Políticos que aburren
![[Img #41981]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2019/2001_valle-nido-usurpado_0082.jpg)
Decía Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.
Aunque sé que está mal generalizar, me vais a permitir que hoy lo haga definiendo a la clase política que lleva las riendas de nuestro país como: ‘nauseabunda’ y ‘aburrida’.
Aunque es cierto, que no todos los políticos son corruptos, sí lo son buena parte de ellos. Tenemos evidencias claras de ello: el caso Gürtel del PP, los ERE del PSOE, las subvenciones opacas de Venezuela a Podemos, el caso Majestic de IU, la financiación ilícita de Convergencia Democrática de Cataluña…y muchas más cuestiones oscuras que rodean a la clase política española. Por ello, me quedo más tranquilo si los coloco a todos en el mismo saco y dejo salir a esa minoría honesta.
Oír la palabra ‘política’ ya nos aburre en demasía a los ciudadanos de a pié. Cada día hay más personas que detestan o ignoran la política y a los políticos. Ya pasan de ella y de ellos…”Son todos unos mentirosos y van a llenarse los bolsillos”. Concepto generalizado de la ciudadanía.
No es de extrañar que estemos hartos del drama constante que propagan, de la tensión, de los gestos a la galería, de decisiones tontas y faltas de objetividad tomadas solo porque suenan bien, de historias que generan conflicto y ruido, que pueden quedar bien en las pantallas de televisión, pero que resultan ineficaces y poco sanas para llevar el país. A mí me gustaría vivir en un país donde por las mañanas al abrir el periódico, no lo tenga que hacer con miedo a leer qué barbaridad se le ha ocurrido hoy al presidente o que necedad ha propuesto hoy ese partido o el otro.
“Vota a aquel que prometa menos. Será el que menos te decepcione”.-Bernard M. Baruch
No hay nada que me queme más que oír cómo nuestros políticos reiteradamente se tiran los trastos a la cabeza y discuten entre sí para ver quién es más corrupto, descalificándose sin educación alguna, convirtiendo el Congreso en un supermercado de banalidades; o en un circo con performance que alguno monta sin ningún respeto. Un problema serio que trasmite crispación, falta de seriedad y poca sensación de amar lo que hacen. En vez de dirigir el país, solucionar problemas, escuchar a los ciudadanos, se dedican a soltar ideas que ni ellos creen, obedeciendo en muchas ocasiones órdenes de partido por muy descabelladas que sean, a pactos, chantajes y trapicheos ocultos, o simplemente haciendo caso del ego y las pretensiones personales, mintiendo descaradamente y criticando a los que opinan lo contrario que ellos.
Con este aburrimiento que provocan y la percepción de corrupción que hay, no es de extrañar que por ejemplo, ante un debate sobre los Presupuestos Generales del Estado, mucha gente opte por cambiar el canal de su televisor y se pasen a ver el programa de Ana Rosa o Gran Hermano.
“La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación”.- Robert Louis Stevenson
Yo creo que necesitamos políticos que entusiasmen con sus ideas, que nos aceleren el ritmo cardiaco con sus propuestas coherentes y pensadas por el bien de los ciudadanos, que respeten la legalidad. Si por el contrario siguen reflejando la imagen nefasta de una política corrupta y pensada como enfrentamiento de fuerzas de la que ya estamos aburridos, es normal que no confiemos en ellos y será imposible que nos enganchen, a no ser que sea eso precisamente lo que persigan.
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Decía Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.
Aunque sé que está mal generalizar, me vais a permitir que hoy lo haga definiendo a la clase política que lleva las riendas de nuestro país como: ‘nauseabunda’ y ‘aburrida’.
Aunque es cierto, que no todos los políticos son corruptos, sí lo son buena parte de ellos. Tenemos evidencias claras de ello: el caso Gürtel del PP, los ERE del PSOE, las subvenciones opacas de Venezuela a Podemos, el caso Majestic de IU, la financiación ilícita de Convergencia Democrática de Cataluña…y muchas más cuestiones oscuras que rodean a la clase política española. Por ello, me quedo más tranquilo si los coloco a todos en el mismo saco y dejo salir a esa minoría honesta.
Oír la palabra ‘política’ ya nos aburre en demasía a los ciudadanos de a pié. Cada día hay más personas que detestan o ignoran la política y a los políticos. Ya pasan de ella y de ellos…”Son todos unos mentirosos y van a llenarse los bolsillos”. Concepto generalizado de la ciudadanía.
No es de extrañar que estemos hartos del drama constante que propagan, de la tensión, de los gestos a la galería, de decisiones tontas y faltas de objetividad tomadas solo porque suenan bien, de historias que generan conflicto y ruido, que pueden quedar bien en las pantallas de televisión, pero que resultan ineficaces y poco sanas para llevar el país. A mí me gustaría vivir en un país donde por las mañanas al abrir el periódico, no lo tenga que hacer con miedo a leer qué barbaridad se le ha ocurrido hoy al presidente o que necedad ha propuesto hoy ese partido o el otro.
“Vota a aquel que prometa menos. Será el que menos te decepcione”.-Bernard M. Baruch
No hay nada que me queme más que oír cómo nuestros políticos reiteradamente se tiran los trastos a la cabeza y discuten entre sí para ver quién es más corrupto, descalificándose sin educación alguna, convirtiendo el Congreso en un supermercado de banalidades; o en un circo con performance que alguno monta sin ningún respeto. Un problema serio que trasmite crispación, falta de seriedad y poca sensación de amar lo que hacen. En vez de dirigir el país, solucionar problemas, escuchar a los ciudadanos, se dedican a soltar ideas que ni ellos creen, obedeciendo en muchas ocasiones órdenes de partido por muy descabelladas que sean, a pactos, chantajes y trapicheos ocultos, o simplemente haciendo caso del ego y las pretensiones personales, mintiendo descaradamente y criticando a los que opinan lo contrario que ellos.
Con este aburrimiento que provocan y la percepción de corrupción que hay, no es de extrañar que por ejemplo, ante un debate sobre los Presupuestos Generales del Estado, mucha gente opte por cambiar el canal de su televisor y se pasen a ver el programa de Ana Rosa o Gran Hermano.
“La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación”.- Robert Louis Stevenson
Yo creo que necesitamos políticos que entusiasmen con sus ideas, que nos aceleren el ritmo cardiaco con sus propuestas coherentes y pensadas por el bien de los ciudadanos, que respeten la legalidad. Si por el contrario siguen reflejando la imagen nefasta de una política corrupta y pensada como enfrentamiento de fuerzas de la que ya estamos aburridos, es normal que no confiemos en ellos y será imposible que nos enganchen, a no ser que sea eso precisamente lo que persigan.






