Grupo de Jóvenes de Astorga y Comarca (Grujac)
Miércoles, 24 de Julio de 2013
Emprender en Astorga
Por todos es sabido que ser emprendedor no es una tarea sencilla, quizás incluso cabe afirmar con cierta seguridad que es una actividad realmente compleja y difícil. La Real Academia de la Lengua nos refleja en pocas palabras la complejidad que se esconde detrás del término “emprendedor” ya que lo define como “Que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas”. Tras esta primera definición y tratando de profundizar buscando un cierto apoyo para defender la parte positiva de ser emprendedor me lanzo a buscar el término emprender en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el cual define emprender como “Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. Seguramente y tras estas dos definiciones un alto porcentaje de posibles emprendedores decidan no arriesgar, incluso pudieran catalogar la actividad como locura.
¿Por qué entonces hay personas que asumen este riesgo?
Evidentemente la respuesta es compleja, pero lo cierto es que siempre han existido y siempre existirán personas con afán de superación, lucha e ilusión. Individuos especiales con determinadas habilidades personales que les permiten detectar oportunidades de negocio antes que al resto. No obstante, debe comentarse también que muchos de los emprendedores conocidos han tenido poca suerte en su primer negocio y han tenido que seguir apostando por sus ideas en un segundo o tercer negocio hasta lograr el éxito que finalmente han alcanzado.
Es cierto que nuestra ciudad, y la sociedad que nos rodea, tiene una cultura aún por desarrollar de respeto y ayuda a personas que han apostado por sus ideas y no han alcanzado el éxito, ¿pero acaso debe servir esta acción para catalogar a alguien como fracasado?, nada más lejos de la realidad. Estas personas son una virtud social que tenemos que defender y apoyar, son seguramente las personas que permiten y mantienen el empleo a otras muchas y por tanto permiten que nuestra ciudad mantenga su población, establecimientos, lugares públicos y monumentos. Y es aquí donde las instituciones que quieren defender la población, servicios, lugares públicos y la ciudad en general, deben hacer hincapié.
Astorga nunca ha sido una ciudad empresarial, pero ¿han ayudado las Instituciones a fomentar este tipo de actividades? ¿Han aportado nuestros representantes políticos iniciativas, actividades o acciones dirigidas a apoyar a este colectivo?
Una gran parte de estudiosos de la materia afirman que los emprendedores nacen, pero existe otra gran número de estudiosos que afirman que los emprendedores se hacen, es decir, que aquellas personas que conocen a otros emprendedores, que conviven no solo con la terminología del emprendedor, sino con las personas que son bandera de dicho término y que permiten ver en el día a día que es y que implica ser emprendedor… son personas que tienen una mayor probabilidad de convertirse en emprendedores y por tanto personas capaces de producir riqueza de sus propias ideas y percepciones. Pues bien, creo que las autoridades locales deberían plantearse si existe alguna medida de este tipo en nuestra ciudad, deberían de plantearse si aun apostando por el turismo no llegará el día en que los visitantes lleguen a Astorga para ver nuestros preciosos monumentos pero no puedan tomarse un café, comer en un restaurante o comprarse recuerdos de las horas pasada en presencia y compañía de los astorganos y sus monumentos…, caso aparte sería si el turista acude en domingo, donde solo podrá visitar nuestros monumentos desde la fría valla protectora del mismo intentado que su cámara acceda entre barrotes para poder sacar una foto sin un complemento involuntariamente añadido, lo cual, es solo una muestra más del abandono al emprendedor y al empresario, que pierde uno de los mejores días de la semana para poder ofertar sus productos a un turista que acude a pasar un día completo a nuestra preciosa ciudad, pero que al encontrarse con los monumentos cerrados, quizás pueda tomar la decisión de seguir la ruta a otros lugares. Este tipo de medidas no hacen más que restringir el flujo económico de una ciudad que espera el fin de semana como mejor opción de negocio. Por todo ello, apostar por el turismo debería ser sinónimo de apostar por los emprendedores, de apoyar a aquellas personas que van a dedicarse a demostrar como nuestros museos y monumentos están acompañados de un tejido empresarial rico, amigable y eficiente.
