M.A. Reinares
Viernes, 31 de Mayo de 2013
Opinión

La S y el sillón

Qué tendrá el sillón, señora alcaldesa, qué tendrá el sillón..., que quien se sienta en él acaba perdiendo la perspectiva que debería guiar a todo regidor encargado de los destinos de un municipio, que no es otra que escuchar a la gente a quien gobierna. El termómetro de la calle le está indicando, y así se lo están haciendo saber los voluntarios de la perrera municipal, que ya no siente las terminaciones nerviosas de los colectivos sociales, y eso para una alcaldesa que en las siglas de su partido lleva la S es un suicidio político. 


Las elecciones se pierden cuando entre el sillón y la calle las distancias se hacen insalvables, muchas veces por cabezonerías, otras por ecuaciones trazadas en el sillón de un despacho sin ninguna conexión con la realidad, porque señora alcaldesa, los sillones alimentan las paranoias, las persecuciones que nadie ve pero quien las siente está plenamente convencido de que existen, aunque en el fondo no sean más que ecos en una cabeza que no se deja orear desde hace un tiempo. Otras veces las distancias se acrecientan por no saber leer lo que significa la protesta de unos 'locos' con carteles con fotografías de perros que recorre Facebook. Póngase las gafas, se lo recomiendo. Los voluntarios de la perrera no son satélites políticos del PAL ni del PP,  infórmese bien sobre quiénes conforman ese colectivo que se desvive por los animales porque seguro que se llevará más de una sorpresa.

En este enfrentamiento que usted alimenta con el voluntariado del albergue municipal de perros hay una cosa verdaderamente despistante: su enroque por 400 euros que costarían los microchips para los canes, ¿usted cree que, de verdad, ese es el mayor problema?  

El aviso a navegantes no hace falta que usted lo busque muy lejos, basta con mirar muy poquitos años atrás hacia el Ayuntamiento de León. El alcalde que llevaba en las siglas de su partido también una S cosechó una derrota por la mayor goleada jamás vista en la Casa de Poridad leonesa por perder la calle, por no escuchar, porque mire que le llovieron millones y millones de euros, hasta logró quitar el tapón del paso a nivel del Crucero e incluso el de Michaisa, las 'madres' de todas las reivindicaciones históricas de León, y perdió. Su compañero de filas, gracias a quien llegaron los millones a León y que gobernó España, fíjese que por olvidarse de la S de las siglas de su partido, el barrido que le metieron los españoles en las urnas fue de campeonato. Que no, señora alcaldesa, que no se trata de amasar proyectos importantes para la posteridad, la foto de la inauguración del Museo de Chocolate ya la tiene asegurada..., que no, que le están diciendo que hay semanas que desde el lunes ya no tienen pienso para los perros. Todo, señora alcaldesa, para desgracia del sillón, todo es mucho más sencillo y doméstico.
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