El Guernica
![[Img #38117]](upload/img/periodico/img_38117.jpg)
El Rey le ha enseñado, y se supone que explicado, el Guernica y su significado al expresidente Obama a su paso por Madrid la semana pasada. En los medios de comunicación hay quien se pregunta con qué criterio el Rey, que acaba de confirmar el Ducado de Franco a la nieta de nuestro dictador, le enseña con orgullo la pintura de Picasso y le explica a Obama el motivo del cuadro: la representación de la ciudad de Guernica al ser bombardeada por los alemanes, importantes aliados de Franco, en nuestra guerra civil.
El Guernica es un cuadro icono de una barbarie que nunca debió de existir pero que existió y, por desgracia, sigue existiendo. El cuadro de Picasso impresiona por su fuerza dramática con la que representa la crueldad, el dolor, la violencia, la denuncia de la guerra…, y ante él nos estremecemos y nos indignamos por las injusticias pasadas. Mientras que, paradójicamente, con las injusticias presentes, las que vemos cada día en vivo y en directo en los medios de comunicación, no nos impresionamos; nos conmueven cada vez menos o ya no nos conmueven. Quizás nuestra cabeza ya no distingue entre realidad y ficción.
Nos hemos inmunizado a base de ver y ver, cada día, muertos tirados por las calles, casas reventadas por bombas, niños sin brazos, sin piernas, envueltos en sangre y polvo… No es una pintura, son imágenes reales que ya las miramos como irreales. Ya va para seis años la guerra de Siria y nadie interviene para pararla.
Seguramente estarán detrás los intereses económicos de los países que venden sus armas a uno y otro bando. La guerra durará lo que quieran que dure los comerciantes internacionales de armamento.
Hay una importante diferencia con nuestra guerra (aunque lo de ‘nuestra’ como generación, quedan ya pocos). En aquella época en el ánimo guerrero había un ingrediente importante de espíritu idealista (bueno o menos bueno, pero idealista). Por un lado italianos y alemanes se sumaron a los intereses de Franco por algunas razones interesantes de estudio histórico como ensayar su fuerza bélica, tantear su poderío de cara a la prevista invasión de Europa… pero mi análisis es que defendían más sus ideales que sus economías. En el otro bando se situaban: la nueva ideología comunista (que encandilaba a unos y asustaba a otros) con ganas de expansión, los socialistas, anarquistas, sindicalistas, izquierda republicana… un paquete de ideologías mal avenidas, además de Las Brigadas Internacionales, ciudadanos antifascistas del mundo civilizado que se sumaron, en un ímpetu individual, a luchar por un mundo justo y libre, personas de todo tipo y condición, venían a defender un espíritu de libertad. Mucho idealismo concentrado y enfrentado.
Volviendo al cuadro de Picasso, El Guernica lleva el nombre de esa ciudad bombardeada el 26 de Abril del 1937, pero en realidad está pintado mucho antes de que ese bombardeo e produjera. La verdad es que no representa a la ciudad vasca de Guernica sufriendo los horrores de las bombas sino a todas las ciudades de España que fueron víctimas de la guerra. Si Picasso hubiera querido representar a la ciudad de Guernica en su drama hubiera sido imprescindible para identificarla que incluyera en el cuadro el símbolo más representativo de esa ciudad, símbolo de las libertades tradicionales de Bizkaia en particular y de los vascos en general, como es El árbol de Guernica. No está el árbol ni hay ningún indicio vasco en el cuadro (ni una chapela).
Este es un análisis. Pero, además, el cuadro de 300 kilos de peso, 3.5 metros de altura y 7.77metros de longitud, lo entregó Picasso a la Expo. una semana después del bombardeo de la ciudad de Guernica. Imposible su ejecución en este pequeño tiempo aunque se tratara del gran Picasso. Era grande pero no mago. Él mismo cuenta que tardó 60 días en pintarlo. Ahí queda claro que Guernica fue arrasada después de la pintura, que el cuadro no está pintado pensando en la ciudad vasca. Esta circunstancia ha originado polémica. Se llamó Guernica porque coincidió en fechas el bombardeo con el inicio de la Expo.
Pero en el fondo qué más da que sea Guernica o Belchite, es un símbolo de sacudida de conciencias.
