El uso de la fotografía en los medios digitales: el triunfo de la profundidad
Se trata de una hipótesis arriesgada, contrafáctica, sobre el valor de la imagen en los medios de comunicación digitales que Eloy Rubio Carro presentó en las 'II Jornadas de Periodismo en el Medio Rural', organizadas por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo.
![[Img #29564]](upload/img/periodico/img_29564.jpg)
Decía McLuhan, lo decía a propósito del cine y de la televisión, pero yo lo aplico a los medios digitales que “si estos medios de comunicación de masas nos sirvieran solamente para debilitar o corromper niveles anteriormente alcanzados de la cultura verbal y de la imagen, no sería porque hubiera en ellos algo inherentemente malo. Sería porque no hemos podido dominarlos como nuevos lenguajes para integrarlos en la herencia cultural global.”
Es verdad que el lenguaje de la imagen ya estaba ahí en los medios y que los digitales no lo han inventado, pero forman en este asunto comunidad aparte y tienen la posibilidad de hacer muchas cosas con él. También decía McLuhan que el medio es el mensaje, lo que aquí y ahora yo interpreto no de una manera determinista, sino en el sentido de las posibilidades que da, las cuales no siempre son bien utilizadas.
Quiero decir que en un periódico digital, donde el espacio, nunca una metáfora pudo ser tan irónica, es inconmensurable, no hay por qué escatimar ni escritura ni imagen, sea esta en movimiento o estática, videográfica o fotografía.
Por otra parte, los lectores de este tipo de periódicos, seducidos por la imagen y por la aceleración que sufre nuestro mundo, se deleitan en aquellos reportajes donde impera lo visual. No se ha realizado todavía un perfil medio de los usuarios de este tipo de medios de comunicación de masas, tal vez porque a estas alturas ya tenga un perfil muy variable y habría que hacer uno para cada publicación.
Todo esto hay que matizarlo mucho. Como en los medios más arraigados hay informaciones y reportajes donde lo que prima es el mensaje escrito, pero incluso en estos últimos la imagen se va colando. Luego están los reportajes eminentemente visuales, por ejemplo en ‘Astorga Redacción’ la reciente procesión de la Virgen del Castro hasta a Astorga y su regreso a la ermita de origen. (En este caso la fotografía quiere ser un video ralentizado, una compresión del transcurso de la procesión en sus momentos estelares, un cómputo de emociones y peripecias: el hieratismo en la catedral el rito de paso a la entrada en el atrio de iglesia, a la salida de la misma, la lucha por ver quién puja a la Virgen en cada momento, los pendones que la esperan en la nacional VI, las bravatas de los pendoneros en la plaza Mayor de Astorga o cuando suben la cuesta de acceso a la ermita etc.) La foto se coloca casi siempre según el orden temporal de lo que acaece, tiende a ‘fotonovelizarse’. Un tercer tipo de fotografías que podemos ver en algunos digitales son las que suelen acompañar a las entrevistas culturales o a las conferencias, literarias o de otro tipo. El exceso de fotografías provoca la redundancia de las mismas, con lo que el medio podría estar tentado a prescindir de esa repetición, perdiendo su peculiaridad como medio digital, economizando un espacio que le sobreabunda o tendrá que hacer otra cosa con esas fotografías para salvar la redundancia. Como decíamos al principio el medio exige pero no impone: esto o lo otro.
El lector o los lectores y la competencia entre los medios digitales, si existe, es otro asunto muy a tener en cuenta. Nada nuevo; solo que aquí la competencia se da en dos planos, en el plano de la calidad y en el de la inmediatez. La calidad requiere un esfuerzo a mayores, pues de momento lo que manda es la inmediatez.
Estas publicaciones dependen mucho del número de usuarios, que se escurren de un digital a otro con fluidez instantánea. Parece que corrieran hacia el que primero llegue.
