Luis Mateo Díez: "Maragatería hoy sigue siendo no tan bonita como era sino tan hermosa como fue”
![[Img #41975]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2019/8313_luis-mateo-diez-121.jpg)
Luis Mateo Díez tuvo como interlocutor en 'Encuentros con...” Los Mejores de Los Nuestros' a Ernesto Escapa, que comenzó contextualizando el coloquio en Astorga y en la Casa Panero. Decía Escapa que recordaba que en una ocasión Luis Mateo le había recomendado una obra de Yourcenar, ‘El alquimista’, cuyas últimas páginas describían un auto de fe en la plaza de la Catedral de Astorga. Y que además Astorga se ha beneficiado de todo el arte, el pensamiento que fluía con la peregrinación, cuyo Camino de Santiago pasaba y pasa por Astorga.
El escritor invitado comenzó señalando que cuando le propusieron elegir un lugar para estas conversaciones, eligió Astorga porque “para mí Astorga tiene una significación muy especial y muy intensa desde siempre. No soy maragato, por desgracia, pero soy muy amante de Astorga. Yo nací en Villablino y luego tuve también con mi familia un asentamiento cercano en el Páramo. De eso nació un territorio un poco mítico que se llamaba Celama”. “Para mí esto tiene unos puntos de referencia, el primero el estar en esta casa; es un honor estar en la casa de los Panero, y otro punto de referencia amistoso muy entrañable por todo lo que significó la Escuela de Astorga y aquellas revistas que salieron en aquellos tiempos, con Ricardo Gullón y con Luis Alonso Luengo, dos personas, bueno, de mi familia. Ricardo nos consideraba a Aparicio a Merino y a mí como sus sobrinos. Luis Alonso Luengo era una persona entrañable que estaba con mucha frecuencia en casa. Entonces venir a Astorga ahora y dar un paseo por Astorga... Esta Astorga que, después de tantos años sin venir, tiene una luz floreciente, con sus monumentos… Uno atiende a que hay aquí un rastro de vida... A veces cuando vienes a ciudades tan hermosas y con antecedentes tan milenarios, como la vieja Asturica al pie del Teleno, se pueden rememorar tantas cosas mitológico-mágicas, legendarias. Haces siempre un viaje al pasado... Astorga es una gran urbe del pasado situada en el mundo mítico del camino. Y ese viaje al pasado a mí me encanta. Lo que sí apostaría uno es porque no tuviera que ser el presente el elemento que nos diera la subsistencia sino que todo fluyera teniendo un desarrollo y una creatividad mayor para que todo se nivelara más y sobre todo para que no perdamos lo mejor que tenemos en esta tierra que son primero la gente y luego los paisajes… que en el entorno de Astorga, en la Maragatería, yo creo que la Maragatería hoy sigue siendo no tan bonita como era sino tan hermosa como fue.”
![[Img #41973]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2019/3621_luis-mateo-diez-118.jpg)
Recordó entonces Escapa que en la casa de Panero pasó las navidades de 1931 el poeta César Vallejo, invitado por Leopoldo y consideró esto como una muestra de la hospitalidad paneriana, que en este momento le afectaba a él.
Luis Mateo destacó que aquella sociedad astorgana de los años veinte20, con la ‘Escuela de Astorga’ era síntoma de una especial sensibilidad creadora. Recordó las novelas de ’La Sequía’ de Lorenzo López Sancho, o ‘La cigüeña del palacio’ de Luis Alonso Luengo, la poesía de Leopoldo y de Juan, o al propio Ricardo Gullón que les recreaba a menudo el mundo en que vivieron de chicos…
A continuación Luis Mateo habló de su obra, declarándose narrador, un contador de historias. “De lo que es la novela como historia que se cuenta y como vida que contiene lo que se cuenta. Tal vez porque la ficción se hace fundamentalmente con memoria, con imaginación y con palabras. Tres elementos que todos poseemos y que todos usamos y que está en la naturalidad de las propias vidas. Pero eso que todos tenemos puede tener un destino narrativo, o un destino más artístico que iría más allá del uso utilitario”, añadía el escritor. Entonces habló un poco más largo de lo que denominaba ‘la palabra narradora’ que es la más adecuada para escribir las historias que uno quiera contar.