Dar apoyo no es solo dar dinero a nuevos emprendedores, sino hacer políticas que permitan eliminar algo de la incertidumbre propia de esta actividad, valga el caso del pago del alumbrado por parte de los empresarios durante las pasadas navidades y la reciente noticia de que posiblemente ocurrirá lo mismo en próximas fechas. (lee nuestra entrada al blog grujac.wordpress.com 'Cronica de un futuro emprendedor/). Es cuestión de mostrarles un camino que seguro será difícil, pero que está asfaltado y preparado para aquel que quiera emprenderlo, y no hacer justo lo contrario. El futuro de nuestra ciudad pasa por los emprendedores, pasa por aquellas personas que defiendan su voluntad de vivir lejos de las grandes urbes y trabajar por y para ello. La visión de Astorga es el turismo, pero aunque las autoridades locales no lo vean así, el turismo es ayudar al empresario y por ende formarle y explicarle en que facetas su ayuntamiento está dispuesto a ayudarle. Las nuevas tecnologías abren un abanico innumerable de opciones (sin importar la ubicación de la sede de la empresa, limitación del pasado que hacía que muchas personas tuvieran que abandonar nuestra ciudad) para captar clientes en cualquier lugar del globo, pero claro, solo tenemos que entrar en la página web de nuestro ayuntamiento para darnos cuenta de la importancia que esta potencial plataforma tiene para nuestros representantes políticos. Lo mismo ocurre con la pequeña empresa, ciudadanos que luchan y apuestan por nuestro municipio para empezar sus negocios y que, por ejemplo, se encuentran con negativas de su ayuntamiento a ayudarles en las épocas de posibles incrementos de ingresos como son las Navidades, y las fiestas locales.
Pero aún más importancia adquiere el término “emprender” si lo relacionamos con la gente joven, con la gente que aún está forjando los cimientos de sus ideas e inquietudes. Es aquí donde existe una mayor posibilidad de sembrar para que nuestra ciudad y ellos mismos puedan recoger. Es aquí donde las políticas del Ayuntamiento deben ir encaminadas a formar y explicar que emprender es una tarea dura, pero como tal tiene una repercusión transcendental en el funcionamiento de nuestra ciudad. Pero claro, con cuestiones como las comentadas anteriormente un simple curso no va a hacer que las personas cambien su percepción.
Por todo ello, y tratando de colaborar en mejorar nuestra propia ciudad, creo que es hora de que las instituciones locales replanteen sus ideas y directrices. Se olviden de la situación económica para utilizarla como excusa para el “no hacer…” o “no poder hacer” sino utilizarlo como arma para “ofrecer…” y “diferenciar”.
Por todos es sabido que ser emprendedor no es una tarea sencilla, quizás incluso cabe afirmar con cierta seguridad que es una actividad realmente compleja y difícil. La Real Academia de la Lengua nos refleja en pocas palabras la complejidad que se esconde detrás del término “emprendedor” ya que lo define como “Que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas”. Tras esta primera definición y tratando de profundizar buscando un cierto apoyo para defender la parte positiva de ser emprendedor me lanzo a buscar el término emprender en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el cual define emprender como “Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. Seguramente y tras estas dos definiciones un alto porcentaje de posibles emprendedores decidan no arriesgar, incluso pudieran catalogar la actividad como locura.
¿Por qué entonces hay personas que asumen este riesgo?
Evidentemente la respuesta es compleja, pero lo cierto es que siempre han existido y siempre existirán personas con afán de superación, lucha e ilusión. Individuos especiales con determinadas habilidades personales que les permiten detectar oportunidades de negocio antes que al resto. No obstante, debe comentarse también que muchos de los emprendedores conocidos han tenido poca suerte en su primer negocio y han tenido que seguir apostando por sus ideas en un segundo o tercer negocio hasta lograr el éxito que finalmente han alcanzado.
Es cierto que nuestra ciudad, y la sociedad que nos rodea, tiene una cultura aún por desarrollar de respeto y ayuda a personas que han apostado por sus ideas y no han alcanzado el éxito, ¿pero acaso debe servir esta acción para catalogar a alguien como fracasado?, nada más lejos de la realidad. Estas personas son una virtud social que tenemos que defender y apoyar, son seguramente las personas que permiten y mantienen el empleo a otras muchas y por tanto permiten que nuestra ciudad mantenga su población, establecimientos, lugares públicos y monumentos. Y es aquí donde las instituciones que quieren defender la población, servicios, lugares públicos y la ciudad en general, deben hacer hincapié.
Astorga nunca ha sido una ciudad empresarial, pero ¿han ayudado las Instituciones a fomentar este tipo de actividades? ¿Han aportado nuestros representantes políticos iniciativas, actividades o acciones dirigidas a apoyar a este colectivo?