El 3 de junio de 1937 José Gaos, Comisario del Gobierno de la Republica para la Exposición Universal de Paris, escribe una carta al presidente de la República, Negrín, en la que acusa recibo de 500.000 francos que le han llegado para acabar de montar el Pabellón Español. En ella se queja de su inexperiencia en esas lides y de que el coste final de los arquitectos, Lacasa y Sert, 2 millones de francos, es más elevado de lo previsto. También explica cómo contrató a Picasso para que colaborara en la Exposición donde el gobierno de la Republica se jugaba su prestigio y su legalidad frente a los demás países.
Escribe Gaos: “Verá Ud., también un interrogante en las partidas de las esculturas y pintura mural de Picasso. Este se puso a nuestra disposición sin condiciones, pero las personas de quienes me aconsejé, el Embajador entre ellas, y mis colaboradores, convinimos en que era forzoso para asegurar su colaboración hacerle unos anticipos, de cierta consideración, que han sido los 50.000 francos que figuran en el detalle de los gastos hechos hasta el 21 de Mayo. La pintura mural hecha expresamente para nuestro pabellón debe ser adquirida por el Estado y por lo tanto a éste toca fijar en qué cantidad considere conveniente completar, como precio de esta adquisición, los 50.000 francos que se le han adelantado, teniendo presente que hasta ahora tampoco se han reembolsado especialmente a Picasso los gastos considerables de ejecución de esta pintura y sobre todo de las cuatro esculturas hechas también expresamente para el pabellón.”
El Guernica de Picasso, como los Fusilamientos del tres de mayo de Goya, son una denuncia a la barbarie de la guerra, de todas las guerras, y como tal forman parte de la memoria histórica de nuestro país.
Han pasado casi 80 años. El mundo ha cambiado mucho desde entonces. Ahora los capitales quieren tener más capital, las fortunas más fortuna y las riquezas más riqueza. Para lograr ese fin se utilizan, entre otros muchos métodos desagradables para la humanidad simple y llana, las guerras.
Nos impresiona el Picasso pero no nos impresiona la destrucción de Alepo, por ejemplo. ¿Qué habrá sentido Obama ante el Guernica? ¿Habrá entendido de qué va? Y ¿el Rey? ¿Habrá relacionado al Generalísimo Franco de la guerra con el Excelentísimo Franco de los honores del Ducado? No sé, no lo tengo claro.
O témpora, o mores
![[Img #38117]](upload/img/periodico/img_38117.jpg)
El Rey le ha enseñado, y se supone que explicado, el Guernica y su significado al expresidente Obama a su paso por Madrid la semana pasada. En los medios de comunicación hay quien se pregunta con qué criterio el Rey, que acaba de confirmar el Ducado de Franco a la nieta de nuestro dictador, le enseña con orgullo la pintura de Picasso y le explica a Obama el motivo del cuadro: la representación de la ciudad de Guernica al ser bombardeada por los alemanes, importantes aliados de Franco, en nuestra guerra civil.
El Guernica es un cuadro icono de una barbarie que nunca debió de existir pero que existió y, por desgracia, sigue existiendo. El cuadro de Picasso impresiona por su fuerza dramática con la que representa la crueldad, el dolor, la violencia, la denuncia de la guerra…, y ante él nos estremecemos y nos indignamos por las injusticias pasadas. Mientras que, paradójicamente, con las injusticias presentes, las que vemos cada día en vivo y en directo en los medios de comunicación, no nos impresionamos; nos conmueven cada vez menos o ya no nos conmueven. Quizás nuestra cabeza ya no distingue entre realidad y ficción.
Nos hemos inmunizado a base de ver y ver, cada día, muertos tirados por las calles, casas reventadas por bombas, niños sin brazos, sin piernas, envueltos en sangre y polvo… No es una pintura, son imágenes reales que ya las miramos como irreales. Ya va para seis años la guerra de Siria y nadie interviene para pararla.
Seguramente estarán detrás los intereses económicos de los países que venden sus armas a uno y otro bando. La guerra durará lo que quieran que dure los comerciantes internacionales de armamento.
Hay una importante diferencia con nuestra guerra (aunque lo de ‘nuestra’ como generación, quedan ya pocos). En aquella época en el ánimo guerrero había un ingrediente importante de espíritu idealista (bueno o menos bueno, pero idealista). Por un lado italianos y alemanes se sumaron a los intereses de Franco por algunas razones interesantes de estudio histórico como ensayar su fuerza bélica, tantear su poderío de cara a la prevista invasión de Europa… pero mi análisis es que defendían más sus ideales que sus economías. En el otro bando se situaban: la nueva ideología comunista (que encandilaba a unos y asustaba a otros) con ganas de expansión, los socialistas, anarquistas, sindicalistas, izquierda republicana… un paquete de ideologías mal avenidas, además de Las Brigadas Internacionales, ciudadanos antifascistas del mundo civilizado que se sumaron, en un ímpetu individual, a luchar por un mundo justo y libre, personas de todo tipo y condición, venían a defender un espíritu de libertad. Mucho idealismo concentrado y enfrentado.
