Astorga Redacción
Domingo, 11 de Junio de 2017

Ángel Alonso gana el IX Concurso de Microrrelatos '¡¡Vive la Plaza Mayor!!'

 

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Nuestro colaborador Ángel Alonso con 40 años de profesión periodística a sus espaldas (creador de la sección del área del motor en EFE,  ex-director del programa radiofónico’ Cuentakilómetros’, miembro de del Consejo de redacción de Tribuna de Automoción. Actualmente es el Secretario del Círculo de Periodistas Leoneses en Madrid) ha resultado ganador del IX Concurso de Microrrelatos '¡¡Vive la Plaza Mayor!!', que con motivo del IV centenario de esa monumental zona de Madrid, ha organizado el Ayuntamiento de la capital.

 

Al certamen han concurrido casi 500 trabajos, que no podían rebasar las 100 palabras. A la final del certamen acudió una selección de 30 escritos. En estos relatos se han glosado las distintas vivencias de la Plaza Mayor de Madrid, uno de los lugares emblemáticos del foro. Los aspirantes han repasado el costumbrismo del lugar y sus leyendas, como los autos de fe del Santo Oficio, la trampa mortal de miles de pajarillos que penetraban por la boca del caballo de la estatua de Felipe III, quedando atrapados sin remedio en el interior del equino, y convirtiendo el interior del bronce en un osario avícola, las funciones que desempeñó como coso taurino, el proyecto inicial de una magno teatro o corral de comedias con capacidad para 50.000 personas.

 

Los escritos se han detenido también en el presente como receptáculo turístico de primer orden, concentración de restaurantes y bares concurridos al imán de especialidades culinarias madrileñas como el cocido, los callos y los siempre sugerentes, pero algo grasientos, bocadillos de calamares y reunión de coleccionistas de sellos y monedas, así como retratistas de trazo rápido y su algo de sátira en alguna exageración facial.

 


El relato ganador

 

Plaza Mayor: Para ver sin ser visto 

 
Plaza Mayor de Madrid, la de las cuatro centurias. Como todas las del mundo, sustantivo egregio, adjetivo magno. Fuiste reducto tertuliano de viejos de cacha con pava en labio, campo de correrías de niño, nido de buhardillas bohemias y negra leyenda ígnea del Santo Oficio. Eres orgullo de foro, edén de numismáticos y filatélicos, sustento de pícaros y avituallamiento de forasteros. No olvidas mercados y mercadillos de viandas, gangas y espumillones. Entonas, año tras año, la primera nota del villancico navideño. Ahuyentas en los soportales, de aguaceros y solaneras, a los tuyos. Plaza Mayor, donde ver, sin ser visto.    

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