Ya lo decía Carlos Marx que el valor de un producto se mide por lo que cuesta producirlo con la técnica más avanzada y económica del momento. ¿En qué estarán pensando ustedes? Yo en el móvil. Si la calidad no produce beneficios, piensen en una silla artesana, los comerciantes venderán sillas fabricadas en serie. El móvil es la manera más fácil de hacer generalmente una mala foto, pero llega a la redacción al instante. En estas noticias multitudinarias, la información está antes de que se produzca, solo hay que esperar la foto, tantas veces la mala foto (Pero no necesariamente mala en el sentido informativo tradicional).
Apostar únicamente por la calidad es perder la batalla, pues estos medios sobreviven solo de la publicidad. Un asunto este que ya conocen ustedes sobradamente, causa del desprestigio de muchos de los periódicos de papel, empapelados. La financiación.
Pero yo quería contar una cosa contraria a la que he venido a caer. Mi hipótesis es contrafáctica. Quería decir que el medio digital exige la profundidad y la calidad, no contra lo que suele ocurrir la liviandad y la mala calidad fotográfica.
Decía que el aumento del espacio en los periódicos digitales permite en el caso de la fotografía ciertos procedimientos o rupturas de la sintaxis visual que hasta ahora permanecían vedados en la prensa de papel. Por ejemplo, la dilatación de imágenes a través de la multiplicación de las fotos, rompiendo la tradicional norma en la economía de la información. Pongo por ejemplo a 'Astorga Redacción' en el caso de las entrevistas, con variaciones, eso sí muy expresivas de los/las entrevistados/as, pero que tal vez no tuvieran sentido informativo alguno.
Quiero que antes de seguir observen la entrevista realizada a Martín Garzo por Tomás-Néstor Martínez, una entrevista de gran calidad, más propia de una revista literaria que de un periódico, pero quiero que observen las fotografías que acompañan al texto:
En la primera de ellas vemos a un individuo fuera de campo, vemos que asoma desde ese fuera de campo, como si todavía no lo hubiese hecho propio, como si hubiera algún impedimento para entrar.
![[Img #29564]](upload/img/periodico/img_29564.jpg)
En la segunda de las imágenes todavía no podemos ver los rasgos distintivos del tipo en cuestión. Solo en el caso de que lo conociéramos previamente sabríamos decir de quien se trataba. Los gestos de las manos son rotundos, muy expresivos, debe de ser un sujeto muy implicado en lo que está exponiendo, pero mediante su comunicación todavía oculta algo, seguramente por la imposibilidad de mostrarse de golpe, tengan en cuenta que estamos ante alguien con mundo propio.
![[Img #29565]](upload/img/periodico/img_29565.jpg)
En la tercera imagen, por fin el fotógrafo nos lo deja ver, todavía una mano permanece volandera, descontrolada, pareciera que no fuera la suya.
![[Img #29566]](upload/img/periodico/img_29566.jpg)
Ya en la cuarta imagen vemos al escritor como configurando un mundo, lo vemos definido y definiéndose. Ya hemos entrado en materia, todo parece girar en torno a su visión. Su mundo es el de un alfarero, el de un chamán visionario.
![[Img #29567]](upload/img/periodico/img_29567.jpg)
Las dos imágenes restantes son imágenes gestuales, muy expresivas, casi variaciones, quizás momentos de ánimo distintos en el transcurso de su exposición.
![[Img #29568]](upload/img/periodico/img_29568.jpg)
![[Img #29569]](upload/img/periodico/img_29569.jpg)
Me dirán; pero se trata de una entrevista cultural y por ende tiene otros criterios de uso de las fotografías. Bien, es cierto, sería más difícil que en una información de política ciudadana aparecieran variaciones seriales fotográficas de un sujeto, pero no es imposible.
El periódico digital cultural exige en su expresión fotográfica un uso diferente de la misma, un uso más expresivo que informativo. Y yo sostengo que esa exigencia proviene de la abundancia de las imágenes y de la necesidad de eludir la redundancia que provocarían seis o siete fotos que informativamente vendrían a decir casi lo mismo.