Volviendo al cuadro de Picasso, El Guernica lleva el nombre de esa ciudad bombardeada el 26 de Abril del 1937, pero en realidad está pintado mucho antes de que ese bombardeo e produjera. La verdad es que no representa a la ciudad vasca de Guernica sufriendo los horrores de las bombas sino a todas las ciudades de España que fueron víctimas de la guerra. Si Picasso hubiera querido representar a la ciudad de Guernica en su drama hubiera sido imprescindible para identificarla que incluyera en el cuadro el símbolo más representativo de esa ciudad, símbolo de las libertades tradicionales de Bizkaia en particular y de los vascos en general, como es El árbol de Guernica. No está el árbol ni hay ningún indicio vasco en el cuadro (ni una chapela).
Este es un análisis. Pero, además, el cuadro de 300 kilos de peso, 3.5 metros de altura y 7.77metros de longitud, lo entregó Picasso a la Expo. una semana después del bombardeo de la ciudad de Guernica. Imposible su ejecución en este pequeño tiempo aunque se tratara del gran Picasso. Era grande pero no mago. Él mismo cuenta que tardó 60 días en pintarlo. Ahí queda claro que Guernica fue arrasada después de la pintura, que el cuadro no está pintado pensando en la ciudad vasca. Esta circunstancia ha originado polémica. Se llamó Guernica porque coincidió en fechas el bombardeo con el inicio de la Expo.
Pero en el fondo qué más da que sea Guernica o Belchite, es un símbolo de sacudida de conciencias.
El 3 de junio de 1937 José Gaos, Comisario del Gobierno de la Republica para la Exposición Universal de Paris, escribe una carta al presidente de la República, Negrín, en la que acusa recibo de 500.000 francos que le han llegado para acabar de montar el Pabellón Español. En ella se queja de su inexperiencia en esas lides y de que el coste final de los arquitectos, Lacasa y Sert, 2 millones de francos, es más elevado de lo previsto. También explica cómo contrató a Picasso para que colaborara en la Exposición donde el gobierno de la Republica se jugaba su prestigio y su legalidad frente a los demás países.
Escribe Gaos: “Verá Ud., también un interrogante en las partidas de las esculturas y pintura mural de Picasso. Este se puso a nuestra disposición sin condiciones, pero las personas de quienes me aconsejé, el Embajador entre ellas, y mis colaboradores, convinimos en que era forzoso para asegurar su colaboración hacerle unos anticipos, de cierta consideración, que han sido los 50.000 francos que figuran en el detalle de los gastos hechos hasta el 21 de Mayo. La pintura mural hecha expresamente para nuestro pabellón debe ser adquirida por el Estado y por lo tanto a éste toca fijar en qué cantidad considere conveniente completar, como precio de esta adquisición, los 50.000 francos que se le han adelantado, teniendo presente que hasta ahora tampoco se han reembolsado especialmente a Picasso los gastos considerables de ejecución de esta pintura y sobre todo de las cuatro esculturas hechas también expresamente para el pabellón.”
El Guernica de Picasso, como los Fusilamientos del tres de mayo de Goya, son una denuncia a la barbarie de la guerra, de todas las guerras, y como tal forman parte de la memoria histórica de nuestro país.
Han pasado casi 80 años. El mundo ha cambiado mucho desde entonces. Ahora los capitales quieren tener más capital, las fortunas más fortuna y las riquezas más riqueza. Para lograr ese fin se utilizan, entre otros muchos métodos desagradables para la humanidad simple y llana, las guerras.
Nos impresiona el Picasso pero no nos impresiona la destrucción de Alepo, por ejemplo. ¿Qué habrá sentido Obama ante el Guernica? ¿Habrá entendido de qué va? Y ¿el Rey? ¿Habrá relacionado al Generalísimo Franco de la guerra con el Excelentísimo Franco de los honores del Ducado? No sé, no lo tengo claro.
O témpora, o mores






