Cena de exalumnos de los Salesianos
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El sábado 10 de agosto se celebró la cena anual organizada por un grupo de antiguos alumnos de los Salesianos de la provincia de León, un encuentro que se viene realizando desde el año 2003.
Son aquellos niños, ahora padres y abuelos, de los años 60 y principios de los 70, que confiados al padre Cabello, un sacerdote Salesiano natural de Estébanez de la Calzada, se fueron a realizar sus estudios a Cataluña. Unos lo hicieron en el Tibidabo, otros en Horta, en San Vicens dels Horts, Gerona, etc.
Eran niños de Maragatería, del Órbigo, Valduerna, Cepeda… que ahora adultos con distintas profesiones y estilos de vida, hacen todo lo posible por encontrarse una vez al año para intercambiar recuerdos de su infancia lejos de la familia, para evocar anécdotas que sobre todo hacen reír, por interesarse por los que en esta ocasión no han podido venir o por los que se han ido para siempre.
Para todos ellos la experiencia con Los Salesianos en Barcelona o los otros lugares ya citados, fue muy positiva y están agradecidos por los conocimientos adquiridos, que les han servido para realizarse en la vida, sobre todo como personas.
Son ya quince años los que este grupo de antiguos alumnos llevan celebrando esta cita anual en el mes de agosto y la intención de todos ellos es seguir manteniendo este hilo de conexión.
El sábado 10 de agosto se celebró la cena anual organizada por un grupo de antiguos alumnos de los Salesianos de la provincia de León, un encuentro que se viene realizando desde el año 2003.
Son aquellos niños, ahora padres y abuelos, de los años 60 y principios de los 70, que confiados al padre Cabello, un sacerdote Salesiano natural de Estébanez de la Calzada, se fueron a realizar sus estudios a Cataluña. Unos lo hicieron en el Tibidabo, otros en Horta, en San Vicens dels Horts, Gerona, etc.
Eran niños de Maragatería, del Órbigo, Valduerna, Cepeda… que ahora adultos con distintas profesiones y estilos de vida, hacen todo lo posible por encontrarse una vez al año para intercambiar recuerdos de su infancia lejos de la familia, para evocar anécdotas que sobre todo hacen reír, por interesarse por los que en esta ocasión no han podido venir o por los que se han ido para siempre.
Para todos ellos la experiencia con Los Salesianos en Barcelona o los otros lugares ya citados, fue muy positiva y están agradecidos por los conocimientos adquiridos, que les han servido para realizarse en la vida, sobre todo como personas.
Son ya quince años los que este grupo de antiguos alumnos llevan celebrando esta cita anual en el mes de agosto y la intención de todos ellos es seguir manteniendo este hilo de conexión.