Entonces hay un doble uso del lenguaje para una misma información en sus facetas informativa y expresiva.
Esto es lo que exige el medio digital, lo cual no significa que se desenvuelva de esta manera, suele ocurrir más a menudo que la sobreabundancia de fotografías desemboque en el aburrimiento, en la repetición inane. Es muy frecuente.
En el ejemplo anterior se hacía un uso de la repetición fotográfica con un sentido narrativo, no siempre ocurre así. Es natural el uso de variaciones de retratos muy expresivos que señalan emociones gestos muy significativos de un personaje, definitorios. Dependerá de la pericia del fotógrafo el llegar a ellos y saber administrarlos.
Otro tipo de imagen fotográfica que podemos encontrar más fácilmente en un periódico digital que en uno de papel es la que se denomina ‘conmutación prefotográfica’, la reduplicación especular que se da de las personas y los objetos en superficies reflectantes. Es una forma más de esa deriva artística en la expresión fotográfica que permanece en potencia en la imagen del periódico digital.
He seleccionado algunos ejemplos para que entiendan esto que acabo de decir. La primera de ellas acompaña a un reportaje sobre una exposición de cinco mujeres artistas del video que expusieron en Astorga:
Quiero que vean la primera de las fotografías. En lo que se refiere a información no parece aportar gran cosa; sí, es una imagen de valor estético apreciable, en la que una de las artistas la más experimentada le ha cedido su monóculo a la más joven para que contemple los detalles de la escultura del águila. La muchacha mira al fotógrafo y este le responde con la instantánea, rompiendo todas las convenciones del medio periodístico e incluso fotográfico. ¡Una pupila menos dilatada!, que pediría Rimbaud a Satanás.
![[Img #29562]](upload/img/periodico/img_29562.jpg)
La última de las fotografías del reportaje es más convencional, pero poco usual en un medio como el de papel, parece como si estos estuvieran reñidos con todo intento esteticista de expresión fotográfica. Se trata de un ejemplo de conmutación prefotográfica, los espejos, las sombras, las imágenes de los hombres y de los objetos se podrán ver todavía como reflejos en las aguas. ¿El objetivo?: los objetos mismos, la verdad en persona. La fotografía hasta ahora había sido la mejor visión desde la caverna platónica sobre el mundo exterior.
![[Img #29563]](upload/img/periodico/img_29563.jpg)
La superficie de la mesa de la tienda del Palacio astorgano reduplica en esta foto la imagen de los edificios y de la artista y se proyecta como una imagen retórica que enfatiza el hecho noticiado, en este caso una mujer que explica su propio video a un público que queda fuera de campo a la vera de ella, con las contextualizaciones míticas al sudario de la Verónica o al mito de Narciso.
La foto de prensa como cualquiera otra es siempre una visión parcial de un acontecimiento. Cuando el fotógrafo decide apuntar a un determinado lugar crea un punto de vista de la escena informativa. En esta pesquisa la diversidad de puntos de vista puede acercar la realidad de manera más realista. “La perspectiva, decía Ortega, es uno de los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su organización.” Y en otra parte dice que “la verdad integral solo se obtiene articulando lo que el prójimo ve con lo que yo veo y así sucesivamente.” No importa demasiado hoy en día lo que dijera Ortega ni lo que dijera nadie, pero no es necesario ahorrar papel ni tinta para decir “ante mí pasó”. Tal vez fuera suficiente con una, pero ahí te van a ir tres. La tentación de la ‘fotohistoria’ surge entonces de manera espontanea. Prolifera sobre todo en esos actos que de por sí tienen mucho de narrativos, con principio y final, no como la sopa del Buscón. Procesiones, romerías, carreras etc.
