La Comunal acoge una exposición póstuma del artesano Isodoro Santos
El Museo de La Comunal de Val de San Lorenzo acoge hasta el próximo 8 de julio la exposición de homenaje al artesano y artista Isidoro Santos Prieto. Una muestra amplia de sus excelentes trabajos en talla de madera que fue inaugurada este sábado.
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La exposición había sido concretada con el propio artista y su familia en el pasado año. Tras su fallecimiento inesperado hace unos meses, el Ayuntamiento de Val de San Lorenzo propuso a su viuda Florentina Carro realizarla y cumplir con lo acordado, máxime tratándose de un artesano asiduo a la feria artesanal, en la cual podíamos verle trabajar a lo largo de toda la jornada.
En el emotivo acto se recordó cómo ya desde niño a Isidoro le gustaba trabajar con el barro, con la madera, el dibujo... Sus manos tenían una habilidad innata. En sus años de juventud, fue adquiriendo experiencia y al mismo tiempo premios, pero no sería hasta su jubilación cuando se dedicara de lleno a la talla de madera. Su gubia comenzó a moverse con esmero.
Su hijo Juan Carlos fue el encargado de explicar detalles de la obra expuesta, interviniendo también su madre Florentina, que pese a la emoción que le embargaba, también recordó anécdotas curiosas sobre los trabajos de su esposo.
La exposición había sido concretada con el propio artista y su familia en el pasado año. Tras su fallecimiento inesperado hace unos meses, el Ayuntamiento de Val de San Lorenzo propuso a su viuda Florentina Carro realizarla y cumplir con lo acordado, máxime tratándose de un artesano asiduo a la feria artesanal, en la cual podíamos verle trabajar a lo largo de toda la jornada.
En el emotivo acto se recordó cómo ya desde niño a Isidoro le gustaba trabajar con el barro, con la madera, el dibujo... Sus manos tenían una habilidad innata. En sus años de juventud, fue adquiriendo experiencia y al mismo tiempo premios, pero no sería hasta su jubilación cuando se dedicara de lleno a la talla de madera. Su gubia comenzó a moverse con esmero.
Su hijo Juan Carlos fue el encargado de explicar detalles de la obra expuesta, interviniendo también su madre Florentina, que pese a la emoción que le embargaba, también recordó anécdotas curiosas sobre los trabajos de su esposo.