Esteban Carro Celada
Domingo, 04 de Noviembre de 2018

Un negocio de arriería en Santiagomillas (XIV)

 

[Img #40186]

 

 

 

(...)

 

“Como nuestras ocupaciones y atenciones de la casa de giro que tenemos, no nos permiten ocuparnos en esta clase de negocios, se hace indispensable dar poder a una persona de confianza.” Uno de los clientes le ha pedido que se interese en la obtención de unos documentos duplicados. Es el corresponsal de Santa Eugenia, que eso sí, les pregunta por el abono del papel: “No hay ni remota esperanza de que paguen los intereses y en cuanto al curso del papel, en el día de hoy está de baja. Es a mediados de 1840."

 

Estamos ya en pleno auge de la desamortización eclesiástica. Gran parte de la fincabilidad de los Alonso Cordero proviene de este evento, favorecedor para la casa, por la buena amistad que unía a Santiago con Mendizábal. Un detalle es el que se nos ofrece el 4 de enero. Lo relata Bernardino. Le comunica a su cuñado Francisco que se presentó su apoderado en Madrid. Debe ser para que le dé dinero con que pagar las fincas adquiridas: “Tu amigo y apoderado Valdés me ha dejado tu carta del 24 con otros documentos sin decirme para qué, ni convenir en nada; supongo será para que le facilite dinero para comprar el papel para pago de fincas, y tan luego como lo pida se lo entregaré, consecuente a tu orden.”

 

Nuevamente el maragato Santiago Alonso Cordero tiene poder de decisión entre sus hermanos, al apoyar la candidatura de Antonio Franco Alonso para realizar la conducta de Galicia, muy numerosa: “Condescendiendo con los deseos del señor Don Santiago Alonso Cordero”. Son fondos pertenecientes al banco. Se presentará a recogerlo uno de los dos hermanos Miguel o Antonio. Y su destinación es Santiago, Pontevedra, Ourense y Tuy. En Santiago hay un asunto importante que viene de parte del director de la Empresa de Agencias Universal.

 

Esta intromisión de Santiago no debía satisfacer mucho a su hermano Francisco porque a los pocos días acusa el golpe, en un retruque a Bernardino. Pretende no hacerse “responsable si sucediese alguna cosa con la conducta.” Se le replica que ha hecho lo más conveniente para la compañía y “que si sucediese alguna desgracia no hay ley ni tribunal que te absuelva de responsabilidad.”

 

 

[Img #40188]

 

 

Se desprende que esta carta fue originada por la molestia de que al salir para la conducta de Galicia, los comisionados no se despidieron del socio, que vive en el pueblo.

 

El natural despierto de estos maragatos que viajan por España entera y que han de vivir entre gentes de números y de letras no obsta para que haya alguno que apenas si sepa contar. Tal es el caso que sucede con Ángel Nistal, que viaja hasta Valladolid, para obtener recuerdos de la casa de Francisco Síglez de Bustamante: “El maragato es persona de nuestra confianza y cuidadoso para custodiar dichos fondos hasta Madrid, pero tiene la desgracia de no estar ducho para contar una cantidad grande, por lo cual hemos de merecer de usted que se sirva a hacerle entrega por talegas hasta su llegada aquí, poniendo a cada una la papeleta que exprese la cantidad que trae”.

 

El 22 de febrero de 1840 estaba ya a punto de hacer su viaje a la corte Francisco. Bernardino había pagado 220 reales como porte de los cajones de mantecadas. Pero Francisco se pone enfermo, se indispone lo que retrasa su venida. Mientras tanto ha liquidado con Esteban Pérez, pero como faltan dos mil reales se ha negado a pagarle la conducta.

 

Santiago Alonso Cordero había pasado unos días en Santiago de Millas.

 

Bernardino recuerda que muy probablemente vuelva a la Corte con su hermano Francisco. Él no se mueve porque desea tener un cambio de impresiones. Le pregunta también dónde se ha metido la escritura de la compañía. Piensa inicialmente que la tiene Francisco en el pueblo, habiéndola llevado involuntariamente. Bastante tiempo más adelante, en el momento del relevo, Francisco asegura que la dejó en un determinado lugar de la casa de Madrid. Nadie la encuentra ni Bernardino ni Cepeda. ¿Qué misterio encierra está desaparición de la escritura? ¿Está  cerca la disolución de la Compañía?