Ya sucedía así en los medios tradicionales, pero ‘no había lugar’, era cuestión de espacio, ahora el silencio eterno de los espacios infinitos nos espanta. Tenemos que llenarlo aunque sea de ruido, pero también habrá quien quiera interpretar una melodía. Todavía no es una fotonovela, pero estamos en la descripción de un suceso que se continúa en el tiempo. Vean las siguientes imágenes de la reciente procesión de la Virgen del Castro. No quiero abrumarles, no creo que hubiera necesidad de escribir cosa alguna, tal vez nos hayamos recreado con datos etnográficos y esto es lo que hemos ganado con el triunfo de la imagen, el triunfo de la profundidad.
La Virgen del Castro entró en Astorga acompañada de miles de devotos
Esta especulación va en contra de la proclama fenomenológica, va contra los hechos mismos, como cualquier utopía pretende ser orientadora, crítica y esperanzada.
Decía Sartori en ‘Homo videns’ que solo “algunas palabras abstractas son en cierto modo traducidas en imágenes, pero se trata siempre de un sucedáneo infiel y empobrecido del concepto que intentan visibilizar.”
Contra esta premisa y desde el triunfo de la imagen cabría hacer un uso profundo de la fotografía; un uso simbólico, conceptual, metafórico que traspase el realismo plano y que liberara al texto de su atadura, hacia un contenido formativo (culturales) o informativo (reportajes) o a ambos. Es verdad que la imagen de una mujer sin trabajo no nos lleva a comprender en modo alguno la causa de su desempleo y de cómo resolverlo. Pero la educación en la sensibilidad a través de las buenas imágenes (estéticas) facilita y hasta exige la pregunta sobre lo qué pasa y sobre el por qué pasa lo que pasa. Asunto este que debería de tratar el texto acompañado o acompañante.
En resumen, con el medio digital la fotografía gana protagonismo. Las fotografías pueden ser variaciones, seriaciones, alusiones. La información fotográfica cede paso a la metáfora y a la sinécdoque, la información pierde en intensidad, redunda, pero asegura la transmisión y permite adentrarse en la estética, pudiendo tener como en el caso del suplemento cultural, ‘Contexto Global’, de ‘Astorga Redacción’ esa doble función estético-informativa. (Una estética de calidad demanda un texto muy cualificado) Sucede en esta sección como en algunas revistas culturales en papel, como en la desaparecida ‘Archipiélago’, cuyas ilustraciones fotográficas se convertían en un subrayado de los artículos, pero iban más allá llegando a hacer serie con los distintos artículos que la componían y remarcando la unidad monográfica de la misma.
Decía McLuhan, lo decía a propósito del cine y de la televisión, pero yo lo aplico a los medios digitales que “si estos medios de comunicación de masas nos sirvieran solamente para debilitar o corromper niveles anteriormente alcanzados de la cultura verbal y de la imagen, no sería porque hubiera en ellos algo inherentemente malo. Sería porque no hemos podido dominarlos como nuevos lenguajes para integrarlos en la herencia cultural global.”
Es verdad que el lenguaje de la imagen ya estaba ahí en los medios y que los digitales no lo han inventado, pero forman en este asunto comunidad aparte y tienen la posibilidad de hacer muchas cosas con él. También decía McLuhan que el medio es el mensaje, lo que aquí y ahora yo interpreto no de una manera determinista, sino en el sentido de las posibilidades que da, las cuales no siempre son bien utilizadas.
Quiero decir que en un periódico digital, donde el espacio, nunca una metáfora pudo ser tan irónica, es inconmensurable, no hay por qué escatimar ni escritura ni imagen, sea esta en movimiento o estática, videográfica o fotografía.
Por otra parte, los lectores de este tipo de periódicos, seducidos por la imagen y por la aceleración que sufre nuestro mundo, se deleitan en aquellos reportajes donde impera lo visual. No se ha realizado todavía un perfil medio de los usuarios de este tipo de medios de comunicación de masas, tal vez porque a estas alturas ya tenga un perfil muy variable y habría que hacer uno para cada publicación.
