Venecia sin ti. (A Charles Aznavour, in memoriam)
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Se apagó Venecia, cierto; hoy está más triste y sola que nunca. ¿Cuántas Venecias hay en la vida de una persona? ¿Cuántos recuerdos se van dejando por ciudades y caminos? ¿Cuántas canciones nos acompañan por los senderos de la vida?
En tres minutos, sólo tres minutos, Aznavour supo contar, en una canción, toda una historia de amor, un sentir, unos recuerdos imborrables. Nos acompañó durante décadas, formando parte de la sintonía de nuestras vidas y hoy, Venecia, está sin él, sin el músico que mejor la cantó.
Aznavour, de padres armenios, aunque nacido en Francia, empezó en el mundo de la música, y el espectáculo, siendo un niño. Escribió canciones para Edith Piaff, Juliette Greco, Edie Constantine y un sinfín de artistas, y compartió escenario y disco con el inefable Frank Sinatra. Llegó a vender, a lo largo de su exitosa carrera musical, más de 100 millones de discos. ¡Un grande! Sin duda.
Pero no era sólo un cantante y extraordinario compositor, también fue un actor de gran talento, como lo demostró en la película ‘Tirez sur le pianiste’ (Disparen al pianista) de François Truffaut, o en la de ‘Diez negritos’ de Peter Collinson, o en ‘El tambor de hojalata’ de Volker Schlöndorff.
Grabó, a dúo, un sinfín de canciones con excelentes músicos del momento, además de con el citado Frank Sinatra, también con Liza Minnelli, Elton John, Plácido Domingo, Sting, Josh Groban o Laura Pausini, entre otros, colaborando en el disco Duets del legendario músico cubano Compay Segundo, grabando la canción ‘Morir de amor’.
En la película ‘Siete almas’ protagonizada por Will Smith, su tema, ‘For me, formidable’, fue la banda sonora de dicho film. Su última gira musical lo llevó a varios países del mundo, entre ellos Japón, a la edad de 90 años, donde tuvo un grandioso éxito.
Aznavour residía actualmente en Ginebra, Suiza, como embajador de Armenia, nación que le condecoró como ‘Héroe nacional’, ya que, entre otras cosas, impulsó una fundación en 1988, de ayuda al pueblo armenio, tras el terremoto devastador que segó la vida de 25.000 personas. Él fundó una asociación benéfica “Aznavour pour l’Armenie’ organizando conciertos y colectas a favor de los damnificados.
Descansa en paz, Shahnourh Varinag Aznavourián: Carles Aznavour.
Hasta siempre.
Se apagó Venecia, cierto; hoy está más triste y sola que nunca. ¿Cuántas Venecias hay en la vida de una persona? ¿Cuántos recuerdos se van dejando por ciudades y caminos? ¿Cuántas canciones nos acompañan por los senderos de la vida?
En tres minutos, sólo tres minutos, Aznavour supo contar, en una canción, toda una historia de amor, un sentir, unos recuerdos imborrables. Nos acompañó durante décadas, formando parte de la sintonía de nuestras vidas y hoy, Venecia, está sin él, sin el músico que mejor la cantó.
Aznavour, de padres armenios, aunque nacido en Francia, empezó en el mundo de la música, y el espectáculo, siendo un niño. Escribió canciones para Edith Piaff, Juliette Greco, Edie Constantine y un sinfín de artistas, y compartió escenario y disco con el inefable Frank Sinatra. Llegó a vender, a lo largo de su exitosa carrera musical, más de 100 millones de discos. ¡Un grande! Sin duda.
Pero no era sólo un cantante y extraordinario compositor, también fue un actor de gran talento, como lo demostró en la película ‘Tirez sur le pianiste’ (Disparen al pianista) de François Truffaut, o en la de ‘Diez negritos’ de Peter Collinson, o en ‘El tambor de hojalata’ de Volker Schlöndorff.
Grabó, a dúo, un sinfín de canciones con excelentes músicos del momento, además de con el citado Frank Sinatra, también con Liza Minnelli, Elton John, Plácido Domingo, Sting, Josh Groban o Laura Pausini, entre otros, colaborando en el disco Duets del legendario músico cubano Compay Segundo, grabando la canción ‘Morir de amor’.
En la película ‘Siete almas’ protagonizada por Will Smith, su tema, ‘For me, formidable’, fue la banda sonora de dicho film. Su última gira musical lo llevó a varios países del mundo, entre ellos Japón, a la edad de 90 años, donde tuvo un grandioso éxito.
Aznavour residía actualmente en Ginebra, Suiza, como embajador de Armenia, nación que le condecoró como ‘Héroe nacional’, ya que, entre otras cosas, impulsó una fundación en 1988, de ayuda al pueblo armenio, tras el terremoto devastador que segó la vida de 25.000 personas. Él fundó una asociación benéfica “Aznavour pour l’Armenie’ organizando conciertos y colectas a favor de los damnificados.
Descansa en paz, Shahnourh Varinag Aznavourián: Carles Aznavour.
Hasta siempre.