 

El asunto del pobre maragato que no sabía contar no terminó bien. Después de una carta en la que dan las gracias al corresponsal de Valladolid por su exactitud, hallamos otra posterior del 14 de marzo en la que dan cuenta de que faltan 200 reales y se dan algunos francos por pesetas. No se han puesto duros. Deja en libertad al vallisoletano para que reintegre lo que le apetezca a la luz de estas aclaraciones. En cambio las cuentas con Miguel Pérez, otro maragato comisionado, han debido salir bien: “Adjuntas son las tres papeletas de los tres talegos que han salido bien, excepto en una que han faltado dos reales y ha salido una peseta falsa.”

 

La indisposición está reteniendo más de la cuenta a Francisco. Desde Madrid se le ordena hacer varios pagos. Y para que pueda resarcirse de ellos le da orden Francisco de que se presente a su cuñada, es decir la mujer del que se haya en Madrid, para que entregue 40000 reales.

 

 

[Img #40185]

[Img #40187]

 

 

En Tuy muere uno de los corresponsales, Andrés Maceira, y abren cuenta con su hermano. Botana García se entrevista el 26 de abril con el maragato Antonio Carro en su posada de Santiago de Compostela. Son las exigencias de los maragatos que, en vez de visitar ellos, imponían que se les entregara el dinero en el puesto de su centro, en este caso en la posada. El cambio de los hermanos al fin se ha hecho, pero muy poco después ya Bernardino anda mal de la gota, “Te hallas en cama con la gota, cosa que siento y me alegraré del alivio.” Comenta, desde Madrid, Francisco.

 

Los tiempos traían su penuria. Y cada poco pasaba por su dependencia madrileña la mujer y los huérfanos de un benemérito general, que reciben una pensión del Marqués de Espeja. Escriben a Salamanca, para que se pregunte si esta consignación es periódica de dos en dos meses, en cuyo caso estarían dispuestos a adelantar dinero a la viuda. Por el contrario, a Manzanedo se le niega la entrega de una escritura que ha solicitado hasta tanto haya satisfecho su importe de 38 duros.

 

Les ha salido una importante partida del Banco Español y de la Oficina de Centralización de Billetes, así como de la Tesorería de Rentas y del Real Patrimonio. Pero esta vez tanto Pedro García Matanzo, que vuelve a trabajar con ellos - es el primero de la época de Don Santiago-, como Luisito Franco van a conducir sus carromatos por los vericuetos extremeños. Estrenan así una nueva ruta de varios millones en el mes de agosto de 1840. Matanzo por Cáceres, Badajoz y Alcántara con casi un millón, con un flete de ?, Luis también millonario porteador por Trujillo, La Serena y Llerena.

 

Pero antes ocurrirían cosas. Aparte de otra conducta bien henchida por Galicia y Castilla, de dar un quite a un cliente de Almagro que solo les ofrece para la tramitación de una serie de negocios el ¼, y de que el maragato Santiago Cabrera de Rabanal del Camino “conduce a Ponferrada para Vázquez, tres docenas de botellas de cerveza - 160 reales- con posibilidad de que la fábrica le reintegre por las botellas y el cajón si se lo devuelve”; aparte de esto, hay una consulta a Luisito. Luis le ha dicho a su tío en Madrid que no quiere andar ya a la conducta: “Nos dijo que no pensaba seguir en esta clase de ocupación con la compañía y no deseamos vernos chasqueados.”  Este es el motivo de la consulta. Pasan días y Luisito no contesta; su tío da por entendido que le interesa la conducción a cuenta de la compañía de su padre.

 

¿No será que se va a casar Luis con la hija mayor de Santiago Alonso Cordero? ¿No le habrá prometido a su futuro yerno un puesto más remunerador en sus múltiples negocios? 

 

(Continuará...)

 

Para ver todos los artículos sobre el tema en Contexto Global

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.