Tomás Valle Villalibre
Sábado, 23 de Marzo de 2019

No queremos brindis al sol

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Había pensado quedarme al margen de los posibles brindis al sol que como ciudadanos nos tocan sufrir, de los candidatos a las elecciones municipales. Pero como he detectado algunos sutiles movimientos de cara a las que ya tenemos a la vuelta de la esquina, que no coinciden con mi manera de ver las cosas, pues tomo partido; que no alecciono. 


Llegan las elecciones y ninguno se salva, todos quieren presentar promesas y propuestas atractivas que atraigan a los ciudadanos y faciliten la inclinación de los votos para su candidatura. Promesas que por otra parte, en muchas ocasiones son casi imposibles de llevar a cabo. Pero todos son conscientes de la memoria de pez que tenemos los ciudadanos electores.


La ingrata realidad es, que los comicios son periodos oportunos para mentir descaradamente. Los ciudadanos estamos tan acostumbrados a que nos prometan cosas posibles e imposibles y a no pedir después cuenta alguna, que todo vale. Innegable, que es un privilegio del candidato tomar una decisión sobre lo que le conviene o sobre lo que debe o no debe prometer. Y por supuesto, queda sometido a su buen juicio, saber lo que promete.


El asunto es serio, aunque algunos oportunistas pretendan relativizarlo como más les interese. Siendo especialmente serio y grave si lo que se ha prometido afecta de forma significativa a la economía de la ciudad, que en definitiva es la del ciudadano. Resumirlo, no es difícil. Si el candidato a dirigir nuestra ciudad durante cuatro años promete algo posible, debe ponerse a ello y cumplirlo o al menos intentarlo con todas sus fuerzas y plena dedicación. Asumiendo, en todo caso, las consecuencias de no haberlo cumplido con honradez. Sin trampas.


Si por el contrario se promete algo, a sabiendas de no poder llevarlo a cabo, me reservo el calificativo que se merece y le aconsejaría que se fuera, que no engañe a su electorado, que no haga daño a ‘La Ciudad’.


Nuestra ciudad, Astorga, necesita ser renovada, al menos así lo veo yo, y para ello se necesita un equipo de gobierno preparado, formado preferentemente con técnicos en la materia que van a desempeñar dentro de la concejalía a la que opten. Ya no sirven comparsas de amigos, de palmeros mediocres promocionados o caras más o menos guapas. Es el momento de los mejores.

 

Se necesita un candidato serio, con un programa electoral bien elaborado, que no parezca un catálogo comercial, que muestre ante nosotros los ciudadanos un plan serio, que denote la preparación del líder político y de su oferta política.


No se puede fiar nuestra subsistencia a ser una ciudad turística que monotematiza su economía en pro de este imperativo contemporáneo y en todo caso sería necesaria una revisión seria que singularice la ciudad con un proyecto que la sitúe como imprescindible.


Yo me imagino, entre otras cosas, un candidato con iniciativa para diagnosticar la situación actual del municipio y proponer medidas para atraer más gasto, desarrollar planes para la atracción de empresas, implantar una imagen de marca y, en definitiva, “relanzar y reinventar una ciudad en crisis”.


Quiero imaginarme una ciudad que favorece la creación de empleo, aplazando y difiriendo los impuestos y gastos municipales para empresas de nueva creación y/o de primera instalación. Ofreciendo suelo industrial a bajo coste en el polígono industrial.


Me imagino una ciudad en la que las políticas sociales sean de verdad ‘sociales’, teniendo como principios la solidaridad y la justicia social, huyendo del clientelismo.


Podría imaginarme un candidato que propusiera la igualdad de género como eje trasversal en todos los ámbitos de actuación o que entendiera la cultura como un bien común, un factor de equidad e inclusión, distribuido por los barrios y como motor económico y empleo, donde se perciba un equilibrio entre lo actual y las tradiciones.


Me gustaría imaginar una ciudad para la juventud, en la que el candidato a la alcaldía viera a los jóvenes como uno de los principales pilares para transformar la ciudad. 


Imaginemos todos que la austeridad empieza por el alcalde y los concejales, de forma que no utilicen su primer pleno para subirse las remuneraciones de forma descarada.


Quiero imaginar que todos los candidatos se dan cuenta de la desintegración de nuestra ciudad y pondrán todo su interés en darle un importante impulso, de lo contrario seguiremos en una situación que no podremos soportar por mucho tiempo.


Astorga necesita gente seria con un programa serio, sin ‘Brindis al sol’. Es su reto señores candidatos.

 

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