La Cepeda enmienda la falta de reconocimiento social a Eugenio de Nora
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El Día de las Letras Cepedanas 2018 comenzó con la interpretación de algunos poemas de Eugenio de Nora por parte de Ángel Francisco Casado y a continuación Rogelio Blanco presentaba la escritura de Eugenio de Nora diciendo que el día 4 de mayo en el tanatorio de Madrid había echado en falta la representación de autoridades de la Universidad, de la Junta y de los medios de comunicación de la provincia de León. “Creo que cuando un país despide tan mal a un hijo tan preclaro algo nos falla. Hoy tratamos desde La Cepeda enmendar esta falta de reconocimiento institucional y social para con Eugenio de Nora y sus dos hijos”.
Para Rogelio Blanco, Nora es ya un clásico “pues en él la presencia de los clásicos es evidente. Siendo capaz de atender al presente, Eugenio de Nora, estuvo totalmente atento a su momento, a su tierra, considerándose siempre de Zacos. A este “poeta de la resistencia” como lo denominó, le acompaña siempre una gran capacidad de esperanza. “Era un gran lector de la realidad que vivió en su momento, pues como poeta y buen poeta estuvo muy cerca de ella”.
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También dijo de Eugenio de Nora que era un poeta con un estilo muy propio. Pionero, atento a las circunstancias bélicas de la España de los años 40 y 50: “Un rebelde, que no se acomodó a la situación, como fue el caso de Panero. Que no hizo loas a los vencedores, sino que en aquella situación, de dolor, de injusticia, de ejecuciones, con tres millones y medio de fichas nominales de represión existentes en el Archivo de Salamanca, se mantuvo fiel a sus convicciones”. "Además fue un poeta existencialista -seguía diciendo Rogelio Blanco- con una poesía desarraigada, en palabras de Dámaso Alonso, frente a la poesía arraigada paneriana y de otros, bien acomodada al régimen. Poeta crítico que se enfrentó al 'status quo' y tuvo al final que emigrar”.
Según el exdirector general del Libro, Nora no fue exactamente un poeta social como se le ha denominado. "Siendo un agente cultural activo que participó en la revista espadaña con Crémer, González de Lama, Gamoneda, Eloy Terrón y otros”. Continuaba con su conferencia Rogelio Blanco indicando que los nueve años de infancia que vivió en Zacos le cargaron de contenidos que luego reflejó en sus poemas. "En la poesía de Eugenio, los espacios, los lugares, los ‘topoi norianos’ son los de La Cepeda. Los años de infancia, las choperas, el río, la nieve, son motivos principales en su poesía”. Hizo entonces, Blanco una breve reseña de su biografía. También detalló los avatares de la primera edición de ‘Pueblo Cautivo’.
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Fue capaz de leer y analizar la condición humana, vivificando los universales de la poesía, como son el amor, la vida o la naturaleza de su tierra para proponer condiciones de intimidad y de compromiso social. Es desarraigada su poesía pues no acepta los imperios de la falsedad. Muy crítico con las poesías azucaradas o edulcoradas, complacientes con el régimen. Poesía de denuncia social pero cargada de utopía. Seguía calificando así la poesía noriana el conferenciante: "Eugenio es un existencialista positivo, cargado de esperanza en el sentido de Gabriel Marcel. Su poesía va más allá de lo individual y es un auténtico culmen que desemboca en lo social”.
En definitiva calificó su poesía como ‘poesía auténtica’ porque nace de la vivencia propia y no desde el eslogan. “Nace desde su yo y desde su conocimiento, desde lo profundo, del hondón. Es antropológica y antropocéntrica, y en ella habita el amor como esperanza de salvación frente a la soledad, la angustia y el dolor”.
Comentó Rogelio Blanco por último y de manera breve cada uno de los libros de poemas de Eugenio de Nora, para finalizar con una cita de Odysséas Elýtis que proclamaba que “mal para un poeta sin pueblo, pero peor para un pueblo sin poeta. Los cepedanos por suerte tenemos poeta y pueblo”.
El Ayuntamiento de Villamejil entregó entonces una placa conmemorativa a los dos hijos de Eugenio de Nora.
