Debemos reflexionar
El fotógrafo astorgano, Javier Galán, lleva documentando los grandes incendios ocurridos en la provincia desde 2012. En este artículo de opinión aporta sus reflexiones a raíz del desastre ecológico del incendio en la Tebaida berciana.
![[Img #28892]](upload/img/periodico/img_28892.jpg)
Este verano se cumplirán cinco años del incendio de Castrocontrigo, en el que se quemaron más de 12.500 hectáreas, según la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León. Durante esos días de agosto del año 2012 me desplacé hasta la zona del incendio para documentar mediante fotos, videos y entrevistas la otra parte de la realidad, la que no nos cuentan los políticos responsables de la gestión de los montes, de los recursos forestales y de los operativos de extinción de incendios.
Aquella desoladora experiencia marcó mi vida, y desde aquel momento me prometí a mí mismo y a la Naturaleza poner todo lo que estuviera en mis manos para documentar un sector desconocido por la mayor parte de la sociedad, ya que los mayores núcleos de población se acumulan en las ciudades, y las personas que vivimos en ellas desconocemos una serie de factores que nos están llevando a una situación insostenible.
El deber de la concienciación social a través de las herramientas audiovisuales es uno de los principios a los que todo realizador no debería renunciar, por este motivo me desplacé a El Bierzo, al incendio de la Tebaida, iniciado en Bouzas el pasado miércoles 19 de abril, para continuar este proceso de documentación que terminaré a principios de octubre de este año con la realización de un documental sobre incendios forestales, en el que se verá reflejado el trabajo de estos últimos 3 años. En este documental centro la historia en el colectivo de la Brif (Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales) y su movilización por conseguir una mejora de sus condiciones laborales y un reconocimiento de la categoria de bombero forestal.
La convivencia con personas que trabajan en este dispositivo, perteneciente al MAGRAMA (Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente), me ha servido para conocer desde dentro cómo funciona el operativo de extinción de incendios a nivel autonómico, ya que su activación para intervenir en incendios viene determinada por una valoración de los técnicos que trabajan sobre el terreno, en la que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y el MAGRAMA tienen la última palabra, por lo que su punto de vista acerca del funcionamiento y las lamentables condiciones en las que trabaja el personal del operativo autonómico (agentes medioambientales, autobombas, ELIF y brigadas de tierra) me ha ayudado a comprender una parte de la triste realidad existente en el sector forestal en Castilla y León.
Esta búsqueda para captar esta parte de la realidad unas veces es productiva y otras no, hay incendios que puedo documentar, y en otros como el de la Tebaida el acceso era muy complicado y no regresé con un trabajo apto para el proyecto, por lo que consideré necesario plasmar mediante un video denuncia grabado con el móvil desde mi coche, y un texto de opinión, en el que intento plasmar mis reflexiones, ante lo que considero que es una consecuencia de una política partidista de gestión forestal que roza el terrorismo medioambiental, por incapacidad, incompetencia, intereses privados, falsedad y quién sabe si algún día podremos demostrar una presunta prevaricación y tráfico de influencias, tiempo al tiempo... Al final de esta cadena los que resultan perjudicados son los habitantes de las zonas afectadas, la Naturaleza y nuestros montes, que son el pulmón que nos proporciona el oxígeno que respiramos para poder vivir, a ellos les debemos nuestra existencia.
Debemos reflexionar
Cuatro días después del incendio que ha arrasado la Tebaida berciana el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Suárez Quiñones, manifiesta: "Ha sido la mano del hombre la que lo ha ocasionado. Debemos reflexionar sobre los silencios que amparan este tipo de conductas".
Debemos reflexionar sobre los silencios que amparan la desastrosa gestión forestal autonómica.
Debemos reflexionar sobre los intereses y las redes clientelares que se han creado, una perfecta simbiosis entre empresas privadas y administración autonómica corrupta, amparados por una legislación medioambiental que centraliza las competencias de la explotación de los recursos forestales de los montes de utilidad pública, apropiándose de sus beneficios, imponiendo planes de reordenación forestal y de reforestación que benefician a un lobby de empresas afines a intereses partidistas. Un auténtico expolio que ataca la identidad de los pueblos y que se aprovecha del proceso de despoblación rural para controlar nuestro patrimonio natural a su antojo.
