Astures y romanos caldean el ambiente antes de la prueba definitiva del circo

El Mercado Astur-Romano ha abierto sus puertas después la visita del caudillo astur Sebius y Lucio Pompeyo Fabentino, el astur que alcanzó la orden ecuestre, acompañado por su mujer Valeria Arábica. Fue el preludio de la llegada del césar Octavio Augusto.
En el momento del recibimiento del César en la Plaza Mayor un espontáneo astur quiso atentar contra el César.

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En el mercado se pudieron comprobar las calidades de los productos romanos y astures. Este año el mercadeo vuelve a darse en las proximidades del foro (la Plaza Santocildes) con una apuesta por parte de los organizadores por los artesanos que demuestran cómo realizan los artículos que ponen a la venta.

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La paz que se vivió al mediodía en la apertura del mercado se fue difuminando a medida que se acercaba la hora de la llega de Octavio Augusto a Asturica. Los astures comenzaron a sentirse inquietos y las refriegas con los romanos empezaron a percibirse. Hasta hubo un conato de atentado que fue reducido por los soldados romanos. Por su parte el Caudillo astur fue objeto de un apedreamiento con tirachinas por parte de una banda de muchachos romanos. El ambiente se caldea en la ciudad ante la prueba definitiva del circo (sábado 19 horas en la Plaza de Toros), donde astures y romanos disputarán la victoria de las fiestas de 2017.

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