Fausto Jáñez: un alma grande
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Quienes verdaderamente hemos conocido a Fausto Jañez Cordero sabemos que tras su aspecto distante se refugiaba una personina con una sensibilidad inusual y una generosidad ilimitada.
Fausto amaba sus raíces, el teatro, el carnaval, y a todas las personas que no intentaban aprovecharse de su bondad.
También amaba su trabajo y ponía toda su pasión en los belenes con los que cada Navidad adornaba el escaparate de la óptica en la que cuidaba las miradas ajenas.
Ahora se ha ido con esos ángeles que cuidan de la infancia a la que nunca renunció y que él consideraba sagrada. Porque si algo había sagrado para Fausto era la infancia. Y cada vez que uno de sus amigos nos divorciábamos él sufría, no por nosotros sino por nuestros hijos. Amaba la inocencia y le dolía su indefensión.
Amigo Fausto, sólo podemos dar Gracias a la Vida por haber compartido camino contigo. A tu lado hemos aprendido a ser mejores seres humanos.
Has sido y sigues siendo un alma grande que siempre latirá en nuestros corazones.
Gracias por compartir tu sabiduría vital con todos nosotros.
Quienes verdaderamente hemos conocido a Fausto Jañez Cordero sabemos que tras su aspecto distante se refugiaba una personina con una sensibilidad inusual y una generosidad ilimitada.
Fausto amaba sus raíces, el teatro, el carnaval, y a todas las personas que no intentaban aprovecharse de su bondad.
También amaba su trabajo y ponía toda su pasión en los belenes con los que cada Navidad adornaba el escaparate de la óptica en la que cuidaba las miradas ajenas.
Ahora se ha ido con esos ángeles que cuidan de la infancia a la que nunca renunció y que él consideraba sagrada. Porque si algo había sagrado para Fausto era la infancia. Y cada vez que uno de sus amigos nos divorciábamos él sufría, no por nosotros sino por nuestros hijos. Amaba la inocencia y le dolía su indefensión.
Amigo Fausto, sólo podemos dar Gracias a la Vida por haber compartido camino contigo. A tu lado hemos aprendido a ser mejores seres humanos.
Has sido y sigues siendo un alma grande que siempre latirá en nuestros corazones.
Gracias por compartir tu sabiduría vital con todos nosotros.