Todo esto hay que matizarlo mucho. Como en los medios más arraigados hay informaciones y reportajes donde lo que prima es el mensaje escrito, pero incluso en estos últimos la imagen se va colando. Luego están los reportajes eminentemente visuales, por ejemplo en ‘Astorga Redacción’ la reciente procesión de la Virgen del Castro hasta a Astorga y su regreso a la ermita de origen. (En este caso la fotografía quiere ser un video ralentizado, una compresión del transcurso de la procesión en sus momentos estelares, un cómputo de emociones y peripecias: el hieratismo en la catedral el rito de paso a la entrada en el atrio de iglesia, a la salida de la misma, la lucha por ver quién puja a la Virgen en cada momento, los pendones que la esperan en la nacional VI, las bravatas de los pendoneros en la plaza Mayor de Astorga o cuando suben la cuesta de acceso a la ermita etc.) La foto se coloca casi siempre según el orden temporal de lo que acaece, tiende a ‘fotonovelizarse’. Un tercer tipo de fotografías que podemos ver en algunos digitales son las que suelen acompañar a las entrevistas culturales o a las conferencias, literarias o de otro tipo. El exceso de fotografías provoca la redundancia de las mismas, con lo que el medio podría estar tentado a prescindir de esa repetición, perdiendo su peculiaridad como medio digital, economizando un espacio que le sobreabunda o tendrá que hacer otra cosa con esas fotografías para salvar la redundancia. Como decíamos al principio el medio exige pero no impone: esto o lo otro.
El lector o los lectores y la competencia entre los medios digitales, si existe, es otro asunto muy a tener en cuenta. Nada nuevo; solo que aquí la competencia se da en dos planos, en el plano de la calidad y en el de la inmediatez. La calidad requiere un esfuerzo a mayores, pues de momento lo que manda es la inmediatez.
Estas publicaciones dependen mucho del número de usuarios, que se escurren de un digital a otro con fluidez instantánea. Parece que corrieran hacia el que primero llegue.
Ya lo decía Carlos Marx que el valor de un producto se mide por lo que cuesta producirlo con la técnica más avanzada y económica del momento. ¿En qué estarán pensando ustedes? Yo en el móvil. Si la calidad no produce beneficios, piensen en una silla artesana, los comerciantes venderán sillas fabricadas en serie. El móvil es la manera más fácil de hacer generalmente una mala foto, pero llega a la redacción al instante. En estas noticias multitudinarias, la información está antes de que se produzca, solo hay que esperar la foto, tantas veces la mala foto (Pero no necesariamente mala en el sentido informativo tradicional).
Apostar únicamente por la calidad es perder la batalla, pues estos medios sobreviven solo de la publicidad. Un asunto este que ya conocen ustedes sobradamente, causa del desprestigio de muchos de los periódicos de papel, empapelados. La financiación.
Pero yo quería contar una cosa contraria a la que he venido a caer. Mi hipótesis es contrafáctica. Quería decir que el medio digital exige la profundidad y la calidad, no contra lo que suele ocurrir la liviandad y la mala calidad fotográfica.
Decía que el aumento del espacio en los periódicos digitales permite en el caso de la fotografía ciertos procedimientos o rupturas de la sintaxis visual que hasta ahora permanecían vedados en la prensa de papel. Por ejemplo, la dilatación de imágenes a través de la multiplicación de las fotos, rompiendo la tradicional norma en la economía de la información. Pongo por ejemplo a 'Astorga Redacción' en el caso de las entrevistas, con variaciones, eso sí muy expresivas de los/las entrevistados/as, pero que tal vez no tuvieran sentido informativo alguno.
Quiero que antes de seguir observen la entrevista realizada a Martín Garzo por Tomás-Néstor Martínez, una entrevista de gran calidad, más propia de una revista literaria que de un periódico, pero quiero que observen las fotografías que acompañan al texto:
En la primera de ellas vemos a un individuo fuera de campo, vemos que asoma desde ese fuera de campo, como si todavía no lo hubiese hecho propio, como si hubiera algún impedimento para entrar.