Debemos reflexionar sobre cómo es posible que existan más de 70 empresas privadas en Castilla y León dedicadas a la extinción de incendios dentro del operativo autonómico, y que obtengan la concesión de la explotación forestal con concursos a la baja, la que menos paga es la que se lo lleva, lo cual repercute en las condiciones laborales de los trabajadores, contratos basura de 3 o 4 meses con sueldos miserables, material de extinción defectuoso y anticuado, escasos recursos para afrontar un trabajo con unas condiciones de peligrosidad y esfuerzo físico extremas, y unas jornadas laborales que exceden de largo las horas acordadas, llegando en algún caso a superar las 16 horas diarias por unos escasos 700€. Es necesaria una profesionalización del sector para garantizar una continuidad laboral.
Debemos reflexionar sobre cuál es la responsabilidad de la Consejería de Medio Ambiente en la gestión de los cuatro últimos grandes incendios que hemos vivido en la provincia de León en los últimos años: Castrocontrigo 2012, Palaciosmil 2015, Fabero 2016 y Tebaida Berciana 2017. Más de 20.000 hectáreas arrasadas aproximadamente.
Debemos de reflexionar sobre cómo ha afectado la implantación de la nueva Ley de Montes y su aplicación en la recalificación y uso de los terrenos quemados, cómo es posible entre otras cosas que se pueda construir y que se permita el pastoreo en estas zonas después de verse afectadas por un incendio.
Debemos de reflexionar sobre cuál es el motivo por el que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, los directores de extinción de incendios y el Ministerio de Medio Ambiente denegaran la activación de Brif de Tabuyo, a petición de los agentes medioambientales que trabajaban sobre las zonas afectadas, para que actuaran en las labores de extinción de los incendios de la Tebaida berciana y de Castrocontrigo la semana pasada, estando a escasos minutos, cuando la administración autonómica es consciente de la excasez de medios en estas fechas.
Debemos de reflexionar sobre cuáles han sido los planes de concienciación y educación ambiental promovidos desde la Junta de Castilla y León destinados a sensibilizar a la población en una problemática, la de los incendios forestales.
Debemos de reflexionar sobre cómo va a ser el futuro que queremos para nuestros montes, queda demostrado que la gestión forestal autonómica nos conduce a un suicidio lento y doloroso, estamos a tiempo de cambiarlo, movilizarnos y actuar.
Basta ya de demagogias y populismos, Suárez Quiñones, es necesaria una autocrítica para avanzar, solo la respuesta social puede generar la presión necesaria para que se empiecen a cambiar las cosas, paso a paso.
Debemos reflexionar y elaborar desde las personas una estrategia de movilización y un plan de acción para exigir una depuración de responsabilidades políticas y un cambio radical en la gestión forestal y de recursos de nuestros montes, pero no en silencio, en voz alta y en la calle.
Este verano se cumplirán cinco años del incendio de Castrocontrigo, en el que se quemaron más de 12.500 hectáreas, según la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León. Durante esos días de agosto del año 2012 me desplacé hasta la zona del incendio para documentar mediante fotos, videos y entrevistas la otra parte de la realidad, la que no nos cuentan los políticos responsables de la gestión de los montes, de los recursos forestales y de los operativos de extinción de incendios.
Aquella desoladora experiencia marcó mi vida, y desde aquel momento me prometí a mí mismo y a la Naturaleza poner todo lo que estuviera en mis manos para documentar un sector desconocido por la mayor parte de la sociedad, ya que los mayores núcleos de población se acumulan en las ciudades, y las personas que vivimos en ellas desconocemos una serie de factores que nos están llevando a una situación insostenible.
El deber de la concienciación social a través de las herramientas audiovisuales es uno de los principios a los que todo realizador no debería renunciar, por este motivo me desplacé a El Bierzo, al incendio de la Tebaida, iniciado en Bouzas el pasado miércoles 19 de abril, para continuar este proceso de documentación que terminaré a principios de octubre de este año con la realización de un documental sobre incendios forestales, en el que se verá reflejado el trabajo de estos últimos 3 años. En este documental centro la historia en el colectivo de la Brif (Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales) y su movilización por conseguir una mejora de sus condiciones laborales y un reconocimiento de la categoria de bombero forestal.
La convivencia con personas que trabajan en este dispositivo, perteneciente al MAGRAMA (Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente), me ha servido para conocer desde dentro cómo funciona el operativo de extinción de incendios a nivel autonómico, ya que su activación para intervenir en incendios viene determinada por una valoración de los técnicos que trabajan sobre el terreno, en la que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y el MAGRAMA tienen la última palabra, por lo que su punto de vista acerca del funcionamiento y las lamentables condiciones en las que trabaja el personal del operativo autonómico (agentes medioambientales, autobombas, ELIF y brigadas de tierra) me ha ayudado a comprender una parte de la triste realidad existente en el sector forestal en Castilla y León.
