Hippoboscoidea
![[Img #41118]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2018/4796_img_29275.jpg?41)
Dicho así hasta queda muy bien con un toque erudito y científico. Hippoboscoidea puede referirse a algo pequeño. En el español llano es la mosca cojonera, de los caballos, de las mierdas o algo similar. Es lo que usan los malos políticos, tan malos que lo que hacen no es política sino pataleta.
Si esta norma se tuviera en cuenta en las Cortes nos quedaríamos con muy pocos discursos porque cuántos oradores salen a descalificar ‘Ad hominem’ o ‘de re’, sin nada que proponer. No me voy a referir a los crispadores nacionales que lo hacen por oficio para complacer a sus fieles, cuando carecen de algo para aportar. Siguen el ejemplo paradigmático de los republicanos norteamericanos. Sin ser nunca mejores personas que los demócratas siempre han tenido como objetivo cargarse al presidente contrario –Carter, Clinton y Obama- más que a sus políticas contra las que no podían.
Como está pasando en España. Todos los ministros socialistas tienen algo en su pasado que les invalida para el puesto. Los de los populares eran dechados de virtudes y ejemplares. Rato, Zaplana… Especialmente los de Aznar – Qué hombre tan admirable, con todos los que le rodeaban él se mantiene impoluto, como Esperanza Aguirre. O qué vergüenza- y son los jueces los que están acabando con ellos en la cárcel. Veremos lo que pasa con los de Rajoy, por los que ponía la mano en el fuego y acabó con muñones por tantos de su entorno que están encarcelados o procesados y la cosa no ha acabado.
Ya sabíamos que el poder, que es lo que buscan y alcanzan los políticos, corrompe. Los socialistas en la Transición demostraron que corrompía muy rápidamente. Los populares saben cuidarse mejor porque tienen experiencia de siglos en el arte del escaqueo. La corrupción es innata y solo se evita con medidas ciertas, no las aparentes, que la atajen.
Ahora está de moda otra suerte, la de don Tancredo o don Rufián. Aquella figura del toreo que se situaba sobre un pedestal en medio del coso desafiando la embestida del toro. Pintado de blanco engañaba al animal y se salvaba de ser empitonado. Como hace ahora el señor diputado. Atrae las cámaras para que le miren y sin ningún peligro, que no es más que una figura circense descarada impropia de ese ruedo. Así el Congreso no sólo parece un circo sino que lo es.
El don Rufián de la impresora se ha hecho un personaje que asiste a las comisiones para salir en la televisión. Evita con su actitud que en las comisiones, ya de por sí son tan poco prácticas que no sirven para nada, se hable de lo que se tenía que hablar. Los investigados o testigos se congratulan de su presencia. Intenta hacerles pasar un mal rato pero la comparecencia queda desvirtuada. Sin él se hubieran visto abocadaos a tener que decir, ocultar o mentir. Le quedan agradecidos de por vida. Más él, que encima cobra y muy bien.
Además sale en la tele y se hace famosillo como los berluscones. Cobra por torpedear a los demás, convertir el Parlamento en un circo y hace un flaco servicio a su partido, Ezquerra, como este se lo hace a la causa de la República. Con su actitud puede acabar con su jefe en la cárcel por media vida aunque de momento, dicen las encuestas, los oráculos del siglo XXI, que sus votantes suben. Eso es democracia o la mala calidad de la misma, pero si es lo que los votantes quieren… Los mismos que izaron a Trump, Bolsonaro, Le Pen… y al que tenga Vox para coger sus argucias en España.
Su espacio está vacío en las municipales para quien quiera ocuparlo con ganas y sin ética y ya va a haber elecciones. ¿En Astorga nos libramos de la hippoboscoidea? De ninguna manera mientras tengamos una oposición que no hace los deberes y se limita a salirse por peteneras y conformarse con pedir dimisiones como muletilla. Para encubrir que ellos no tienen discurso ni nada que proponer, frente a lo poco que hacen los que pueden.