En la segunda de las imágenes todavía no podemos ver los rasgos distintivos del tipo en cuestión. Solo en el caso de que lo conociéramos previamente sabríamos decir de quien se trataba. Los gestos de las manos son rotundos, muy expresivos, debe de ser un sujeto muy implicado en lo que está exponiendo, pero mediante su comunicación todavía oculta algo, seguramente por la imposibilidad de mostrarse de golpe, tengan en cuenta que estamos ante alguien con mundo propio.
En la tercera imagen, por fin el fotógrafo nos lo deja ver, todavía una mano permanece volandera, descontrolada, pareciera que no fuera la suya.
Ya en la cuarta imagen vemos al escritor como configurando un mundo, lo vemos definido y definiéndose. Ya hemos entrado en materia, todo parece girar en torno a su visión. Su mundo es el de un alfarero, el de un chamán visionario.
Las dos imágenes restantes son imágenes gestuales, muy expresivas, casi variaciones, quizás momentos de ánimo distintos en el transcurso de su exposición.
Me dirán; pero se trata de una entrevista cultural y por ende tiene otros criterios de uso de las fotografías. Bien, es cierto, sería más difícil que en una información de política ciudadana aparecieran variaciones seriales fotográficas de un sujeto, pero no es imposible.
El periódico digital cultural exige en su expresión fotográfica un uso diferente de la misma, un uso más expresivo que informativo. Y yo sostengo que esa exigencia proviene de la abundancia de las imágenes y de la necesidad de eludir la redundancia que provocarían seis o siete fotos que informativamente vendrían a decir casi lo mismo.
Entonces hay un doble uso del lenguaje para una misma información en sus facetas informativa y expresiva.
Esto es lo que exige el medio digital, lo cual no significa que se desenvuelva de esta manera, suele ocurrir más a menudo que la sobreabundancia de fotografías desemboque en el aburrimiento, en la repetición inane. Es muy frecuente.
En el ejemplo anterior se hacía un uso de la repetición fotográfica con un sentido narrativo, no siempre ocurre así. Es natural el uso de variaciones de retratos muy expresivos que señalan emociones gestos muy significativos de un personaje, definitorios. Dependerá de la pericia del fotógrafo el llegar a ellos y saber administrarlos.
Otro tipo de imagen fotográfica que podemos encontrar más fácilmente en un periódico digital que en uno de papel es la que se denomina ‘conmutación prefotográfica’, la reduplicación especular que se da de las personas y los objetos en superficies reflectantes. Es una forma más de esa deriva artística en la expresión fotográfica que permanece en potencia en la imagen del periódico digital.
He seleccionado algunos ejemplos para que entiendan esto que acabo de decir. La primera de ellas acompaña a un reportaje sobre una exposición de cinco mujeres artistas del video que expusieron en Astorga:
Quiero que vean la primera de las fotografías. En lo que se refiere a información no parece aportar gran cosa; sí, es una imagen de valor estético apreciable, en la que una de las artistas la más experimentada le ha cedido su monóculo a la más joven para que contemple los detalles de la escultura del águila. La muchacha mira al fotógrafo y este le responde con la instantánea, rompiendo todas las convenciones del medio periodístico e incluso fotográfico. ¡Una pupila menos dilatada!, que pediría Rimbaud a Satanás.
La última de las fotografías del reportaje es más convencional, pero poco usual en un medio como el de papel, parece como si estos estuvieran reñidos con todo intento esteticista de expresión fotográfica. Se trata de un ejemplo de conmutación prefotográfica, los espejos, las sombras, las imágenes de los hombres y de los objetos se podrán ver todavía como reflejos en las aguas. ¿El objetivo?: los objetos mismos, la verdad en persona. La fotografía hasta ahora había sido la mejor visión desde la caverna platónica sobre el mundo exterior.
