Jueves, 25 de Julio de 2013

La poesía en movimiento de Víctor M. Díez llega a Veguellina


La VI edición de ‘Poesía a orillas del Órbigo’ llega a su último día, este viernes 26 de julio, con un recital del poeta Víctor M. Díez en Veguellina, junto al río, al caer la tarde (20 horas).

El ciclo está coordinado por el profesor y poeta Tomás-Néstor Martínez Álvarez, quien presenta a continuación la escritura de Víctor M. Díez.

[Img #4487]
                                     Víctor M. Díez en una foto de Tamtam press.


En tránsito, del tiempo a la memoria o viceversa

De la claridad de la palabra –acaso oscurecida o en penumbra al roce inesperado con otra–  hasta su asentamiento en el verso hay un itinerario, “Somos viajeros en tránsito”, a lo largo del cual ha de desplazarse el poeta sin más guía que el presentimiento o la búsqueda de una entrada a la realidad. Ésta va a permanecer cosida o atrapada, adherida al poema, “A veces alguien nos tranca en el lenguaje” –escribe el poeta–. Toda realidad instalada en el poema se presenta como única y nueva para quien la imagina; posiblemente quede alterada o sea también nueva para quien la (re)crea al asomarse, como lector, a ese balcón que deja entreabierta la escritura para que cada uno lo entorne o lo abra de par en par hasta adentrarse en los espacios inducidos o por descubrir en los versos.

La escritura en movimiento de Víctor M. Díez –el texto y sus presagios no siempre han de ser traslúcidos– se manifiesta como expandida visión, “Y en la pantalla se ofrece / el horror ordenado de nuestro mundo”; queda expuesta como extenso friso en altorrelieve en el que va a permanecer grabado en sucesión procesional el pasar del tiempo –“¿Niñez todos los días?”– con su amplio e inseparable séquito de ruinas fértiles, decadencia y superación, desmemoria y recuerdos. El yo poético arropando al poeta juega con el tiempo, que “no desaparece, se deshace”; procura que el pasado invada el presente hasta anexionar el futuro: escenarios múltiples de la memoria siempre a mano. “…Y aunque / la memoria sea una lengua retráctil / casi siempre vuelve / medio vacía y sola”, espacio temporal para el olvido.

Un poema en Víctor M. Díez bien podría imaginarse como una casa/caja de acogimiento de otros muchos de los suyos. Cada libro avanza un paso, esconde el señuelo que anuncia la llegada de otro; sabe azuzar los poemas para que salgan a escena y se desenvuelvan en ella. En ocasiones –¡qué frecuente la vibración teatral y musical, también cinematográfica, en su poesía!– el poema quisiera convertirse en  Ser no representable, “El poema no es ni está:. / se refleja; / también / en un cubo de agua sucia. / El poema es un desagüe”. No ignora el poeta que la realidad, creada o imaginada, palabra tras palabra será creación del lenguaje; éste conformará la imagen de aquélla. ¡Que no sean sumisas; sean rebeldes e indignadas!
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.