Respuesta a los artículos publicados bajo el título: 'Las falsedades de Acción Red'
“¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!”
-Jonathan Swift-
Señor Carlos Martínez, me dirijo a usted sin saber si es un lector como usted dice o se trata de un trabajador del medio digital en el que le publican semejantes exabruptos y maledicencias sobre otro medio de comunicación. Las aseveraciones son contundentes en proporción a su rencor revenido y casi atávico al comunismo, solo le faltaba lo de rojo para aproximarnos a su “azul” de cinchas por encima de la sotana. ¿Se esconde bajo sus hábitos el director de Astorga Digital?; dijo Matthew Lewis en “El Monje”, que el hábito no hace al monje pero oculta sus erecciones, pues entonces, señor estridente, aproveche sus calenturas para otros menesteres y no insulte las capacidades del otro, porque si no sabremos de su escaso recorrido, sabremos que planea la camisa vieja sobre su mundo de español autorizado por rutas imperiales. Y sí, señor de aspecto mayor, destilan sus escritos elixires y esencias de su infancia, la cual imagino poco democrática, años que producen fijaciones y aficiones que cuando uno madura se hacen más sebosas y propensa a despreciar a las mujeres: “donde el feminismo radical se instaló y tanto daño hizo en las elecciones pasadas a la candidatura del PSOE”. (1)
El verdadero español habla de consorte, recurre a ejemplos de colegio, o chistes de cuartel: purito clasismo de casino. Se permite entrar en aspectos personales ajenos a un asunto que bien se podría tratar de “manera democrática”, que parece gustarle tanto. Aludir a otros, léase familiares, es de una vulgaridad propia de un provincianismo en el que se mueve su discurso próximo a la delación por judaizante, el de las camisas negras o pardas incluso azules, caminan por su laringe siniestra, por su mente inquebrantable e imperial. No es pensar, donde no se establecen cortapisas, pero si el actuar por medio insultos, nombres explícitos, (¿qué pinta el concejal de IU en este asunto?), ninguneos varios… a fin de hundir vidas. Y ya que juega a las etiquetas: les llama, comunista, izquierda ultramontana, Pravda…, (2) ¿qué opina de su propio aserto, de su fascismo vulgar?: muerte a la inteligencia.
Pero la diferencia está en que usted siendo antidemócrata (“Desterremos a los antidemócratas de Astorga”) (3), no se le desterrará nunca, nuestro corazón es muy grande y el respeto hacia nuestros semejantes, aún más. Así nos lo enseñó Faustino Santos. Es de agradecer lo del flautista de Hamelín, aquí también existen diferencias, crecimos con fantasías y utopías, y no con montañas nevadas, prieta las filas y el vale quien sirve. Sobre financiaciones y gastos en su medio, en el que escribe o regenta, ¿lo financia el señor del “tamayazo” o “leyenda del Nebrija”?
(1), (2) y (3) se refieren a palabras textuales extraídas de los escritos de Carlos Martínez.
“¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!”
-Jonathan Swift-
Señor Carlos Martínez, me dirijo a usted sin saber si es un lector como usted dice o se trata de un trabajador del medio digital en el que le publican semejantes exabruptos y maledicencias sobre otro medio de comunicación. Las aseveraciones son contundentes en proporción a su rencor revenido y casi atávico al comunismo, solo le faltaba lo de rojo para aproximarnos a su “azul” de cinchas por encima de la sotana. ¿Se esconde bajo sus hábitos el director de Astorga Digital?; dijo Matthew Lewis en “El Monje”, que el hábito no hace al monje pero oculta sus erecciones, pues entonces, señor estridente, aproveche sus calenturas para otros menesteres y no insulte las capacidades del otro, porque si no sabremos de su escaso recorrido, sabremos que planea la camisa vieja sobre su mundo de español autorizado por rutas imperiales. Y sí, señor de aspecto mayor, destilan sus escritos elixires y esencias de su infancia, la cual imagino poco democrática, años que producen fijaciones y aficiones que cuando uno madura se hacen más sebosas y propensa a despreciar a las mujeres: “donde el feminismo radical se instaló y tanto daño hizo en las elecciones pasadas a la candidatura del PSOE”. (1)
El verdadero español habla de consorte, recurre a ejemplos de colegio, o chistes de cuartel: purito clasismo de casino. Se permite entrar en aspectos personales ajenos a un asunto que bien se podría tratar de “manera democrática”, que parece gustarle tanto. Aludir a otros, léase familiares, es de una vulgaridad propia de un provincianismo en el que se mueve su discurso próximo a la delación por judaizante, el de las camisas negras o pardas incluso azules, caminan por su laringe siniestra, por su mente inquebrantable e imperial. No es pensar, donde no se establecen cortapisas, pero si el actuar por medio insultos, nombres explícitos, (¿qué pinta el concejal de IU en este asunto?), ninguneos varios… a fin de hundir vidas. Y ya que juega a las etiquetas: les llama, comunista, izquierda ultramontana, Pravda…, (2) ¿qué opina de su propio aserto, de su fascismo vulgar?: muerte a la inteligencia.
Pero la diferencia está en que usted siendo antidemócrata (“Desterremos a los antidemócratas de Astorga”) (3), no se le desterrará nunca, nuestro corazón es muy grande y el respeto hacia nuestros semejantes, aún más. Así nos lo enseñó Faustino Santos. Es de agradecer lo del flautista de Hamelín, aquí también existen diferencias, crecimos con fantasías y utopías, y no con montañas nevadas, prieta las filas y el vale quien sirve. Sobre financiaciones y gastos en su medio, en el que escribe o regenta, ¿lo financia el señor del “tamayazo” o “leyenda del Nebrija”?
(1), (2) y (3) se refieren a palabras textuales extraídas de los escritos de Carlos Martínez.