Perandones quiere ganar la batalla a los digitales
La inesperada vuelta del que fuera alcalde de ciudad durante dos decenios largos ha convulsionado la vida política astorgana. En dos frentes, a derecha e izquierda: el PP e Izquierda Unida. El primero porque ya ha experimentado que le puede rebañar votos de la derecha, como sucedió en todas las legislaturas anteriores a su salida de la Corporación en 2011 y dejarlo sin posibilidad de gobernar, y el segundo porque sabe que de los tres concejales con que ahora cuenta, al menos dos provienen de votantes socialistas enfadados por la crisis que hubo en el PSOE local; y que los puede perder.
Perandones era poco amigo de inauguraciones, incluso de contratar a algún periodista, como han hecho en esta última legislatura, que se encargara de dar imagen a todo lo que se gestionaba en el Ayuntamiento. Confiaba en que la gente valorara su gestión por lo que iba viendo que se hacía. Si observamos ahora cómo ha salido a la opinión pública el PSOE astorgano lo hace apenas sin fotos, y sin aparecer de continuo, como hacen por ejemplo los de Izquierda Unida, que aparecen una y otra vez los mismos para darse a conocer, con reuniones, aunque lo que dicen no tenga siempre interés. Es la batalla por la imagen.
Puede que esta vez el exalcalde y el PSOE se confundan si no hacen una política informativa eficaz en las redes sociales. Sobre todo para captar el voto de los más jóvenes, pues la mayoría de estos todo lo leen y hacen a través de su celular. Aunque Perandones suele ir contracorriente de lo que hacen los demás políticos, no son ahora tiempos para reflexiones largas, como las que hace en los artículos que publica. La batalla por la imagen es lo más importante, aunque detrás de ella no haya nada de provecho, ni nada que se vaya a realizar, porque han cambiado los tiempos.
Quienes conocen a Perandones saben que no le gustan las frases impactantes, que quiere que se piensen las cosas. Pero ganar la batalla a los medios digitales puede ser algo imposible, y estos tiempos para la información ya no son los de hace unos pocos años.
La inesperada vuelta del que fuera alcalde de ciudad durante dos decenios largos ha convulsionado la vida política astorgana. En dos frentes, a derecha e izquierda: el PP e Izquierda Unida. El primero porque ya ha experimentado que le puede rebañar votos de la derecha, como sucedió en todas las legislaturas anteriores a su salida de la Corporación en 2011 y dejarlo sin posibilidad de gobernar, y el segundo porque sabe que de los tres concejales con que ahora cuenta, al menos dos provienen de votantes socialistas enfadados por la crisis que hubo en el PSOE local; y que los puede perder.
Perandones era poco amigo de inauguraciones, incluso de contratar a algún periodista, como han hecho en esta última legislatura, que se encargara de dar imagen a todo lo que se gestionaba en el Ayuntamiento. Confiaba en que la gente valorara su gestión por lo que iba viendo que se hacía. Si observamos ahora cómo ha salido a la opinión pública el PSOE astorgano lo hace apenas sin fotos, y sin aparecer de continuo, como hacen por ejemplo los de Izquierda Unida, que aparecen una y otra vez los mismos para darse a conocer, con reuniones, aunque lo que dicen no tenga siempre interés. Es la batalla por la imagen.
Puede que esta vez el exalcalde y el PSOE se confundan si no hacen una política informativa eficaz en las redes sociales. Sobre todo para captar el voto de los más jóvenes, pues la mayoría de estos todo lo leen y hacen a través de su celular. Aunque Perandones suele ir contracorriente de lo que hacen los demás políticos, no son ahora tiempos para reflexiones largas, como las que hace en los artículos que publica. La batalla por la imagen es lo más importante, aunque detrás de ella no haya nada de provecho, ni nada que se vaya a realizar, porque han cambiado los tiempos.
Quienes conocen a Perandones saben que no le gustan las frases impactantes, que quiere que se piensen las cosas. Pero ganar la batalla a los medios digitales puede ser algo imposible, y estos tiempos para la información ya no son los de hace unos pocos años.