Comentó su experiencia con la oralidad en la infancia en su valle de Laciana natal, donde contar era poco más que un asunto vecinal, en los filandones invernales agrarios y ganaderos….
![[Img #41974]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2019/7843_luis-mateo-diez-055.jpg)
Luego dijo en favor de la escritura narrativa que “no solo termina nuestra experiencia de poder vivir lo que es, en la realidad en la que estamos y en la vida que vivimos. El arte nos da otras posibilidades, y esto entendido tan solo como alimento de la propia experiencia de la vida.”
“Ese conocimiento en la ficción de la vida es crucial para la formación no solo de nuestra sensibilidad, sino de la condición humana a la que pertenecemos. Las novelas son un viaje al corazón de mucha gente.”
A sugerencia de Escapa, Luis Mateo contó cómo había surgido el territorio de Celama.
“Yo viví en el Páramo en la compañía de mis padres la parte final de sus vidas. Eso y el interés sobre todo del Páramo antiguo del que todavía subsistía mucho, pues una parte del mismo era de tierras a la que todavía no llegaba el agua; eso me aportó a mí una imagen metafórica de lo que podía ser algo así como el destino de las culturas rurales en aquellos años 60 y 70, en aquellos años de declive...Tuve entonces esa idea de construir un territorio que expresara todo el gran desarrollo del auge y de la caída y del crepúsculo de las culturas campesinas y le llamé Celama.”
![[Img #41976]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2019/8050_luis-mateo-diez-128.jpg)
Por último se le dió la palabra al público que al final le rogó que leyera un cuento.
No leyó tal cuento, pero recitó de memoria el siguiente microrrelato: “Todas las mañanas salgo de casa, voy por la calle central, entro en el Café Marítimo, tomo un café solo, salgo, subo las escaleras, llego a la oficina, entro en mi despacho, pongo el portafolios encima de la mesa, lo abro, saco los papeles y sigo escribiendo cuatro frases más en la carta en la que desde hace catorce años explico las razones de mi suicidio.”
![[Img #41975]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2019/8313_luis-mateo-diez-121.jpg)
Luis Mateo Díez tuvo como interlocutor en 'Encuentros con...” Los Mejores de Los Nuestros' a Ernesto Escapa, que comenzó contextualizando el coloquio en Astorga y en la Casa Panero. Decía Escapa que recordaba que en una ocasión Luis Mateo le había recomendado una obra de Yourcenar, ‘El alquimista’, cuyas últimas páginas describían un auto de fe en la plaza de la Catedral de Astorga. Y que además Astorga se ha beneficiado de todo el arte, el pensamiento que fluía con la peregrinación, cuyo Camino de Santiago pasaba y pasa por Astorga.
El escritor invitado comenzó señalando que cuando le propusieron elegir un lugar para estas conversaciones, eligió Astorga porque “para mí Astorga tiene una significación muy especial y muy intensa desde siempre. No soy maragato, por desgracia, pero soy muy amante de Astorga. Yo nací en Villablino y luego tuve también con mi familia un asentamiento cercano en el Páramo. De eso nació un territorio un poco mítico que se llamaba Celama”. “Para mí esto tiene unos puntos de referencia, el primero el estar en esta casa; es un honor estar en la casa de los Panero, y otro punto de referencia amistoso muy entrañable por todo lo que significó la Escuela de Astorga y aquellas revistas que salieron en aquellos tiempos, con Ricardo Gullón y con Luis Alonso Luengo, dos personas, bueno, de mi familia. Ricardo nos consideraba a Aparicio a Merino y a mí como sus sobrinos. Luis Alonso Luengo era una persona entrañable que estaba con mucha frecuencia en casa. Entonces venir a Astorga ahora y dar un paseo por Astorga... Esta Astorga que, después de tantos años sin venir, tiene una luz floreciente, con sus monumentos… Uno atiende a que hay aquí un rastro de vida... A veces cuando vienes a ciudades tan hermosas y con antecedentes tan milenarios, como la vieja Asturica al pie del Teleno, se pueden rememorar tantas cosas mitológico-mágicas, legendarias. Haces siempre un viaje al pasado... Astorga es una gran urbe del pasado situada en el mundo mítico del camino. Y ese viaje al pasado a mí me encanta. Lo que sí apostaría uno es porque no tuviera que ser el presente el elemento que nos diera la subsistencia sino que todo fluyera teniendo un desarrollo y una creatividad mayor para que todo se nivelara más y sobre todo para que no perdamos lo mejor que tenemos en esta tierra que son primero la gente y luego los paisajes… que en el entorno de Astorga, en la Maragatería, yo creo que la Maragatería hoy sigue siendo no tan bonita como era sino tan hermosa como fue.”
