Valores humanos irremplazables
Después de un fin de semana cargado de decepciones, indignación y bochornosos acontecimientos dentro del colectivo socialista, empieza una semana aparentemente tranquila de metas cumplidas pero con mucho trabajo por delante dentro de un colectivo ilusionado y risueño, que aunque de rango menor, a simple vista demuestra mayor compromiso con la sociedad que los de rango mayor, independientemente de la edad, la experiencia y la madurez.
Porque mientras en algunos lugares, hace unos días, estallaban bombas de destrucción masiva, en otros aún existía la esperanza, que hecha realidad sacaba adelante un proyecto que denota que todavía no está todo perdido, que sigue habiendo gente dispuesta a luchar y conseguir sus objetivos. Que aún quedan personas que siguen creyendo en aquello de que "podrán cortar todas las flores, pero jamás pondrán detener la primavera".
Con este preámbulo de emociones, intento poner de manifiesto aquello que floreció el pasado sábado día uno de octubre, cuando celebrábamos en la Biblioteca Municipal de Astorga el acto de refundación de Juventudes Socialistas de Astorga. En base a ello, he de decir que es para mí un honor saludaros como Secretaria General de esta agrupación juvenil y representar con ello la expresión viva de la energía, la iniciativa y el espíritu combativo de las y los jóvenes que me acompañan en tan ardua tarea.
Empezando por el principio, reconozco que, hace unos meses, cuando comencé a desarrollar la idea de llevar a cabo este proyecto, tenía un poco de miedo. Actualmente, y frente a la crisis de conciencia que vivimos, no es fácil captar la atención de los sectores mas jóvenes de la sociedad en actividades políticas y puede incluso resultar extraño que un joven decida involucrase en la vida pública. Pero en general, lo que no podemos negar es que todos nos sentimos identificados con nuestras ideas y que la mayoría de nosotros coincidimos en el compromiso de querer cambiar la realidad, consiguiendo que ésta se acerque más a determinados temas y problemas que nos interesan y afectan de forma conjunta.
Libertades, garantías, recursos, servicios o el propio Estado del Bienestar, son los derechos que más demandamos y, precisamente, los que menos recibimos. Por eso, es tan necesario como importante que las y los jóvenes nos movilicemos para reivindicar situaciones en las que somos los principales perjudicados. Debemos manifestar nuestra frustración sin miedo a represalias y recordar siempre que nadie debe arrebatarnos derechos que han conseguido nuestros padres, madres, abuelas y abuelos a lo largo de una lucha en la que muchos se dejaron la piel, pero otros también se dejaron la vida.
En este sentido, conseguí reunir un grupo de chicas y chicos que compartíamos la firme decisión de crear una organización juvenil que abogase por el cumplimiento directo del propósito de trabajar por esta ciudad y hacer del espacio en el que vivimos, un lugar más armónico, generoso, participativo, honesto y solidario. Y en aras a estos principios, quiero trasladaros nuestro deseo de que nuestra agrupación esté siempre abierta a la colaboración con ideologías liberales y de izquierdas para el desarrollo de las distintas actividades que organicemos, las cuales abarcaran desde el ámbito lectivo hasta el deportivo y pasando por el social.
Así, es mi deseo animar a que todos aquellos que crean que pueden aportar su granito de arena a este castillo, que lo hagan, que participen sea cual sea la forma. Porque sé que requiere esfuerzo y trabajo, pero al final, como en cualquier otro ámbito de la vida, se obtienen recompensas que satisfacen todo el tiempo empleado, que convierten las tristezas de los malos momentos en constantes alegrías y que enorgullecen a cualquier persona que forma parte del proyecto, tenga las ideas que tenga.
No olvidéis que lo importante no es discrepar en algunas cuestiones de nuestra ideología sino, que de las diferencias también se aprende y que la unidad de la juventud siempre será una batalla ganada. Necesitamos un país que crea en los jóvenes, que apueste por nosotros y nosotras y que nos dibuje un presente y futuro estables, repletos de oportunidades.
No puedo terminar esta humilde intervención sin agradecer, de corazón, a todos aquellos ya integrantes de esta agrupación, que un día decidieron embarcarse conmigo en esta aventura. Comprometiéndose con la sociedad para llevar a cabo una labor que demuestra sus admirables valores humanos.
¡Gracias a todos y todas, sin vosotros y vosotras no hubiese sido posible nunca!
