Una Virgen que solo sale al apagar las nieves
Cuando en el Teleno ya no se divisa ni una rayita de nieve y la reguera del pueblo de Valdespino apenas hace una semana que no lleva ni gota, se celebra la fiesta de la Virgen de las Nieves. Le correspondería el 5 del mes de agosto, pero en la actualidad se ha trasladado para el primer fin de semana de dicho mes, coincidiendo en ello con multitud de fiestas de la contorna. Mejor sería que fuese el día que le toca
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La Virgen de las Nieves de Valdespino viene procesionando desde el siglo XVI, sale de su ermita y desciende hasta el crucero, el más artístico de la maragatería, obra de canteros gallegos, vuelve a pasar por delante de su morada, para continuar hasta la iglesia parroquial.
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Allí mientras voltean las campanas hasta agotar el resuello, se dice misa de fiesta. Ya no hay jóvenes que revoloteen las campanas como estos cincuentones, a pesar de que se desfonden enseguida, cinco o seis minutos a lo más.
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Cada año precedida de solemne novenario, el sábado siguiente al 5 de agosto, se celebra en Valdespino la fiesta en honor de las Nieves. Es, según José Manuel Sutil, el día de la cita de los maragatos del pueblo en torno a su querida Virgen. Los maragatos emigrados regresan ese día desde puntos distantes de la geografía española para pujar las andas de la efigie, recordar la infancia subiendo al campanario y comer familiarmente unas chuletillas de cordero.
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La Virgen de las Nieves de Valdespino viene procesionando desde el siglo XVI, sale de su ermita y desciende hasta el crucero, el más artístico de la maragatería, obra de canteros gallegos, vuelve a pasar por delante de su morada, para continuar hasta la iglesia parroquial.
Allí mientras voltean las campanas hasta agotar el resuello, se dice misa de fiesta. Ya no hay jóvenes que revoloteen las campanas como estos cincuentones, a pesar de que se desfonden enseguida, cinco o seis minutos a lo más.
Cada año precedida de solemne novenario, el sábado siguiente al 5 de agosto, se celebra en Valdespino la fiesta en honor de las Nieves. Es, según José Manuel Sutil, el día de la cita de los maragatos del pueblo en torno a su querida Virgen. Los maragatos emigrados regresan ese día desde puntos distantes de la geografía española para pujar las andas de la efigie, recordar la infancia subiendo al campanario y comer familiarmente unas chuletillas de cordero.
