Razonamientos de políticos que no saben razonar
![[Img #42085]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2019/191_max-2726_img-20190223-wa0032.jpg)
Si razonar es ordenar y relacionar ideas para llegar a una conclusión la verdad es que hay muchos políticos que no saben razonar. Hablan ‘ex cátedra’, como si estuvieran capacitados para ello y ahí queda lo que han dicho, que en muchos casos es una inmundicia.
El presidente de Extremadura, Fernández Vara, después de los sucedido con la votación de los presupuestos, razonó que había quedado demostrado que el señor Sánchez no había pactado con los nacionalistas para que le votaran a favor y que por tanto los políticos que habían basado sus descalificaciones en esta falsedad debían pedir perdón y asumir su error. Este razonamiento implicaba que el primero que debía hacerlo era él, pero de eso nada. Se lo pidió a los demás porque lo fácil es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Siguiendo con la parte acertada del razonamiento de Fernández Vara ¿Qué debía hacer el señor Casado que profirió el discurso más falso, miserable y salvaje? El joven presidente popular expurgó el diccionario para enhebrar los peores insultos y endilgárselos al presidente del Gobierno, dando por hecho que el señor Sánchez había consumado un pacto con los ‘nazionalistas’ para que le votaran. La realidad ha demostrado que no. Los ‘nazionalistas’ votaron con el señor Casado, que no ha retirado ninguno de los calificativos vomitados. Consecuentes con su forma de razonar, está claro que el traidor y felón es él, pero de eso ni palabra. Después de este comportamiento, asumido por su partido, a Casado podrá calificársele como se quiera sin atender a la verdad. Es su ley.
A estas alturas de la película ninguno de los protagonistas de la ‘derecha trifálica’, -que enorme hallazgo de la ministra de Justica para calificarles por lo más esencial de su pensamiento y su comportamiento, aunque haya sido fruto de un lapsus-, se va a apear de lo dicho, porque lo que quieren es conseguir el poder, al precio que sea, que ese es el único objetivo válido que todo lo justifica.
Según las manifestaciones del mismo señor Casado para imponer como primera medida el 155, -ya lo pusieron una vez y no arreglaron nada, que no supieron utilizarlo, pero parece que eso no es lo importante sino sólo tener el poder- haciendo así cruelmente paradójica la posición de los independentistas. Negándose a apoyar los presupuestos más sociales para beneficio de la gente aceptan su propia condena y al señor ‘Cansado’ y a su partido le permiten seguir llenándose los bolsillos, como corresponde a una sociedad corrupta, la de los que lo son y la de los que aspiran a serlo. A lo que parece, a pesar de lo que digan, se suma Ciudadanos.
El exabrupto verbal y desatinado del señor ‘Cansado’ se produjo a partir de la figura del relator que proponían los independentistas y que el gobierno no llegó a aceptar. Aquí queda claro que el señor Casado no había hecho bien sus estudios. Esto es un dato más para dudarlo porque con una formación mediana no habría incurrido en tantos disparates. Con un antecedente similar en Alianza Popular en el señor Hernández Mancha y ya se sabe cómo acabó.
Un relator es un cronista o narrador de lo sucedido, como se hace de continuo en sede parlamentaria y otras instituciones. Sin nada que ver con un mediador o negociador con funciones muy distintas. Este error suyo de interpretación le permitió calificar al presidente del Gobierno de traidor y acusarle de ‘alta traición’, se entiende que contra la soberanía e independencia del Estado. Lo remachó con felón, matiz de origen francés que implica crueldad y maldad.
Le calificó de ilegítimo, en referencia a su acceso a la presidencia por la moción de censura que presentó contra Rajoy. Ganarla fue la consecuencia de que el anterior presidente fuera echado del cargo. Acusación con la que el señor Casado se autodefine como anticonstitucional, pues no acepta los mecanismos que la Constitución precisa. Lo que le lleva más adelante a denominarle chovinista del poder, sin ver lo que está haciendo él en esos momentos sin recato para hacerse con el poder y llega a calificarle de okupa.
Llamó a Sánchez mentiroso compulsivo, sin mirarse al espejo y así se permitió calificarle de ridículo, sin advertir como él se mostraba. Irresponsable e incapaz y desleal, como si se autocalificara. Con el remate de ególatra. En sus políticas con respecto a los independentistas, le calificó de adalid de la ruptura de España, encarnar la catástrofe y rehén, de una forma que recuerda demasiado por trasposición a lo sucedido con Fernando VII, no a manos de los franceses sino elevando de situación a los catalanes. En esa misma línea afirmó que le lleva a ser un escarnio para España, para lo que le adorna de cualidades personales como mediocre e incompetente.
Esta antología del infundio y la calumnia podría tener explicación en un desafuero escolar pero no cuando se trata de la palestra nacional y de sus aspiraciones a ocupar la alta magistratura de la jefatura del Gobierno. Como decía Ortega y Gasset, pero en sentido contrario: No es esto. No es esto. Que pasados los días el PP no lo haya corregido tiene un precio mayor. Se lo debe a los españoles y no se arregla con decir que eso se encaja en el juego político. Eso valdrá para los políticos pero el pueblo español se merece mucho más.
Cuando suceden cosas como el acto vandálico registrado en el memorial del puente de Valimbre se descubren hechos encadenados de la máxima gravedad. Ya se sabe que cuando se siembran vientos lo que sucede. La responsabilidad es del insensato que abre la caja de los truenos o aviva las brasas, haya hecho el máster o no.
