
¿Cómo se entra en un personaje que no se conoce, o que tal vez ni siquiera existe?
Por ejemplo, el último trabajo que yo he hecho para una obra de teatro, en Los Ángeles, era sobre una monja que era la antagonista. Yo me decía, cómo preparo esto. Ya en el año 2014 había trabajado en España un monólogo de Ramón García sobre Santa Teresa de Jesús. Con lo que ya tenía un trabajo previo para abordar el personaje de la monja. Pero claro esta monja es de la actualidad y es la mala de la película. Se trataba de la mala de una comedia, un personaje que se transforma, no está a gusto consigo misma y se produce una especie de catarsis que la lleva a dejar los hábitos y cumplir su sueño de ser escultora. Para abordar este personaje me puse ante el texto y me dejé sentir, también me fui a hablar con unas monjas de Los Ángeles, con la intención de conocer su rutina diaria. Yo hago hincapié sobre todo en conocer el contexto de los personajes, dónde y cómo se mueven.
¿Habría algún personaje que le fuera imposible de representar? Lo pregunto, porque tal vez sea cierto que nos podemos poner en el lugar del otro o de la otra, pero solo hasta cierto punto. Hay personajes que nos costarían más. No sé si los que están en este mundillo tienen mayor habilidad para empatizar. A menudo tienen que representar vidas de criminales y lo hacéis, pero ¿cómo entrar de veras en el personaje?
Yo hice una prueba para ‘el Consejero’, de Ridley Scott, hace de esto cuatro años y el personaje que yo tenía que representar era una jefa del narcotráfico y que además había asesinado a su esposo. Un personaje tan alejado de mí cuya acción se desarrollaba en la frontera entre México y Texas. Lo que me propuse fue conocer muy bien la zona geográfica en la que se producen los sucesos, intentaba entender el contexto para entrar en la razón del narcotráfico, en sus conflictos. Vivir allí una temporada, en El Paso, en Tijuana, me ayudó mucho para comprender por qué precisamente allí. El tema de Ciudad Juárez, las cabezas cortadas vistas en internet, lo espeluznante del asunto. Nada que ver conmigo, nada. ¿Cómo puede ser posible que eso entre en la mente de un ser humano? Pues hay que entenderlo…Así me fui con un amigo a la cárcel de Villanubla, en Valladolid. A través de El Norte de Castilla me pusieron en contacto con el director y con tan buena suerte que había una celda que era de una mujer que había asesinado a su marido y que había sido traficante de drogas…
![[Img #23500]](upload/img/periodico/img_23500.jpg)
También ha dirigido 'Sueño de una mujer despierta', un cortometraje contra la violencia de género, que fue preseleccionado para los Oscar de 2003 ¿Cómo puede ayudar el cine en la sensibilización de este tipo de temas?
Pues concretamente este cortometraje 'Sueño de una mujer despierta', que es uno de los primeros que se hicieron sobre el tema de la violencia de género, rodado en el 2002 y en 35 mm, aparte de tener una trayectoria cinematográfica, ha tenido una trayectoria a lo largo del tiempo, porque aún se sigue proyectando y cumpliendo una labor social en ayuntamientos, colegios, diputaciones, museos. En el casino de Aranjuez lo pusieron para recaudar fondos para un asunto de beneficencia, incluso se ha utilizado en terapias de psicología. Ha sido largamente utilizado como herramienta de concienciación social contra la violencia de género. Y luego ha ganado muchos premios, el último de los cuales fue en Bangladesh, donde hay mucha violencia de género y curiosamente el jurado estaba compuesto solo por hombres, que me resultó muy curioso.
![[Img #23502]](upload/img/periodico/img_23502.jpg)
Ha trabajado con directores de distinto 'pelaje', Carlos Saura, Vicente Aranda, Pedro Almodovar, Ray Loriga, etc. ¿Qué aportan cada uno de ellos a la película que hacen, si esencial que esté ese director u otro? ¿Qué sucedería por ejemplo si ‘La flor de mi secreto’ en lugar de haberla dirigido Almodóvar, lo hubiera hecho Carlos Saura? ¿Los actores cuando están bajo la batuta de un director/a en qué medida os dejan aportar cierta singularidad’?
Las investigaciones que yo hago para elaborar mi personaje para documentarme y para hacerlo creíble y que posea una arquitectura interna yo lo hago para cualquier medio, lo mismo me da cine que radio o publicidad.
Y luego cada personaje y cada director tiene su propio mundo y por ello la ’La flor de mi secreto’ dirigida por Carlos Saura sería irreconocible, con otro tipo de actores y luego los actores lo que podemos aportar a las historias es, aparte de nuestro físico, es nuestra alma. En definitiva ese es el tema de la actuación, que somos nosotros, pero también somos otros. ¿Ves a Nuria Espert o ves al personaje? Yo creo que ahí lo que hay que acometer es una fusión.
Eloy Rubio: Está en un pueblo de León, Veguellina de Órbigo. No es la América profunda pero de noche se invoca a la luna de agosto, -que este año será mínima, en creciente- para ver en una placita, la de Elena Santiago, proyecciones de cortos. ¿Qué sensaciones le produce este suceso? Imagínese niña, de siete años en esa plaza comiendo pipas.