Después de un fin de semana cargado de decepciones, indignación y bochornosos acontecimientos dentro del colectivo socialista, empieza una semana aparentemente tranquila de metas cumplidas pero con mucho trabajo por delante dentro de un colectivo ilusionado y risueño, que aunque de rango menor, a simple vista demuestra mayor compromiso con la sociedad que los de rango mayor, independientemente de la edad, la experiencia y la madurez.
Porque mientras en algunos lugares, hace unos días, estallaban bombas de destrucción masiva, en otros aún existía la esperanza, que hecha realidad sacaba adelante un proyecto que denota que todavía no está todo perdido, que sigue habiendo gente dispuesta a luchar y conseguir sus objetivos. Que aún quedan personas que siguen creyendo en aquello de que "podrán cortar todas las flores, pero jamás pondrán detener la primavera".
Con este preámbulo de emociones, intento poner de manifiesto aquello que floreció el pasado sábado día uno de octubre, cuando celebrábamos en la Biblioteca Municipal de Astorga el acto de refundación de Juventudes Socialistas de Astorga. En base a ello, he de decir que es para mí un honor saludaros como Secretaria General de esta agrupación juvenil y representar con ello la expresión viva de la energía, la iniciativa y el espíritu combativo de las y los jóvenes que me acompañan en tan ardua tarea.
Empezando por el principio, reconozco que, hace unos meses, cuando comencé a desarrollar la idea de llevar a cabo este proyecto, tenía un poco de miedo. Actualmente, y frente a la crisis de conciencia que vivimos, no es fácil captar la atención de los sectores mas jóvenes de la sociedad en actividades políticas y puede incluso resultar extraño que un joven decida involucrase en la vida pública. Pero en general, lo que no podemos negar es que todos nos sentimos identificados con nuestras ideas y que la mayoría de nosotros coincidimos en el compromiso de querer cambiar la realidad, consiguiendo que ésta se acerque más a determinados temas y problemas que nos interesan y afectan de forma conjunta.
Libertades, garantías, recursos, servicios o el propio Estado del Bienestar, son los derechos que más demandamos y, precisamente, los que menos recibimos. Por eso, es tan necesario como importante que las y los jóvenes nos movilicemos para reivindicar situaciones en las que somos los principales perjudicados. Debemos manifestar nuestra frustración sin miedo a represalias y recordar siempre que nadie debe arrebatarnos derechos que han conseguido nuestros padres, madres, abuelas y abuelos a lo largo de una lucha en la que muchos se dejaron la piel, pero otros también se dejaron la vida.
En este sentido, conseguí reunir un grupo de chicas y chicos que compartíamos la firme decisión de crear una organización juvenil que abogase por el cumplimiento directo del propósito de trabajar por esta ciudad y hacer del espacio en el que vivimos, un lugar más armónico, generoso, participativo, honesto y solidario. Y en aras a estos principios, quiero trasladaros nuestro deseo de que nuestra agrupación esté siempre abierta a la colaboración con ideologías liberales y de izquierdas para el desarrollo de las distintas actividades que organicemos, las cuales abarcaran desde el ámbito lectivo hasta el deportivo y pasando por el social.
Así, es mi deseo animar a que todos aquellos que crean que pueden aportar su granito de arena a este castillo, que lo hagan, que participen sea cual sea la forma. Porque sé que requiere esfuerzo y trabajo, pero al final, como en cualquier otro ámbito de la vida, se obtienen recompensas que satisfacen todo el tiempo empleado, que convierten las tristezas de los malos momentos en constantes alegrías y que enorgullecen a cualquier persona que forma parte del proyecto, tenga las ideas que tenga.
No olvidéis que lo importante no es discrepar en algunas cuestiones de nuestra ideología sino, que de las diferencias también se aprende y que la unidad de la juventud siempre será una batalla ganada. Necesitamos un país que crea en los jóvenes, que apueste por nosotros y nosotras y que nos dibuje un presente y futuro estables, repletos de oportunidades.
No puedo terminar esta humilde intervención sin agradecer, de corazón, a todos aquellos ya integrantes de esta agrupación, que un día decidieron embarcarse conmigo en esta aventura. Comprometiéndose con la sociedad para llevar a cabo una labor que demuestra sus admirables valores humanos.
¡Gracias a todos y todas, sin vosotros y vosotras no hubiese sido posible nunca!