Homenaje al filósofo de La Cepeda
Un hijo de Ángel González álvarez, el alcalde astorgano, y un filósofo fueron los encargados de recordar la vida y las acciones del cepedano que tiene un colegio en Astorga.
![[Img #23777]](upload/img/periodico/img_23777.jpg)
Fue el alcalde de Astorga, Arsenio García, quien inició el homenaje recordando los primeros datos que recordaba del homenajeado. El regidor también hizo un pequeño recorrido por la carrera profesional de González Álvarez, destacando su labor en la evolución de la educación en la provincia leonesa, especialmente en la creación de institutos.
Además de la apertura de centros, fue el encargado de conseguir un nuevo edificio para Astorga y que se situaría en la calle Los Sitios, pues el que había ya estaba anticuado. García, por encima de todo, quiso resaltar la calidad humana que tenía el homenajeado, ya que ayudaba a todos los estudiantes, especialmente si descendían de su tierra. El alcalde concluyó su intervención asegurando que todos los astorganos "le debemos algo a Ángel González Álvarez".
A continuación fue el turno del filósofo Rogelio Blanco, otro cepedano orgulloso de su tierra y de sus gentes, que aprovechó la ocasión por felicitar al Ayuntamiento por la instalación del monolito de la rotonda de La Cepeda.
Blanco, tras elogiar la carrera filosófica de su paisano de comarca, comentó el contacto que había tenido él con las obras del González Álvarez. También aseguró que se trataba de un profesor ejemplar: atento con sus alumnos y con una exposición clara y ordenada en sus clases. El filósofo cepedano también se mostró orgulloso por la participación de su compañero en congresos internacionales.
En el homenaje también se destacó la serenidad con la que González Álvarez fue capaz de ocupar el puesto dejado por Ortega y Gasset en la Cátedra de Metafísica de la Universidad de Madrid, ganándose el respeto de todos y manteniendo intactos sus principios.
Para finalizar, el hijo del fallecido hizo otro recorrido por la vida de su padre, deteniéndose en la experiencia que tuvo su hermano mayor –recientemente fallecido- como alumno de su propio padre. José María González también destacó el especial cariño que mostraba su adre con los estudiantes leoneses, y lo calificó como “un paisano ilustre de esta tierra cepedana”.
José María, en nombre de sus hermanos, agradeció este homenaje en el primer centenario del nacimiento de su padre, y aseguró que a pesar de que solo el mayor de los hermanos había nacido en León, todos se sentían de esta tierra, especialmente porque el título de su padre como hijo predilecto de Astorga siempre estuvo colgado en las paredes de sus casas.
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Fue el alcalde de Astorga, Arsenio García, quien inició el homenaje recordando los primeros datos que recordaba del homenajeado. El regidor también hizo un pequeño recorrido por la carrera profesional de González Álvarez, destacando su labor en la evolución de la educación en la provincia leonesa, especialmente en la creación de institutos.
Además de la apertura de centros, fue el encargado de conseguir un nuevo edificio para Astorga y que se situaría en la calle Los Sitios, pues el que había ya estaba anticuado. García, por encima de todo, quiso resaltar la calidad humana que tenía el homenajeado, ya que ayudaba a todos los estudiantes, especialmente si descendían de su tierra. El alcalde concluyó su intervención asegurando que todos los astorganos "le debemos algo a Ángel González Álvarez".
A continuación fue el turno del filósofo Rogelio Blanco, otro cepedano orgulloso de su tierra y de sus gentes, que aprovechó la ocasión por felicitar al Ayuntamiento por la instalación del monolito de la rotonda de La Cepeda.
Blanco, tras elogiar la carrera filosófica de su paisano de comarca, comentó el contacto que había tenido él con las obras del González Álvarez. También aseguró que se trataba de un profesor ejemplar: atento con sus alumnos y con una exposición clara y ordenada en sus clases. El filósofo cepedano también se mostró orgulloso por la participación de su compañero en congresos internacionales.
En el homenaje también se destacó la serenidad con la que González Álvarez fue capaz de ocupar el puesto dejado por Ortega y Gasset en la Cátedra de Metafísica de la Universidad de Madrid, ganándose el respeto de todos y manteniendo intactos sus principios.
Para finalizar, el hijo del fallecido hizo otro recorrido por la vida de su padre, deteniéndose en la experiencia que tuvo su hermano mayor –recientemente fallecido- como alumno de su propio padre. José María González también destacó el especial cariño que mostraba su adre con los estudiantes leoneses, y lo calificó como “un paisano ilustre de esta tierra cepedana”.
José María, en nombre de sus hermanos, agradeció este homenaje en el primer centenario del nacimiento de su padre, y aseguró que a pesar de que solo el mayor de los hermanos había nacido en León, todos se sentían de esta tierra, especialmente porque el título de su padre como hijo predilecto de Astorga siempre estuvo colgado en las paredes de sus casas.






