En Viforcos, al cerdo le llegó su San Martín en la Purísima
![[Img #25993]](upload/img/periodico/img_25993.jpg)
No fue por San Martín pero al gocho de Viforcos le llegó su hora por la Purísima. No hubo indulto para la matanza del cerdo en la que participó todo el pueblo. Se trataba de hacer lo posible por mantener una tradición enraizada en la historia de Maragatería y al final se convirtió en una fiesta.
![[Img #25992]](upload/img/periodico/img_25992.jpg)
![[Img #25995]](upload/img/periodico/img_25995.jpg)
La Junta Vecinal de Viforcos preparó la cocina de humo en la semana del puente de la Constitución para colgar la matanza de un 'señor' cerdo que pesó 130 kilos. El animal no tuvo que pasar por el banco porque ya llegó sacrificado del matadero, pero los vecinos participaron en el resto del ritual: cortaron y amasaron la carne en las artesas, calentaron el agua en las calderas para pelarlo, lo despiezaron, embucharon los lomos y los chorizos, también sazonaron para la conservación de las costillas, las patas, las caretas y entre tanto trabajo también hubo tiempo para la prueba de los chichos y para repartirlos para que las cocineras preparen esas ricas empanadas para las fiestas.
![[Img #25997]](upload/img/periodico/img_25997.jpg)
![[Img #25996]](upload/img/periodico/img_25996.jpg)
Alrededor de 80 personas colaboraron en esta matanza colectiva que tendrá una segunda parte en los próximos meses cuando todo el pueblo deguste el cerdo en un buen cocido.
![[Img #25994]](upload/img/periodico/img_25994.jpg)
No fue por San Martín pero al gocho de Viforcos le llegó su hora por la Purísima. No hubo indulto para la matanza del cerdo en la que participó todo el pueblo. Se trataba de hacer lo posible por mantener una tradición enraizada en la historia de Maragatería y al final se convirtió en una fiesta.
La Junta Vecinal de Viforcos preparó la cocina de humo en la semana del puente de la Constitución para colgar la matanza de un 'señor' cerdo que pesó 130 kilos. El animal no tuvo que pasar por el banco porque ya llegó sacrificado del matadero, pero los vecinos participaron en el resto del ritual: cortaron y amasaron la carne en las artesas, calentaron el agua en las calderas para pelarlo, lo despiezaron, embucharon los lomos y los chorizos, también sazonaron para la conservación de las costillas, las patas, las caretas y entre tanto trabajo también hubo tiempo para la prueba de los chichos y para repartirlos para que las cocineras preparen esas ricas empanadas para las fiestas.
Alrededor de 80 personas colaboraron en esta matanza colectiva que tendrá una segunda parte en los próximos meses cuando todo el pueblo deguste el cerdo en un buen cocido.