A cuatro voces y un violín contra la herida (Pecado de omisión)
![[Img #44047]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2019/5523_319.jpg)
Al atardecer el sábado se presentaba en la Casa Panero el nuevo libro de poemas de Mercedes G. Rojo, ‘Pecado de omisión’ publicado por la editorial Huerga & Fierro. Ocupaban toda la parte baja de la casa, pues la presentación del libro tuvo también algo de representación. El público, en los asientos de la sala central, la que da paso a las otras tres. También el pasillo largo estaba destinado a los espectadores.
No todos la veíamos, pero sí oímos la interpretación de una música de violín, de una de las habitaciones, que como un aroma se iba imponiendo al silencio, en espera de las palabras.
Así que la música cesó, comenzó la lectura de poemas. ‘Pecado de omisión’ denuncia y expresa cuatro tipos de pecados, nada que ver con los siete capitales. El primero, la violencia de género. Sobre el pecado que se comete con los inmigrantes leyó Néstor Rojas. Acerca de la Memoria Histórica leyó la propia autora 'Son hermosos los trigales...' Sobre el tema de la salud lo hizo Paz Martínez con el poema 'A un payaso'. Pero lo que también denuncia, y de ahí el título, es la conjura de silencio que se ejerce sobre estas formas de agresión. Conjura en la que tantas veces participan como actores principales quienes las padecen.
![[Img #44048]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2019/4359_310.jpg)
![[Img #44050]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2019/9792_235.jpg)
Entre poema y poema acompañaba el aroma del violín, interpretado por Olga López Guillermo, a los asistentes. Mercedes G. Rojo entró a la sala como en un día de Corpus floral arrojando pétalos de amapola a los asistentes. Leyó varios poemas, y entre pausa y pausa el manotón de sangre y lágrimas representado en esos pétalos. El suelo estaba cubierto de ellos. El poema ‘Estoy aquí' se leyó en forma coral.
“…estoy aquí para alzar mi voz / por aquellas a las que calló la muerte, / por aquellas a las que el miedo / silencia sus palabras día a día, / sus quejas…, sus denuncias…, sus llamadas de auxilio. “ Comenzaba una ‘performance’ en la que cada estrofa era leída por una enmascarada, hasta cuatro. Terminaban las enmascaradas diciendo a la vez que desvelaban su cara, su pétalo de amapola hasta ahora silenciado: “Por eso / estoy / HOY / aquí. // Para mostrar mi faz / por las que vieron desfigurado su rostro / por los golpes / por el dolor / por el olvido // YO ESTOY AQUÍ.
![[Img #44049]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2019/7465_329.jpg)
La velada finalizó con nueva lectura de poemas y con cuestiones desde el público sobre los poemas y proyectos futuros de Mercedes Rojo. Los aplausos fueron puntuados con un capricho de violín
![[Img #44047]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2019/5523_319.jpg)
Al atardecer el sábado se presentaba en la Casa Panero el nuevo libro de poemas de Mercedes G. Rojo, ‘Pecado de omisión’ publicado por la editorial Huerga & Fierro. Ocupaban toda la parte baja de la casa, pues la presentación del libro tuvo también algo de representación. El público, en los asientos de la sala central, la que da paso a las otras tres. También el pasillo largo estaba destinado a los espectadores.
No todos la veíamos, pero sí oímos la interpretación de una música de violín, de una de las habitaciones, que como un aroma se iba imponiendo al silencio, en espera de las palabras.
Así que la música cesó, comenzó la lectura de poemas. ‘Pecado de omisión’ denuncia y expresa cuatro tipos de pecados, nada que ver con los siete capitales. El primero, la violencia de género. Sobre el pecado que se comete con los inmigrantes leyó Néstor Rojas. Acerca de la Memoria Histórica leyó la propia autora 'Son hermosos los trigales...' Sobre el tema de la salud lo hizo Paz Martínez con el poema 'A un payaso'. Pero lo que también denuncia, y de ahí el título, es la conjura de silencio que se ejerce sobre estas formas de agresión. Conjura en la que tantas veces participan como actores principales quienes las padecen.
![[Img #44048]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2019/4359_310.jpg)
![[Img #44050]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2019/9792_235.jpg)
Entre poema y poema acompañaba el aroma del violín, interpretado por Olga López Guillermo, a los asistentes. Mercedes G. Rojo entró a la sala como en un día de Corpus floral arrojando pétalos de amapola a los asistentes. Leyó varios poemas, y entre pausa y pausa el manotón de sangre y lágrimas representado en esos pétalos. El suelo estaba cubierto de ellos. El poema ‘Estoy aquí' se leyó en forma coral.
“…estoy aquí para alzar mi voz / por aquellas a las que calló la muerte, / por aquellas a las que el miedo / silencia sus palabras día a día, / sus quejas…, sus denuncias…, sus llamadas de auxilio. “ Comenzaba una ‘performance’ en la que cada estrofa era leída por una enmascarada, hasta cuatro. Terminaban las enmascaradas diciendo a la vez que desvelaban su cara, su pétalo de amapola hasta ahora silenciado: “Por eso / estoy / HOY / aquí. // Para mostrar mi faz / por las que vieron desfigurado su rostro / por los golpes / por el dolor / por el olvido // YO ESTOY AQUÍ.
![[Img #44049]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2019/7465_329.jpg)
La velada finalizó con nueva lectura de poemas y con cuestiones desde el público sobre los poemas y proyectos futuros de Mercedes Rojo. Los aplausos fueron puntuados con un capricho de violín