Eugenio, hijo del poeta, hizo como colofón del homenaje una memoria de su padre desde sus recuerdos de infancia. Señaló que su padre les contaba “muy poco de su juventud y casi nada de lo que le conmovía en su interior, de lo que le preocupaba, de sus planes, de sus deseos, de sus proyectos. No se comunicaba mucho a ese nivel. Tal vez por una especie de pudor, por una especie de miedo a desvelar su alma a ser vulnerable."
De una personalidad en su juventud nerviosa e inquieta, pasó a ser tranquilo y distendido, afable, paciente y de una actitud realmente bondadosa y comprensiva, con una estabilidad psíquica permanente. “Un anti lunático total”. Reservado para con sus problemas, bien fueran de origen laboral o personal, sin embargo siempre tenía tiempo para ayudar a sus hijos. “No era una persona proactiva para resolver favores aunque si le pedías algo siempre tenía tiempo para ayudarte”. Sentenciaba Eugenio ante el público presente en Villamejil.
“De actitud optimista de manera espontánea y natural, con una enorme confianza en la capacidad y el carácter de sus hijos”, calificaba Eugenio a su padre…
“A partir del derrame cerebral que sufrió en el año 2007 experimentó una disminución paulatina de las capacidades cognitivas y de la memoria, con pérdida de orientación en el espacio y en el tiempo; pero nunca perdió la cordura, la sensatez, la conciencia de su propia persona y su identidad que conservó hasta el final”, seguía diciendo Eugenio.
“A pesar de ser muy consciente y crítico de los males de España, tenía un concepto muy alto de España como país y estaba muy orgulloso de ser español, transmitiendo a sus hijos que España no tenía que envidiar nada de otras naciones europeas”. Finalizaba su exposición Eugenio de Nora, hijo.
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Después de un receso para tomar un aperitivo, se hizo muestra de la cosecha libresca cepedana a lo largo del último año, entre los cuales habría que destacar el ‘Diccionario de autores de la Cepeda’ compilado por Germán Suárez Blanco
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El Día de las Letras Cepedanas 2018 comenzó con la interpretación de algunos poemas de Eugenio de Nora por parte de Ángel Francisco Casado y a continuación Rogelio Blanco presentaba la escritura de Eugenio de Nora diciendo que el día 4 de mayo en el tanatorio de Madrid había echado en falta la representación de autoridades de la Universidad, de la Junta y de los medios de comunicación de la provincia de León. “Creo que cuando un país despide tan mal a un hijo tan preclaro algo nos falla. Hoy tratamos desde La Cepeda enmendar esta falta de reconocimiento institucional y social para con Eugenio de Nora y sus dos hijos”.
Para Rogelio Blanco, Nora es ya un clásico “pues en él la presencia de los clásicos es evidente. Siendo capaz de atender al presente, Eugenio de Nora, estuvo totalmente atento a su momento, a su tierra, considerándose siempre de Zacos. A este “poeta de la resistencia” como lo denominó, le acompaña siempre una gran capacidad de esperanza. “Era un gran lector de la realidad que vivió en su momento, pues como poeta y buen poeta estuvo muy cerca de ella”.
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También dijo de Eugenio de Nora que era un poeta con un estilo muy propio. Pionero, atento a las circunstancias bélicas de la España de los años 40 y 50: “Un rebelde, que no se acomodó a la situación, como fue el caso de Panero. Que no hizo loas a los vencedores, sino que en aquella situación, de dolor, de injusticia, de ejecuciones, con tres millones y medio de fichas nominales de represión existentes en el Archivo de Salamanca, se mantuvo fiel a sus convicciones”. "Además fue un poeta existencialista -seguía diciendo Rogelio Blanco- con una poesía desarraigada, en palabras de Dámaso Alonso, frente a la poesía arraigada paneriana y de otros, bien acomodada al régimen. Poeta crítico que se enfrentó al 'status quo' y tuvo al final que emigrar”.
