Una petición de mano de 1902
![[Img #34890]](upload/img/periodico/img_34890.jpg)
“Sta. María Ortega
Mi distinguida amiga. Me permito dirigirme a Usted para manifestarle que habiendo fallecido mi esposa (q.e.p.d.) y pensando en el deseo de contraer matrimonio, me he acordado de Usted a quien conozco hace tiempo y dada su esmerada educación no dudo haría Usted mi felicidad.
Con el fin de que haga Usted su composición de lugar y pueda determinar lo que sea de su conveniencia voy a exponer a Usted mi situación que es la siguiente: tengo tres niños, dos de ellas niñas de ocho y tres años, y el niño de cinco, los tres muy bonitos y buenos para poderles manejar bien, tanto es así que estamos a pupilo en una casa y no molestan para nada, todo el día están en el Colegio y se acuestan muy temprano.
Yo tengo un sueldo en mi carrera de 8.000 (reales?) más una gratificación para gastos de viaje que unida al sueldo cobro 41 duros mensuales; con respecto a mi conducta aunque cuando muchacho, como Usted sabe era algo revoltoso, hoy he cambiado por completo, siendo amigo de la formalidad y de la consideración de todos mis convecinos y amigos, como yo también la guardo para ellos así como también muy querido de mis Jefes.
Si Usted se determina a darme una contestación favorable a mi pretensión, he pensado que su mamá no se separe de nosotros viviendo en nuestra compañía y a la vez, también creo sería conveniente se trasladasen a esta, pues aunque a mí no me sería difícil mi cambio de destino a esa población, no me es conveniente porque como le digo a Usted aquí disfruto de una gratificación que no tendría en esa además de que el servicio que tengo es muy bueno.
Dispénseme Usted si le molesta mi decisión y disponga como guste de su aftmo. Amigo y s.s.
q.b.s.p. Marcos Fuentes.
Valladolid 24 Octubre 1902”
A la señorita Ortega no le parecieron suficientes buenos motivos los que le exponía el pretendiente para encaminar su vida con este oficial Fuentes y se quedó en su Burgos natal. De hecho nunca tuvo motivos suficientes para el casamiento y vivió su vida feliz y soltera.
Así daba gusto elegir. Todas las cartas sobre la mesa. Los matrimonios calculados daban resultados excelentes.
El amor disminuye con el tiempo y hasta se acaba, pero los intereses suelen ser mucho más perdurables.
O tempora, o mores
“Sta. María Ortega
Mi distinguida amiga. Me permito dirigirme a Usted para manifestarle que habiendo fallecido mi esposa (q.e.p.d.) y pensando en el deseo de contraer matrimonio, me he acordado de Usted a quien conozco hace tiempo y dada su esmerada educación no dudo haría Usted mi felicidad.
Con el fin de que haga Usted su composición de lugar y pueda determinar lo que sea de su conveniencia voy a exponer a Usted mi situación que es la siguiente: tengo tres niños, dos de ellas niñas de ocho y tres años, y el niño de cinco, los tres muy bonitos y buenos para poderles manejar bien, tanto es así que estamos a pupilo en una casa y no molestan para nada, todo el día están en el Colegio y se acuestan muy temprano.
Yo tengo un sueldo en mi carrera de 8.000 (reales?) más una gratificación para gastos de viaje que unida al sueldo cobro 41 duros mensuales; con respecto a mi conducta aunque cuando muchacho, como Usted sabe era algo revoltoso, hoy he cambiado por completo, siendo amigo de la formalidad y de la consideración de todos mis convecinos y amigos, como yo también la guardo para ellos así como también muy querido de mis Jefes.
Si Usted se determina a darme una contestación favorable a mi pretensión, he pensado que su mamá no se separe de nosotros viviendo en nuestra compañía y a la vez, también creo sería conveniente se trasladasen a esta, pues aunque a mí no me sería difícil mi cambio de destino a esa población, no me es conveniente porque como le digo a Usted aquí disfruto de una gratificación que no tendría en esa además de que el servicio que tengo es muy bueno.
Dispénseme Usted si le molesta mi decisión y disponga como guste de su aftmo. Amigo y s.s.
q.b.s.p. Marcos Fuentes.
Valladolid 24 Octubre 1902”
A la señorita Ortega no le parecieron suficientes buenos motivos los que le exponía el pretendiente para encaminar su vida con este oficial Fuentes y se quedó en su Burgos natal. De hecho nunca tuvo motivos suficientes para el casamiento y vivió su vida feliz y soltera.
Así daba gusto elegir. Todas las cartas sobre la mesa. Los matrimonios calculados daban resultados excelentes.
El amor disminuye con el tiempo y hasta se acaba, pero los intereses suelen ser mucho más perdurables.
O tempora, o mores