La superficie de la mesa de la tienda del Palacio astorgano reduplica en esta foto la imagen de los edificios y de la artista y se proyecta como una imagen retórica que enfatiza el hecho noticiado, en este caso una mujer que explica su propio video a un público que queda fuera de campo a la vera de ella, con las contextualizaciones míticas al sudario de la Verónica o al mito de Narciso.
La foto de prensa como cualquiera otra es siempre una visión parcial de un acontecimiento. Cuando el fotógrafo decide apuntar a un determinado lugar crea un punto de vista de la escena informativa. En esta pesquisa la diversidad de puntos de vista puede acercar la realidad de manera más realista. “La perspectiva, decía Ortega, es uno de los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su organización.” Y en otra parte dice que “la verdad integral solo se obtiene articulando lo que el prójimo ve con lo que yo veo y así sucesivamente.” No importa demasiado hoy en día lo que dijera Ortega ni lo que dijera nadie, pero no es necesario ahorrar papel ni tinta para decir “ante mí pasó”. Tal vez fuera suficiente con una, pero ahí te van a ir tres. La tentación de la ‘fotohistoria’ surge entonces de manera espontanea. Prolifera sobre todo en esos actos que de por sí tienen mucho de narrativos, con principio y final, no como la sopa del Buscón. Procesiones, romerías, carreras etc.
Ya sucedía así en los medios tradicionales, pero ‘no había lugar’, era cuestión de espacio, ahora el silencio eterno de los espacios infinitos nos espanta. Tenemos que llenarlo aunque sea de ruido, pero también habrá quien quiera interpretar una melodía. Todavía no es una fotonovela, pero estamos en la descripción de un suceso que se continúa en el tiempo. Vean las siguientes imágenes de la reciente procesión de la Virgen del Castro. No quiero abrumarles, no creo que hubiera necesidad de escribir cosa alguna, tal vez nos hayamos recreado con datos etnográficos y esto es lo que hemos ganado con el triunfo de la imagen, el triunfo de la profundidad.
La Virgen del Castro entró en Astorga acompañada de miles de devotos
Esta especulación va en contra de la proclama fenomenológica, va contra los hechos mismos, como cualquier utopía pretende ser orientadora, crítica y esperanzada.
Decía Sartori en ‘Homo videns’ que solo “algunas palabras abstractas son en cierto modo traducidas en imágenes, pero se trata siempre de un sucedáneo infiel y empobrecido del concepto que intentan visibilizar.”
Contra esta premisa y desde el triunfo de la imagen cabría hacer un uso profundo de la fotografía; un uso simbólico, conceptual, metafórico que traspase el realismo plano y que liberara al texto de su atadura, hacia un contenido formativo (culturales) o informativo (reportajes) o a ambos. Es verdad que la imagen de una mujer sin trabajo no nos lleva a comprender en modo alguno la causa de su desempleo y de cómo resolverlo. Pero la educación en la sensibilidad a través de las buenas imágenes (estéticas) facilita y hasta exige la pregunta sobre lo qué pasa y sobre el por qué pasa lo que pasa. Asunto este que debería de tratar el texto acompañado o acompañante.
En resumen, con el medio digital la fotografía gana protagonismo. Las fotografías pueden ser variaciones, seriaciones, alusiones. La información fotográfica cede paso a la metáfora y a la sinécdoque, la información pierde en intensidad, redunda, pero asegura la transmisión y permite adentrarse en la estética, pudiendo tener como en el caso del suplemento cultural, ‘Contexto Global’, de ‘Astorga Redacción’ esa doble función estético-informativa. (Una estética de calidad demanda un texto muy cualificado) Sucede en esta sección como en algunas revistas culturales en papel, como en la desaparecida ‘Archipiélago’, cuyas ilustraciones fotográficas se convertían en un subrayado de los artículos, pero iban más allá llegando a hacer serie con los distintos artículos que la componían y remarcando la unidad monográfica de la misma.