Una gran parte de estudiosos de la materia afirman que los emprendedores nacen, pero existe otra gran número de estudiosos que afirman que los emprendedores se hacen, es decir, que aquellas personas que conocen a otros emprendedores, que conviven no solo con la terminología del emprendedor, sino con las personas que son bandera de dicho término y que permiten ver en el día a día que es y que implica ser emprendedor… son personas que tienen una mayor probabilidad de convertirse en emprendedores y por tanto personas capaces de producir riqueza de sus propias ideas y percepciones. Pues bien, creo que las autoridades locales deberían plantearse si existe alguna medida de este tipo en nuestra ciudad, deberían de plantearse si aun apostando por el turismo no llegará el día en que los visitantes lleguen a Astorga para ver nuestros preciosos monumentos pero no puedan tomarse un café, comer en un restaurante o comprarse recuerdos de las horas pasada en presencia y compañía de los astorganos y sus monumentos…, caso aparte sería si el turista acude en domingo, donde solo podrá visitar nuestros monumentos desde la fría valla protectora del mismo intentado que su cámara acceda entre barrotes para poder sacar una foto sin un complemento involuntariamente añadido, lo cual, es solo una muestra más del abandono al emprendedor y al empresario, que pierde uno de los mejores días de la semana para poder ofertar sus productos a un turista que acude a pasar un día completo a nuestra preciosa ciudad, pero que al encontrarse con los monumentos cerrados, quizás pueda tomar la decisión de seguir la ruta a otros lugares. Este tipo de medidas no hacen más que restringir el flujo económico de una ciudad que espera el fin de semana como mejor opción de negocio. Por todo ello, apostar por el turismo debería ser sinónimo de apostar por los emprendedores, de apoyar a aquellas personas que van a dedicarse a demostrar como nuestros museos y monumentos están acompañados de un tejido empresarial rico, amigable y eficiente.
Dar apoyo no es solo dar dinero a nuevos emprendedores, sino hacer políticas que permitan eliminar algo de la incertidumbre propia de esta actividad, valga el caso del pago del alumbrado por parte de los empresarios durante las pasadas navidades y la reciente noticia de que posiblemente ocurrirá lo mismo en próximas fechas. (lee nuestra entrada al blog grujac.wordpress.com 'Cronica de un futuro emprendedor/). Es cuestión de mostrarles un camino que seguro será difícil, pero que está asfaltado y preparado para aquel que quiera emprenderlo, y no hacer justo lo contrario. El futuro de nuestra ciudad pasa por los emprendedores, pasa por aquellas personas que defiendan su voluntad de vivir lejos de las grandes urbes y trabajar por y para ello. La visión de Astorga es el turismo, pero aunque las autoridades locales no lo vean así, el turismo es ayudar al empresario y por ende formarle y explicarle en que facetas su ayuntamiento está dispuesto a ayudarle. Las nuevas tecnologías abren un abanico innumerable de opciones (sin importar la ubicación de la sede de la empresa, limitación del pasado que hacía que muchas personas tuvieran que abandonar nuestra ciudad) para captar clientes en cualquier lugar del globo, pero claro, solo tenemos que entrar en la página web de nuestro ayuntamiento para darnos cuenta de la importancia que esta potencial plataforma tiene para nuestros representantes políticos. Lo mismo ocurre con la pequeña empresa, ciudadanos que luchan y apuestan por nuestro municipio para empezar sus negocios y que, por ejemplo, se encuentran con negativas de su ayuntamiento a ayudarles en las épocas de posibles incrementos de ingresos como son las Navidades, y las fiestas locales.
Pero aún más importancia adquiere el término “emprender” si lo relacionamos con la gente joven, con la gente que aún está forjando los cimientos de sus ideas e inquietudes. Es aquí donde existe una mayor posibilidad de sembrar para que nuestra ciudad y ellos mismos puedan recoger. Es aquí donde las políticas del Ayuntamiento deben ir encaminadas a formar y explicar que emprender es una tarea dura, pero como tal tiene una repercusión transcendental en el funcionamiento de nuestra ciudad. Pero claro, con cuestiones como las comentadas anteriormente un simple curso no va a hacer que las personas cambien su percepción.
Por todo ello, y tratando de colaborar en mejorar nuestra propia ciudad, creo que es hora de que las instituciones locales replanteen sus ideas y directrices. Se olviden de la situación económica para utilizarla como excusa para el “no hacer…” o “no poder hacer” sino utilizarlo como arma para “ofrecer…” y “diferenciar”.