![[Img #41973]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2019/3621_luis-mateo-diez-118.jpg)
Recordó entonces Escapa que en la casa de Panero pasó las navidades de 1931 el poeta César Vallejo, invitado por Leopoldo y consideró esto como una muestra de la hospitalidad paneriana, que en este momento le afectaba a él.
Luis Mateo destacó que aquella sociedad astorgana de los años veinte20, con la ‘Escuela de Astorga’ era síntoma de una especial sensibilidad creadora. Recordó las novelas de ’La Sequía’ de Lorenzo López Sancho, o ‘La cigüeña del palacio’ de Luis Alonso Luengo, la poesía de Leopoldo y de Juan, o al propio Ricardo Gullón que les recreaba a menudo el mundo en que vivieron de chicos…
A continuación Luis Mateo habló de su obra, declarándose narrador, un contador de historias. “De lo que es la novela como historia que se cuenta y como vida que contiene lo que se cuenta. Tal vez porque la ficción se hace fundamentalmente con memoria, con imaginación y con palabras. Tres elementos que todos poseemos y que todos usamos y que está en la naturalidad de las propias vidas. Pero eso que todos tenemos puede tener un destino narrativo, o un destino más artístico que iría más allá del uso utilitario”, añadía el escritor. Entonces habló un poco más largo de lo que denominaba ‘la palabra narradora’ que es la más adecuada para escribir las historias que uno quiera contar.
Comentó su experiencia con la oralidad en la infancia en su valle de Laciana natal, donde contar era poco más que un asunto vecinal, en los filandones invernales agrarios y ganaderos….
![[Img #41974]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2019/7843_luis-mateo-diez-055.jpg)
Luego dijo en favor de la escritura narrativa que “no solo termina nuestra experiencia de poder vivir lo que es, en la realidad en la que estamos y en la vida que vivimos. El arte nos da otras posibilidades, y esto entendido tan solo como alimento de la propia experiencia de la vida.”
“Ese conocimiento en la ficción de la vida es crucial para la formación no solo de nuestra sensibilidad, sino de la condición humana a la que pertenecemos. Las novelas son un viaje al corazón de mucha gente.”
A sugerencia de Escapa, Luis Mateo contó cómo había surgido el territorio de Celama.
“Yo viví en el Páramo en la compañía de mis padres la parte final de sus vidas. Eso y el interés sobre todo del Páramo antiguo del que todavía subsistía mucho, pues una parte del mismo era de tierras a la que todavía no llegaba el agua; eso me aportó a mí una imagen metafórica de lo que podía ser algo así como el destino de las culturas rurales en aquellos años 60 y 70, en aquellos años de declive...Tuve entonces esa idea de construir un territorio que expresara todo el gran desarrollo del auge y de la caída y del crepúsculo de las culturas campesinas y le llamé Celama.”
![[Img #41976]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2019/8050_luis-mateo-diez-128.jpg)
Por último se le dió la palabra al público que al final le rogó que leyera un cuento.
No leyó tal cuento, pero recitó de memoria el siguiente microrrelato: “Todas las mañanas salgo de casa, voy por la calle central, entro en el Café Marítimo, tomo un café solo, salgo, subo las escaleras, llego a la oficina, entro en mi despacho, pongo el portafolios encima de la mesa, lo abro, saco los papeles y sigo escribiendo cuatro frases más en la carta en la que desde hace catorce años explico las razones de mi suicidio.”






