Un Septiembre inspirado en la cajita de los recuerdos
![[Img #44696]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/07_2019/9843_grupo-2.jpg)
Estos días la anunciada beatificación de mi tía Pilín, de su prima Octavia y de su amiga Olga, las Enfermeras Mártires de Somiedo, me ha llevado a investigar entre los papeles de la familia, buscando noticias y fotos de las tres.
Revolviendo entre los papeles ‘secretos’ de mi abuela encontré unos deliciosos papelitos escritos a máquina con tinta morada del año 1927, muy bien doblados en una pequeña caja de madera con su llave, que describen con mucha gracia aquella época de Astorga. Transcribo los titulados una égloga, un recuerdo.
Recuerdo de una merienda en tierra de Maragatería
Tarde apacible de hermosura llena / Que convida a soñar con alegría / y a adorar a la vida con más fuerza. / En un monte la mesa preparada / cual si a convite en bodas acudieran / cincuenta convidados diligentes / Contentos de pensar que pasarían / como sucedió al fin, tarde tan buena. / No le faltó a la mesa ni un detalle / Todo estaba preparado con destreza / Y hasta su nombre propio señalado / Para que todos quepan con justeza. / Empieza ya el banquete a que sin duda / Dijeron que merienda se llamaba, equivocadamente. / Ricas tortillas, / Empanadas varias / De pollos y pescados bien rellenas. / Ternera cual ninguna se conoce / Buenos jamones y otras cosas varias / fueron con sidra y vino rociadas. / Confitura sin cuento y ricas frutas / Pusieron fin a este menú tan bueno. / Tampoco le faltó su tamborada / Que el aire embelesó con su alegría / Estando ya en la fiesta preparada / Viéndose así que en esta tierra hidalga / La vida le sonríe de tal modo / Que entran también las ganas / De hacerse para siempre maragatos / Y vivir hasta el fin en sus montañas. / Agradecida a todos , muchas gracias / Y unas poquitas más con gran afecto / A Amparo Carro, por quien fui invitada. Santa Colomba 19 septiembre 1927-
Egloga a la ciudad de Astorga y su comarca
Ave Fénix, Astúrica / Ciudad de tierra fuerte y laborada / donde los hombre siempre fueron hombres / y así pasaron existencia honrada. Y en tiempos de batallas aguerridos / supieron defender su tierra amada. / Luego vinieron tiempos más tranquilos / pues el correr del mundo todo cambia, / y supieron hacer de su terruño / ciudad tranquila acogedora y grata. Aquí la gente es buena / no hay peleas, / hay fe y hay bienandanzas / y esto puede decirse / de población que vive por si propia / donde la gente vive desahogada, / y sólo debe a su trabajo honrado / el que fuese por todos imitada. / Para ornato de propios y de extraños / tiene su Catedral severa y magna, / y por si fuera poco / sentaron en sus reales un Palacio / mansión de obispos que ninguno iguala; / bueno fue el pensamiento / y cuando el tiempo corra / y en siglos venideros / admiren vuestra obra / verán que fuisteis además de bravos / católicos fervientes y admirados. / Vuestras mujeres son modelos siempre / como Dios las pensó creando el mundo / haciendo siempre el bien, agradecidas / de que Dios las permita tales rumbos. / Así, por fin, Artúrica querida / quedarás inmortal cual te mereces / y serás por los siglos alabada y bendita por las gentes.
Astorga, Septiembre de 1927
No sé si fue mi abuela quien escribió esto o quien alguien de la familia, en cualquier caso es una persona que en aquel septiembre de 1927 sintió el halo de la musa y derrochó inspiración para crear estos simpáticos e iluminados momentos. Un recuerdo.
O témpora o mores
![[Img #44696]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/07_2019/9843_grupo-2.jpg)
Estos días la anunciada beatificación de mi tía Pilín, de su prima Octavia y de su amiga Olga, las Enfermeras Mártires de Somiedo, me ha llevado a investigar entre los papeles de la familia, buscando noticias y fotos de las tres.
Revolviendo entre los papeles ‘secretos’ de mi abuela encontré unos deliciosos papelitos escritos a máquina con tinta morada del año 1927, muy bien doblados en una pequeña caja de madera con su llave, que describen con mucha gracia aquella época de Astorga. Transcribo los titulados una égloga, un recuerdo.
Recuerdo de una merienda en tierra de Maragatería
Tarde apacible de hermosura llena / Que convida a soñar con alegría / y a adorar a la vida con más fuerza. / En un monte la mesa preparada / cual si a convite en bodas acudieran / cincuenta convidados diligentes / Contentos de pensar que pasarían / como sucedió al fin, tarde tan buena. / No le faltó a la mesa ni un detalle / Todo estaba preparado con destreza / Y hasta su nombre propio señalado / Para que todos quepan con justeza. / Empieza ya el banquete a que sin duda / Dijeron que merienda se llamaba, equivocadamente. / Ricas tortillas, / Empanadas varias / De pollos y pescados bien rellenas. / Ternera cual ninguna se conoce / Buenos jamones y otras cosas varias / fueron con sidra y vino rociadas. / Confitura sin cuento y ricas frutas / Pusieron fin a este menú tan bueno. / Tampoco le faltó su tamborada / Que el aire embelesó con su alegría / Estando ya en la fiesta preparada / Viéndose así que en esta tierra hidalga / La vida le sonríe de tal modo / Que entran también las ganas / De hacerse para siempre maragatos / Y vivir hasta el fin en sus montañas. / Agradecida a todos , muchas gracias / Y unas poquitas más con gran afecto / A Amparo Carro, por quien fui invitada. Santa Colomba 19 septiembre 1927-
Egloga a la ciudad de Astorga y su comarca
Ave Fénix, Astúrica / Ciudad de tierra fuerte y laborada / donde los hombre siempre fueron hombres / y así pasaron existencia honrada. Y en tiempos de batallas aguerridos / supieron defender su tierra amada. / Luego vinieron tiempos más tranquilos / pues el correr del mundo todo cambia, / y supieron hacer de su terruño / ciudad tranquila acogedora y grata. Aquí la gente es buena / no hay peleas, / hay fe y hay bienandanzas / y esto puede decirse / de población que vive por si propia / donde la gente vive desahogada, / y sólo debe a su trabajo honrado / el que fuese por todos imitada. / Para ornato de propios y de extraños / tiene su Catedral severa y magna, / y por si fuera poco / sentaron en sus reales un Palacio / mansión de obispos que ninguno iguala; / bueno fue el pensamiento / y cuando el tiempo corra / y en siglos venideros / admiren vuestra obra / verán que fuisteis además de bravos / católicos fervientes y admirados. / Vuestras mujeres son modelos siempre / como Dios las pensó creando el mundo / haciendo siempre el bien, agradecidas / de que Dios las permita tales rumbos. / Así, por fin, Artúrica querida / quedarás inmortal cual te mereces / y serás por los siglos alabada y bendita por las gentes.
Astorga, Septiembre de 1927
No sé si fue mi abuela quien escribió esto o quien alguien de la familia, en cualquier caso es una persona que en aquel septiembre de 1927 sintió el halo de la musa y derrochó inspiración para crear estos simpáticos e iluminados momentos. Un recuerdo.
O témpora o mores