Esta búsqueda para captar esta parte de la realidad unas veces es productiva y otras no, hay incendios que puedo documentar, y en otros como el de la Tebaida el acceso era muy complicado y no regresé con un trabajo apto para el proyecto, por lo que consideré necesario plasmar mediante un video denuncia grabado con el móvil desde mi coche, y un texto de opinión, en el que intento plasmar mis reflexiones, ante lo que considero que es una consecuencia de una política partidista de gestión forestal que roza el terrorismo medioambiental, por incapacidad, incompetencia, intereses privados, falsedad y quién sabe si algún día podremos demostrar una presunta prevaricación y tráfico de influencias, tiempo al tiempo... Al final de esta cadena los que resultan perjudicados son los habitantes de las zonas afectadas, la Naturaleza y nuestros montes, que son el pulmón que nos proporciona el oxígeno que respiramos para poder vivir, a ellos les debemos nuestra existencia.
Debemos reflexionar
Cuatro días después del incendio que ha arrasado la Tebaida berciana el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Suárez Quiñones, manifiesta: "Ha sido la mano del hombre la que lo ha ocasionado. Debemos reflexionar sobre los silencios que amparan este tipo de conductas".
Debemos reflexionar sobre los silencios que amparan la desastrosa gestión forestal autonómica.
Debemos reflexionar sobre los intereses y las redes clientelares que se han creado, una perfecta simbiosis entre empresas privadas y administración autonómica corrupta, amparados por una legislación medioambiental que centraliza las competencias de la explotación de los recursos forestales de los montes de utilidad pública, apropiándose de sus beneficios, imponiendo planes de reordenación forestal y de reforestación que benefician a un lobby de empresas afines a intereses partidistas. Un auténtico expolio que ataca la identidad de los pueblos y que se aprovecha del proceso de despoblación rural para controlar nuestro patrimonio natural a su antojo.
Debemos reflexionar sobre cómo es posible que existan más de 70 empresas privadas en Castilla y León dedicadas a la extinción de incendios dentro del operativo autonómico, y que obtengan la concesión de la explotación forestal con concursos a la baja, la que menos paga es la que se lo lleva, lo cual repercute en las condiciones laborales de los trabajadores, contratos basura de 3 o 4 meses con sueldos miserables, material de extinción defectuoso y anticuado, escasos recursos para afrontar un trabajo con unas condiciones de peligrosidad y esfuerzo físico extremas, y unas jornadas laborales que exceden de largo las horas acordadas, llegando en algún caso a superar las 16 horas diarias por unos escasos 700€. Es necesaria una profesionalización del sector para garantizar una continuidad laboral.
Debemos reflexionar sobre cuál es la responsabilidad de la Consejería de Medio Ambiente en la gestión de los cuatro últimos grandes incendios que hemos vivido en la provincia de León en los últimos años: Castrocontrigo 2012, Palaciosmil 2015, Fabero 2016 y Tebaida Berciana 2017. Más de 20.000 hectáreas arrasadas aproximadamente.
Debemos de reflexionar sobre cómo ha afectado la implantación de la nueva Ley de Montes y su aplicación en la recalificación y uso de los terrenos quemados, cómo es posible entre otras cosas que se pueda construir y que se permita el pastoreo en estas zonas después de verse afectadas por un incendio.
Debemos de reflexionar sobre cuál es el motivo por el que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, los directores de extinción de incendios y el Ministerio de Medio Ambiente denegaran la activación de Brif de Tabuyo, a petición de los agentes medioambientales que trabajaban sobre las zonas afectadas, para que actuaran en las labores de extinción de los incendios de la Tebaida berciana y de Castrocontrigo la semana pasada, estando a escasos minutos, cuando la administración autonómica es consciente de la excasez de medios en estas fechas.
Debemos de reflexionar sobre cuáles han sido los planes de concienciación y educación ambiental promovidos desde la Junta de Castilla y León destinados a sensibilizar a la población en una problemática, la de los incendios forestales.
Debemos de reflexionar sobre cómo va a ser el futuro que queremos para nuestros montes, queda demostrado que la gestión forestal autonómica nos conduce a un suicidio lento y doloroso, estamos a tiempo de cambiarlo, movilizarnos y actuar.
Basta ya de demagogias y populismos, Suárez Quiñones, es necesaria una autocrítica para avanzar, solo la respuesta social puede generar la presión necesaria para que se empiecen a cambiar las cosas, paso a paso.
Debemos reflexionar y elaborar desde las personas una estrategia de movilización y un plan de acción para exigir una depuración de responsabilidades políticas y un cambio radical en la gestión forestal y de recursos de nuestros montes, pero no en silencio, en voz alta y en la calle.