Gracias, Jalisko
![[Img #45701]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2019/3782_43180787_672267713156991_8972657770536894464_n.jpg)
Me ha costado trabajo encajar tu inesperada partida, Javier. Creo que fuiste tú más generoso con la vida que lo que ella ha sido contigo. Es el riesgo que corremos todos, pero esa actitud tuya de darte a la vida y sacarle de dentro todo su poderío es lo que te ha hecho grande.
Te conocí, pero no todo lo que debía haberte conocido. Hoy lo que siento es ese absurdo que lleva la vida en sus adentros y que sale a la luz con descaro en estos casos. Y, también, gratitud.
Algunas cosas me enseñaste, Jalisko. Te catalogan de artista y tienen razón, pero un artista verdadero, en el fondo, es un creador, y eso es lo que admiraba en ti. Creo que huías de considerar la vida como una rutina y te dedicaste a adentrarte en el fondo del tiempo, del amor, del arte, de Astorga y de todo lo que se te ponía delante. Eso me pareció siempre admirable en ti. Se advertía mucho en tus fotografías, incluso cuando te dio por hacer aquellas tan saturadas de color que a mí no me gustaban demasiado, pero que revelaban el ardor y la fuerza con los que tú vivías.
Me imagino que esa actitud creadora te llevaría a ser incomprendido por muchas personas, pero también a ser valorado, como es mi caso.
Y también creo que eras, Javi, una persona noble. Hubo un tiempo en el que la nobleza se asociaba con las clases altas, pero eran otras épocas. Ahora la nobleza es difícil de encontrar, pero tú la tenías y, en mi opinión, en altas dosis. Quiero decir que creo que siempre fuiste un tipo bueno, sin maldad, sin rencor, generoso, sin segundas intenciones, sin ninguna de esas características que tanto se dan en la sociedad y que dejan al ser humano por debajo de lo que debería ser.
Todo eso, junto con tu habitual sonrisa y algunas buenas cosas de fotografía, es lo que aprendía de ti, Javier. Te lo agradezco sinceramente, como quien agradece a alguien que te ayude a descifrar algunas de las claves para hacer mejor este viaje por la vida.
Permanecerás en la memoria de muchos, Javier, Javi, Jalisko. Y a los que nos quedamos aquí creo que nos dirías: ¡A vivir!
Me ha costado trabajo encajar tu inesperada partida, Javier. Creo que fuiste tú más generoso con la vida que lo que ella ha sido contigo. Es el riesgo que corremos todos, pero esa actitud tuya de darte a la vida y sacarle de dentro todo su poderío es lo que te ha hecho grande.
Te conocí, pero no todo lo que debía haberte conocido. Hoy lo que siento es ese absurdo que lleva la vida en sus adentros y que sale a la luz con descaro en estos casos. Y, también, gratitud.
Algunas cosas me enseñaste, Jalisko. Te catalogan de artista y tienen razón, pero un artista verdadero, en el fondo, es un creador, y eso es lo que admiraba en ti. Creo que huías de considerar la vida como una rutina y te dedicaste a adentrarte en el fondo del tiempo, del amor, del arte, de Astorga y de todo lo que se te ponía delante. Eso me pareció siempre admirable en ti. Se advertía mucho en tus fotografías, incluso cuando te dio por hacer aquellas tan saturadas de color que a mí no me gustaban demasiado, pero que revelaban el ardor y la fuerza con los que tú vivías.
Me imagino que esa actitud creadora te llevaría a ser incomprendido por muchas personas, pero también a ser valorado, como es mi caso.
Y también creo que eras, Javi, una persona noble. Hubo un tiempo en el que la nobleza se asociaba con las clases altas, pero eran otras épocas. Ahora la nobleza es difícil de encontrar, pero tú la tenías y, en mi opinión, en altas dosis. Quiero decir que creo que siempre fuiste un tipo bueno, sin maldad, sin rencor, generoso, sin segundas intenciones, sin ninguna de esas características que tanto se dan en la sociedad y que dejan al ser humano por debajo de lo que debería ser.
Todo eso, junto con tu habitual sonrisa y algunas buenas cosas de fotografía, es lo que aprendía de ti, Javier. Te lo agradezco sinceramente, como quien agradece a alguien que te ayude a descifrar algunas de las claves para hacer mejor este viaje por la vida.
Permanecerás en la memoria de muchos, Javier, Javi, Jalisko. Y a los que nos quedamos aquí creo que nos dirías: ¡A vivir!
