Aidan Mcnamara
Viernes, 02 de Junio de 2017

La ignorancia

 

[Img #29808]

 

 

La ignorancia produce alivio, si no eres ignorante, sólo cuando destaca, cuando te deja controlar sus fronteras.

 

Ignoro los procesos del cerebro a la hora de producir sueños. Resulta que mi ignorancia es universal porque todavía los humanos estamos con el tema. Bien. Sé que mi ignorancia es pública y universal. Sé lo que no sabemos. Y no me siento culpable. Ni ignorante.

 

Pero no sé nada de álgebra, de tractores, de informática, ni siquiera de Vajiralongkorn (sabía que Tailandia tiene una casa real pero ignoraba los detalles y acabo de buscar el nombre del tipo que ocupa el trono (gracias, Internet, por la memoria colectiva que nos has dado). No sé nada de Indonesia ni de submarinos tampoco ¡Tan poco! 

 

Podría seguir así durante cinco o seis meses… de cada año que me queda por vivir (dato que ignoro).

 

Enero 2018, voz en off:


 …tampoco he leído el Corán (ni traducido).Tampoco sé cuántas veces se casó Groucho ni la marca comercial de los puros que fuma Don Mariano… 

O sea. Soy muy ignorante.

Pero me doy cuenta.

¿Cómo?

La humildad.

 

Tenemos que entender la ignorancia y no jactarnos de ella. Describir la ignorancia nos ayuda a llegar a un alto el fuego con nuestras limitaciones y firmar un pacto de no agresión con el tiempo, sinónimo radical de la vida. Al menos biológicamente.

 

Últimamente he detectado una moda nueva: no avergonzarse de la ignorancia. Al principio me cabreaba (la frustración puede ser sintomática de la ignorancia). Y luego me he dispuesto a reflexionar.

 

Las fronteras de la ignorancia  van cambiando de manera esquiva también, si no distingues entre lo importante y lo interesante. Lavarse las manos antes de comer es importante, pero carece de interés si no eres un historiador de la bacteriología. Trump es importante (sí, duele) pero no me interesan sus gustos musicales.

 

Febrero 2019 voz en off: 

 

No sé nada de gusanos pero sí sé que son importantes por su conga de oxígeno.
 
La religión es interesante para mí, pero no es importante para ti. O al revés. O las dos cosas. Ni importante ni interesante. O al revés. Para mi madre es un entretenimiento (y yo creo que no le apetece confesar que Jesús estaba buenísimo en esa serie con Robert Powell. Búscalo. Es más interesante que la casa real de Tailandia.


-Pablo júnior, ¿cuál es la capital de Suecia?

- ¡Y yo qué sé! Tengo que lavarme las manos. Estoy experimentando con gusanos.

Hay muchos elementos que configuran la ignorancia. La memoria, la curiosidad, la motivación, la necesidad, la educación, la paciencia, la relevancia, la disciplina, la cooperación…o sea la falta de todas ellas…

 

Marzo 2020 voz en off: 

 

…la distribución (justa) de los recursos económicos, acceso a internet, el amor por el desarrollo personal…
Sabemos que el ser humano tiene un truco demoledor (el jefe de muchos) para disimular su ignorancia: el desdén. Unos ejemplos:


1. (Tono pijo) No sé nada de la música popular de Rusia.
 = no me interesa y por lo tanto no puede ser importante.

 

 O al revés. O las dos cosas… aunque conocer una canción no tenga nada que ver con los datos de su creación, su pasaporte etc. Pero eso es otro cantar. O sea.

 

1. (Tono nacionalista) Jamás me interesaría un viaje a Japón.
 = no tengo la cuenta corriente de Carlos Slim. O tengo miedo a lo desconocido. O prefiero una paella, etc.

 

1.(Tono subnormal) A los españoles no les interesa esa cuestión, Señor Mireusté.
= lo que le interese a usted, mocoso adversario político/ periodista / contertulio/ conciudadano no es importante pour moi, (¡incordio de transparencia fastidiosa!).

 

A veces lo importante es lo más urgente y vital, aunque no sea muy interesante.

 

¿Qué es más importante? ¿Comer todos los días? ¿O comulgar en ayunas una vez a la semana? Lo que te interese. Es tu vida ¿Pero en la vida colectiva de los contribuyentes?

 

Normalmente no somos sinceros. Y nos encanta confundir la información, los datos, y hasta los hechos con el gran cuadro: la sabiduría. Sinceros en el sentido de dejar de fanfarronear.

 

-Pablo padre, ¿por dónde queda la gasolinera más cercana?

- A ver. Tiene que haber una. A ver. Yo creo que…  (En vez de: no lo sé).

 

Y la memoria ¡Ah, la memoria! Otra frontera para la ciencia.

 

Paseo por la calle y un olor me recuerda a mi abuela. Tengo móvil y ya no me acuerdo de los números de teléfono. Nos quieren alejar de la memoria histórica y les contestamos con la hemeroteca. Vamos bien. (Sin sarcasmos. Es un paso). 

 

Pero tendremos que inculcarles a los invitados de hoy, Don Pablo y su hijo, tres cosas. Mínimo. 

 

A) Ser culto es relativo -pero no te pases… de ignorante.

 

 B) Acumular datos no enseña a pensar.

 

 C) Un poco de respeto hacia los que posiblemente sepan algo más sobre la vida que tú, Pablo Júnior. (Y apaga esa mierda de reguetón).

 

Van a ser unas tareas difíciles de llevar a cabo si Pablo (el peque) cree que lo importante es lo mismo que lo interesante, y sobre todo si está rodeado de cantamañanas. Nos aseguraremos, por tanto, de que sepa que lo importante es de su interés. E ignorar esto es de ignorantes.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.