El canto de las niñas a la Virgen de la Carballeda

Ya decía en 1955 Ricardo García Escudero que en la fiesta de La Carballeda lo que destacaba era "la procesión que por delante de la iglesia se tiene, con la imagen de la Virgen de La Carballeda, en carro triunfante, a la que siguen uno o más ramos". Este año eran dos los ramos, muy semejantes a los de Navidad, con armadura de listones de madera, con largo mango para llevar los racimos de flores y los adornos de cintas multicolores, en alto. Estos ramos son ofrecidos por particulares a la Virgen en súplica de favor o salud, o en acto de gracias; ofrecimiento que cantando hoy hicieron las niñas del pueblo. En otras ocasiones son las cantoras las que costean el ramo previo un acuerdo unánime de ‘ir a cantar’.

Enseguida se ve que la misa del domingo de las fiestas de La Carballeda, del Val de San Lorenzo es diferente, especial. Un solo de flauta con el Himno a la Virgen de la Carballeda, interpretado por el tamborilero, preludia el ramo que cantarán las niñas. Se percibe el nerviosismo de las pequeñas que hay que apaciguarlas para que no se levanten hacia el lugar del canto, cuando se disponía el tamborilero a interpretar el himno, son todavía muy pequeñas y el ramo es prolongado y aunque esté muy ensayado genera ese temor ante la escena.

Comenzó entonces el canto del ramo a nuestra Señora de la Carballeda interpretado pr el coro de niñas del Val de San Lorenzo: .”Hoy de nuevo aquí nos tienes / junto a ti con alegría, / para cantar con cariño: / ¡Felicidades María!”, y así 15 cuartetas que se les hicieron largas al principio a las niñas, para al final parecérseles nada,: “Santa madre Carballeda / Este pueblo que te adora / Tu amor y tu bendición / Hoy a tus manos implora.”

Todavía  se percibe ese regusto agrario o de fin de cosecha en esta fiesta, muy emparentada con esas fiestas cíclicas anuales de la vida campesina, con la muerte y renacimiento de Perséfone o en España con los rituales peregrinatorios de San Andrés de Teixido. 

La procesión salió con destino a la campa. A la salida de la Virgen por parte de las ‘mayas’ se le baila una entradilla, para continuar los mozos con el primer paloteo.

Una vez en la campa y rezada a la  Virgen de la Carballeda una salve con una devoción sin parangón, se le vuelven a bailar dos paloteos., para retirarse hacia la iglesia.

Allí en el atrio, todavía queda por cantar el himno a la Virgen de la Carballeda por todos los asistentes, que este año eran legión.