Antruejos y entroidos cuando se aproxima el equinoccio de primavera

La Piñata de Astorga se ha topado en la mañana de este domingo con el despliegue de riqueza antropológica y etnográfica del III Carnaval Tradicional que hunde sus raíces en las fiestas rurales del noroeste peninsular. Por las calles se han dejado notar los antruejos y entroidos con los jurrus y los castrones de Alija del Infantado, y con los gallegos del cigarrón de Verín y los fuliones de A Veiga, Mormentelos y Felos da Corga da Serra.

Las carreras y los sustos de los antruejos han resonado en Astorga como las "reminiscencias, probablemente, de antiguos cultos en pro de la supervivencia y conservación de la especie, justo cuando el sol se aproxima a su equinoccio de primavera y la naturaleza despierta de su letargo invernal", como ha indicado en diferentes artículos el investigador leonés David Gustavo López, "cuyos rituales se tradujeron en bailes de máscaras que pueden estar relacionados con cultos animistas y totémicos, destinados reclamar la acción benefactora del tótem, sea un animal u otro ser animado, en el que el grupo social cree tener sus ancestros".