Según el exdirector general del Libro, Nora no fue exactamente un poeta social como se le ha denominado. "Siendo un agente cultural activo que participó en la revista espadaña con Crémer, González de Lama, Gamoneda, Eloy Terrón y otros”. Continuaba con su conferencia Rogelio Blanco indicando que los nueve años de infancia que vivió en Zacos le cargaron de contenidos que luego reflejó en sus poemas. "En la poesía de Eugenio, los espacios, los lugares, los ‘topoi norianos’ son los de La Cepeda. Los años de infancia, las choperas, el río, la nieve, son motivos principales en su poesía”. Hizo entonces, Blanco una breve reseña de su biografía. También detalló los avatares de la primera edición de ‘Pueblo Cautivo’.
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Fue capaz de leer y analizar la condición humana, vivificando los universales de la poesía, como son el amor, la vida o la naturaleza de su tierra para proponer condiciones de intimidad y de compromiso social. Es desarraigada su poesía pues no acepta los imperios de la falsedad. Muy crítico con las poesías azucaradas o edulcoradas, complacientes con el régimen. Poesía de denuncia social pero cargada de utopía. Seguía calificando así la poesía noriana el conferenciante: "Eugenio es un existencialista positivo, cargado de esperanza en el sentido de Gabriel Marcel. Su poesía va más allá de lo individual y es un auténtico culmen que desemboca en lo social”.
En definitiva calificó su poesía como ‘poesía auténtica’ porque nace de la vivencia propia y no desde el eslogan. “Nace desde su yo y desde su conocimiento, desde lo profundo, del hondón. Es antropológica y antropocéntrica, y en ella habita el amor como esperanza de salvación frente a la soledad, la angustia y el dolor”.
Comentó Rogelio Blanco por último y de manera breve cada uno de los libros de poemas de Eugenio de Nora, para finalizar con una cita de Odysséas Elýtis que proclamaba que “mal para un poeta sin pueblo, pero peor para un pueblo sin poeta. Los cepedanos por suerte tenemos poeta y pueblo”.
El Ayuntamiento de Villamejil entregó entonces una placa conmemorativa a los dos hijos de Eugenio de Nora.
Eugenio, hijo del poeta, hizo como colofón del homenaje una memoria de su padre desde sus recuerdos de infancia. Señaló que su padre les contaba “muy poco de su juventud y casi nada de lo que le conmovía en su interior, de lo que le preocupaba, de sus planes, de sus deseos, de sus proyectos. No se comunicaba mucho a ese nivel. Tal vez por una especie de pudor, por una especie de miedo a desvelar su alma a ser vulnerable."
De una personalidad en su juventud nerviosa e inquieta, pasó a ser tranquilo y distendido, afable, paciente y de una actitud realmente bondadosa y comprensiva, con una estabilidad psíquica permanente. “Un anti lunático total”. Reservado para con sus problemas, bien fueran de origen laboral o personal, sin embargo siempre tenía tiempo para ayudar a sus hijos. “No era una persona proactiva para resolver favores aunque si le pedías algo siempre tenía tiempo para ayudarte”. Sentenciaba Eugenio ante el público presente en Villamejil.
“De actitud optimista de manera espontánea y natural, con una enorme confianza en la capacidad y el carácter de sus hijos”, calificaba Eugenio a su padre…
“A partir del derrame cerebral que sufrió en el año 2007 experimentó una disminución paulatina de las capacidades cognitivas y de la memoria, con pérdida de orientación en el espacio y en el tiempo; pero nunca perdió la cordura, la sensatez, la conciencia de su propia persona y su identidad que conservó hasta el final”, seguía diciendo Eugenio.
“A pesar de ser muy consciente y crítico de los males de España, tenía un concepto muy alto de España como país y estaba muy orgulloso de ser español, transmitiendo a sus hijos que España no tenía que envidiar nada de otras naciones europeas”. Finalizaba su exposición Eugenio de Nora, hijo.
![[Img #38677]](upload/img/periodico/img_38677.jpg)
Después de un receso para tomar un aperitivo, se hizo muestra de la cosecha libresca cepedana a lo largo del último año, entre los cuales habría que destacar el ‘Diccionario de autores de la Cepeda’ compilado por Germán Suárez Blanco