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Si razonar es ordenar y relacionar ideas para llegar a una conclusión la verdad es que hay muchos políticos que no saben razonar. Hablan ‘ex cátedra’, como si estuvieran capacitados para ello y ahí queda lo que han dicho, que en muchos casos es una inmundicia.
El presidente de Extremadura, Fernández Vara, después de los sucedido con la votación de los presupuestos, razonó que había quedado demostrado que el señor Sánchez no había pactado con los nacionalistas para que le votaran a favor y que por tanto los políticos que habían basado sus descalificaciones en esta falsedad debían pedir perdón y asumir su error. Este razonamiento implicaba que el primero que debía hacerlo era él, pero de eso nada. Se lo pidió a los demás porque lo fácil es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Siguiendo con la parte acertada del razonamiento de Fernández Vara ¿Qué debía hacer el señor Casado que profirió el discurso más falso, miserable y salvaje? El joven presidente popular expurgó el diccionario para enhebrar los peores insultos y endilgárselos al presidente del Gobierno, dando por hecho que el señor Sánchez había consumado un pacto con los ‘nazionalistas’ para que le votaran. La realidad ha demostrado que no. Los ‘nazionalistas’ votaron con el señor Casado, que no ha retirado ninguno de los calificativos vomitados. Consecuentes con su forma de razonar, está claro que el traidor y felón es él, pero de eso ni palabra. Después de este comportamiento, asumido por su partido, a Casado podrá calificársele como se quiera sin atender a la verdad. Es su ley.
A estas alturas de la película ninguno de los protagonistas de la ‘derecha trifálica’, -que enorme hallazgo de la ministra de Justica para calificarles por lo más esencial de su pensamiento y su comportamiento, aunque haya sido fruto de un lapsus-, se va a apear de lo dicho, porque lo que quieren es conseguir el poder, al precio que sea, que ese es el único objetivo válido que todo lo justifica.
Según las manifestaciones del mismo señor Casado para imponer como primera medida el 155, -ya lo pusieron una vez y no arreglaron nada, que no supieron utilizarlo, pero parece que eso no es lo importante sino sólo tener el poder- haciendo así cruelmente paradójica la posición de los independentistas. Negándose a apoyar los presupuestos más sociales para beneficio de la gente aceptan su propia condena y al señor ‘Cansado’ y a su partido le permiten seguir llenándose los bolsillos, como corresponde a una sociedad corrupta, la de los que lo son y la de los que aspiran a serlo. A lo que parece, a pesar de lo que digan, se suma Ciudadanos.
El exabrupto verbal y desatinado del señor ‘Cansado’ se produjo a partir de la figura del relator que proponían los independentistas y que el gobierno no llegó a aceptar. Aquí queda claro que el señor Casado no había hecho bien sus estudios. Esto es un dato más para dudarlo porque con una formación mediana no habría incurrido en tantos disparates. Con un antecedente similar en Alianza Popular en el señor Hernández Mancha y ya se sabe cómo acabó.
Un relator es un cronista o narrador de lo sucedido, como se hace de continuo en sede parlamentaria y otras instituciones. Sin nada que ver con un mediador o negociador con funciones muy distintas. Este error suyo de interpretación le permitió calificar al presidente del Gobierno de traidor y acusarle de ‘alta traición’, se entiende que contra la soberanía e independencia del Estado. Lo remachó con felón, matiz de origen francés que implica crueldad y maldad.
Le calificó de ilegítimo, en referencia a su acceso a la presidencia por la moción de censura que presentó contra Rajoy. Ganarla fue la consecuencia de que el anterior presidente fuera echado del cargo. Acusación con la que el señor Casado se autodefine como anticonstitucional, pues no acepta los mecanismos que la Constitución precisa. Lo que le lleva más adelante a denominarle chovinista del poder, sin ver lo que está haciendo él en esos momentos sin recato para hacerse con el poder y llega a calificarle de okupa.
Llamó a Sánchez mentiroso compulsivo, sin mirarse al espejo y así se permitió calificarle de ridículo, sin advertir como él se mostraba. Irresponsable e incapaz y desleal, como si se autocalificara. Con el remate de ególatra. En sus políticas con respecto a los independentistas, le calificó de adalid de la ruptura de España, encarnar la catástrofe y rehén, de una forma que recuerda demasiado por trasposición a lo sucedido con Fernando VII, no a manos de los franceses sino elevando de situación a los catalanes. En esa misma línea afirmó que le lleva a ser un escarnio para España, para lo que le adorna de cualidades personales como mediocre e incompetente.
Esta antología del infundio y la calumnia podría tener explicación en un desafuero escolar pero no cuando se trata de la palestra nacional y de sus aspiraciones a ocupar la alta magistratura de la jefatura del Gobierno. Como decía Ortega y Gasset, pero en sentido contrario: No es esto. No es esto. Que pasados los días el PP no lo haya corregido tiene un precio mayor. Se lo debe a los españoles y no se arregla con decir que eso se encaja en el juego político. Eso valdrá para los políticos pero el pueblo español se merece mucho más.
Cuando suceden cosas como el acto vandálico registrado en el memorial del puente de Valimbre se descubren hechos encadenados de la máxima gravedad. Ya se sabe que cuando se siembran vientos lo que sucede. La responsabilidad es del insensato que abre la caja de los truenos o aviva las brasas, haya hecho el máster o no.






