José Luis Castro dirigirá la diócesis tras la muerte del obispo
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El vicario general de la diócesis, José Luis Castro Pérez, ha sido nombrado administrador diocesano después de la muerte del obispo, Juan Antonio Menéndez. El Colegio de Consultores de la Diócesis se ha reunido este jueves y por mayoría absoluta ha elegido al número dos del Obispado para dirigir la diócesis.
José Luis Castro fue elegido vicario general por el obisp en enero de 2017. En sus primeras palabras, puso de relieve que los retos del futuro diocesano pasan por la nueva organización de la curia diocesana para ser más eficaz y operativa en el gobierno y administración de la diócesis; también por encontrar soluciones pastorales para hacer frente a las dificultades derivadas de la fuerte secularización, la creciente edad del clero y la despoblación de muchos pueblos de nuestro territorio diocesano; y el trabajo con las familias, con los niños y los jóvenes que "fructifique evangélicamente, entre otras realidades, en la aparición y acompañamiento de nuevas vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa que garanticen el futuro pastoral de muchas comunidades cristianas en las distintas zonas de nuestra geografía diocesana".
El vicario general de la diócesis, José Luis Castro Pérez, ha sido nombrado administrador diocesano después de la muerte del obispo, Juan Antonio Menéndez. El Colegio de Consultores de la Diócesis se ha reunido este jueves y por mayoría absoluta ha elegido al número dos del Obispado para dirigir la diócesis.
José Luis Castro fue elegido vicario general por el obisp en enero de 2017. En sus primeras palabras, puso de relieve que los retos del futuro diocesano pasan por la nueva organización de la curia diocesana para ser más eficaz y operativa en el gobierno y administración de la diócesis; también por encontrar soluciones pastorales para hacer frente a las dificultades derivadas de la fuerte secularización, la creciente edad del clero y la despoblación de muchos pueblos de nuestro territorio diocesano; y el trabajo con las familias, con los niños y los jóvenes que "fructifique evangélicamente, entre otras realidades, en la aparición y acompañamiento de nuevas vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa que garanticen el futuro pastoral de muchas comunidades cristianas en las distintas zonas de nuestra geografía diocesana".