![[Img #41118]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2018/4796_img_29275.jpg?41)
Dicho así hasta queda muy bien con un toque erudito y científico. Hippoboscoidea puede referirse a algo pequeño. En el español llano es la mosca cojonera, de los caballos, de las mierdas o algo similar. Es lo que usan los malos políticos, tan malos que lo que hacen no es política sino pataleta.
Si esta norma se tuviera en cuenta en las Cortes nos quedaríamos con muy pocos discursos porque cuántos oradores salen a descalificar ‘Ad hominem’ o ‘de re’, sin nada que proponer. No me voy a referir a los crispadores nacionales que lo hacen por oficio para complacer a sus fieles, cuando carecen de algo para aportar. Siguen el ejemplo paradigmático de los republicanos norteamericanos. Sin ser nunca mejores personas que los demócratas siempre han tenido como objetivo cargarse al presidente contrario –Carter, Clinton y Obama- más que a sus políticas contra las que no podían.
Como está pasando en España. Todos los ministros socialistas tienen algo en su pasado que les invalida para el puesto. Los de los populares eran dechados de virtudes y ejemplares. Rato, Zaplana… Especialmente los de Aznar – Qué hombre tan admirable, con todos los que le rodeaban él se mantiene impoluto, como Esperanza Aguirre. O qué vergüenza- y son los jueces los que están acabando con ellos en la cárcel. Veremos lo que pasa con los de Rajoy, por los que ponía la mano en el fuego y acabó con muñones por tantos de su entorno que están encarcelados o procesados y la cosa no ha acabado.
Ya sabíamos que el poder, que es lo que buscan y alcanzan los políticos, corrompe. Los socialistas en la Transición demostraron que corrompía muy rápidamente. Los populares saben cuidarse mejor porque tienen experiencia de siglos en el arte del escaqueo. La corrupción es innata y solo se evita con medidas ciertas, no las aparentes, que la atajen.
Ahora está de moda otra suerte, la de don Tancredo o don Rufián. Aquella figura del toreo que se situaba sobre un pedestal en medio del coso desafiando la embestida del toro. Pintado de blanco engañaba al animal y se salvaba de ser empitonado. Como hace ahora el señor diputado. Atrae las cámaras para que le miren y sin ningún peligro, que no es más que una figura circense descarada impropia de ese ruedo. Así el Congreso no sólo parece un circo sino que lo es.
El don Rufián de la impresora se ha hecho un personaje que asiste a las comisiones para salir en la televisión. Evita con su actitud que en las comisiones, ya de por sí son tan poco prácticas que no sirven para nada, se hable de lo que se tenía que hablar. Los investigados o testigos se congratulan de su presencia. Intenta hacerles pasar un mal rato pero la comparecencia queda desvirtuada. Sin él se hubieran visto abocadaos a tener que decir, ocultar o mentir. Le quedan agradecidos de por vida. Más él, que encima cobra y muy bien.
Además sale en la tele y se hace famosillo como los berluscones. Cobra por torpedear a los demás, convertir el Parlamento en un circo y hace un flaco servicio a su partido, Ezquerra, como este se lo hace a la causa de la República. Con su actitud puede acabar con su jefe en la cárcel por media vida aunque de momento, dicen las encuestas, los oráculos del siglo XXI, que sus votantes suben. Eso es democracia o la mala calidad de la misma, pero si es lo que los votantes quieren… Los mismos que izaron a Trump, Bolsonaro, Le Pen… y al que tenga Vox para coger sus argucias en España.
Su espacio está vacío en las municipales para quien quiera ocuparlo con ganas y sin ética y ya va a haber elecciones. ¿En Astorga nos libramos de la hippoboscoidea? De ninguna manera mientras tengamos una oposición que no hace los deberes y se limita a salirse por peteneras y conformarse con pedir dimisiones como muletilla. Para encubrir que ellos no tienen discurso ni nada que proponer, frente a lo poco que hacen los que pueden.






