¿Quién salvará a España?
![[Img #32632]](upload/img/periodico/img_32632.jpg)
¿Quién salvará a España? No serán los políticos, que son los que deberían hacerlo. No serán ellos, porque unos la han traicionado vilmente y otros, cobardes, la han abandonado. Serán los ciudadanos los que salvarán a España, nuestra España. Otra vez, como en 1808, cuando nos invadieron los franceses, tendrá que ser la gente la que salve a España. La salvará ese hombre de Badajoz, de Asturias, de Galicia, de León o de cualquier otra parte de España, que el domingo pasado, venciendo la pereza y ajustando su exigua economía, llegó a Barcelona a decir que estaba por la unidad de España y por la constitución. La salvará esa ama de casa catalana que por fin, harta de mentiras, se tiró a la calle indignada para prodigarse en besos con la Policía Nacional y la Guardia Civil, que días antes habían sido expulsados de Cataluña como si fueran alimañas, y para que el mundo supiera que no todos los catalanes son independentistas. La salvarán porque les duele. Les duele España como les duele la cabeza, el estómago o la espalda. Les duele tanto como le dolía a Unamuno. La salvarán de que se rompa y se desmorone. La salvarán de la mentira, de la injusticia, de la desigualdad, del egoísmo, pero sobre todo de la esclavitud a la que la están sometiendo. La salvarán de la barbarie. Pero no la salvarán para enfrentarla. No, porque ser español no implica odiar a los franceses o a los ingleses, ni dejar de ser gallego, leonés, vasco, navarro o catalán. Estos, el hombre de Badajoz, el ama de casa catalana, todos los que estos días salieron a las calles y plazas de España y de fuera de España con la bandera de España, que no por ello, por mucho que se empeñen algunos, son fascistas, sino demócratas, demócratas de verdad, son nuestros auténticos héroes, porque jugándosela han salido a la calle para salvarnos a todos, también a los traidores. Son los héroes anónimos, oscuros, que no se estudiarán en los libros de historia, tal como ha ocurrido con los héroes del 2 de mayo de 1808. Sí, muchas veces España, por qué no, si es mi tierra, mi patria, la patria de todos los españoles, donde nadie debe quedar fuera, ni siquiera los independentistas. España estos días más que nunca.
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¿Quién salvará a España? No serán los políticos, que son los que deberían hacerlo. No serán ellos, porque unos la han traicionado vilmente y otros, cobardes, la han abandonado. Serán los ciudadanos los que salvarán a España, nuestra España. Otra vez, como en 1808, cuando nos invadieron los franceses, tendrá que ser la gente la que salve a España. La salvará ese hombre de Badajoz, de Asturias, de Galicia, de León o de cualquier otra parte de España, que el domingo pasado, venciendo la pereza y ajustando su exigua economía, llegó a Barcelona a decir que estaba por la unidad de España y por la constitución. La salvará esa ama de casa catalana que por fin, harta de mentiras, se tiró a la calle indignada para prodigarse en besos con la Policía Nacional y la Guardia Civil, que días antes habían sido expulsados de Cataluña como si fueran alimañas, y para que el mundo supiera que no todos los catalanes son independentistas. La salvarán porque les duele. Les duele España como les duele la cabeza, el estómago o la espalda. Les duele tanto como le dolía a Unamuno. La salvarán de que se rompa y se desmorone. La salvarán de la mentira, de la injusticia, de la desigualdad, del egoísmo, pero sobre todo de la esclavitud a la que la están sometiendo. La salvarán de la barbarie. Pero no la salvarán para enfrentarla. No, porque ser español no implica odiar a los franceses o a los ingleses, ni dejar de ser gallego, leonés, vasco, navarro o catalán. Estos, el hombre de Badajoz, el ama de casa catalana, todos los que estos días salieron a las calles y plazas de España y de fuera de España con la bandera de España, que no por ello, por mucho que se empeñen algunos, son fascistas, sino demócratas, demócratas de verdad, son nuestros auténticos héroes, porque jugándosela han salido a la calle para salvarnos a todos, también a los traidores. Son los héroes anónimos, oscuros, que no se estudiarán en los libros de historia, tal como ha ocurrido con los héroes del 2 de mayo de 1808. Sí, muchas veces España, por qué no, si es mi tierra, mi patria, la patria de todos los españoles, donde nadie debe quedar fuera, ni siquiera los independentistas. España estos días más que nunca.