Azucena de la Fuente: Pues, fantástico, como de cuento o de sueño, dicho así una niña, en un pueblo de agosto, dentro de la fantasía que solo el ruido de las pipas disiparían, me parecería un sueño realmente…
¿Qué puede aportar un festival como el de Veguellina a los jóvenes que quieren iniciarse en el cine o qué aporta también a la afición por el cine?
En el caso de Veguellina que ha sido una población que tuvo dos o tres cines, creo que es importante haber retomado esta cultura cinematográfica que ha existido, para refrescar a las nuevas generaciones… Luego como hay tantas secciones en este festival cada una de ellas puede tener un público diferente… Es para refrescar aquel pasado de las pipas, pero con una nueva energía.
¿Cómo se entra en un personaje que no se conoce, o que tal vez ni siquiera existe?
Por ejemplo, el último trabajo que yo he hecho para una obra de teatro, en Los Ángeles, era sobre una monja que era la antagonista. Yo me decía, cómo preparo esto. Ya en el año 2014 había trabajado en España un monólogo de Ramón García sobre Santa Teresa de Jesús. Con lo que ya tenía un trabajo previo para abordar el personaje de la monja. Pero claro esta monja es de la actualidad y es la mala de la película. Se trataba de la mala de una comedia, un personaje que se transforma, no está a gusto consigo misma y se produce una especie de catarsis que la lleva a dejar los hábitos y cumplir su sueño de ser escultora. Para abordar este personaje me puse ante el texto y me dejé sentir, también me fui a hablar con unas monjas de Los Ángeles, con la intención de conocer su rutina diaria. Yo hago hincapié sobre todo en conocer el contexto de los personajes, dónde y cómo se mueven.
¿Habría algún personaje que le fuera imposible de representar? Lo pregunto, porque tal vez sea cierto que nos podemos poner en el lugar del otro o de la otra, pero solo hasta cierto punto. Hay personajes que nos costarían más. No sé si los que están en este mundillo tienen mayor habilidad para empatizar. A menudo tienen que representar vidas de criminales y lo hacéis, pero ¿cómo entrar de veras en el personaje?
Yo hice una prueba para ‘el Consejero’, de Ridley Scott, hace de esto cuatro años y el personaje que yo tenía que representar era una jefa del narcotráfico y que además había asesinado a su esposo. Un personaje tan alejado de mí cuya acción se desarrollaba en la frontera entre México y Texas. Lo que me propuse fue conocer muy bien la zona geográfica en la que se producen los sucesos, intentaba entender el contexto para entrar en la razón del narcotráfico, en sus conflictos. Vivir allí una temporada, en El Paso, en Tijuana, me ayudó mucho para comprender por qué precisamente allí. El tema de Ciudad Juárez, las cabezas cortadas vistas en internet, lo espeluznante del asunto. Nada que ver conmigo, nada. ¿Cómo puede ser posible que eso entre en la mente de un ser humano? Pues hay que entenderlo…Así me fui con un amigo a la cárcel de Villanubla, en Valladolid. A través de El Norte de Castilla me pusieron en contacto con el director y con tan buena suerte que había una celda que era de una mujer que había asesinado a su marido y que había sido traficante de drogas…
También ha dirigido 'Sueño de una mujer despierta', un cortometraje contra la violencia de género, que fue preseleccionado para los Oscar de 2003 ¿Cómo puede ayudar el cine en la sensibilización de este tipo de temas?
Pues concretamente este cortometraje 'Sueño de una mujer despierta', que es uno de los primeros que se hicieron sobre el tema de la violencia de género, rodado en el 2002 y en 35 mm, aparte de tener una trayectoria cinematográfica, ha tenido una trayectoria a lo largo del tiempo, porque aún se sigue proyectando y cumpliendo una labor social en ayuntamientos, colegios, diputaciones, museos. En el casino de Aranjuez lo pusieron para recaudar fondos para un asunto de beneficencia, incluso se ha utilizado en terapias de psicología. Ha sido largamente utilizado como herramienta de concienciación social contra la violencia de género. Y luego ha ganado muchos premios, el último de los cuales fue en Bangladesh, donde hay mucha violencia de género y curiosamente el jurado estaba compuesto solo por hombres, que me resultó muy curioso.
Ha trabajado con directores de distinto 'pelaje', Carlos Saura, Vicente Aranda, Pedro Almodovar, Ray Loriga, etc. ¿Qué aportan cada uno de ellos a la película que hacen, si esencial que esté ese director u otro? ¿Qué sucedería por ejemplo si ‘La flor de mi secreto’ en lugar de haberla dirigido Almodóvar, lo hubiera hecho Carlos Saura? ¿Los actores cuando están bajo la batuta de un director/a en qué medida os dejan aportar cierta singularidad’?
Las investigaciones que yo hago para elaborar mi personaje para documentarme y para hacerlo creíble y que posea una arquitectura interna yo lo hago para cualquier medio, lo mismo me da cine que radio o publicidad.
Y luego cada personaje y cada director tiene su propio mundo y por ello la ’La flor de mi secreto’ dirigida por Carlos Saura sería irreconocible, con otro tipo de actores y luego los actores lo que podemos aportar a las historias es, aparte de nuestro físico, es nuestra alma. En definitiva ese es el tema de la actuación, que somos nosotros, pero también somos otros. ¿Ves a Nuria Espert o ves al personaje? Yo creo que ahí lo que hay que acometer es una fusión.