El can encadenado
![[Img #45845]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2019/3464_15578ee982e4f65da53c59a3f1686b53_xl.jpg)
Creo que distingo sus aullidos de angustia cuando cae el sol y la noche, como una garganta seca y oscura, se cierne sobre él sin ninguna piedad. Son ladridos distintos a los del día. La noche y sus silencios como patas de alacranes imaginarios le aterrorizan.
Durante el día, a veces, y de forma muy discreta, se deja oír cuando otros canes vecinos intentan entablar un diálogo o, intuyen, que necesita socorro. Dice muy poco o casi nada. Es un perro guardián de no sé qué almacenaje de trastos y restos. No hay ladrón que caiga en tentación de llevarse nada y el pobre perro, amarrado perennemente toda su pobre vida, no sabe qué guarda, qué hace, el por qué de ese destino absurdo.
No es la primera vez que en tal parcela de despropósitos habita un perro maltratado. Se han ido muriendo de tristeza y desidia otros pobres canes solitarios, amarrados a una corta cadena que impide hacer recorridos más allá de dos metros. Y, seguro, que dada su nobleza y lealtad, estuvieron agradecidos cuando el otro ‘animal’ de dos patas y erguido, le depositaba comida en el suelo de su alienante choza.
El can encadenado me eriza el vello con sus aullidos nocturnos. El pobre no entiende nada, ni entenderá, pero el trato despiadado de su amo, aún lo entiendo menos.
¿Para qué quiere alguien tener un perro en esas condiciones? ¿Es acaso que algunos seres acomplejados necesitan su dosis diaria de maltrato con un ser indefenso para sentirse superiores?
Realmente sí son superiores, los son en el asco que me provocan, en el vacío de la empatía desalojada de corazones áridos. Cualquier ser inhumano que maltrate a un animal puede ser capaz de hacer lo mismo con otro ser vivo. ¡Lástima de mundo! Personas así no deberían tener animales, y de tenerlos, que la autoridad competente les exija un carnet de buen comportamiento y, a su vez, en caso de maltrato, una orden irrevocable, con su prohibición correspondiente, de que el individuo en cuestión no es apto para tener animales. Yo sugeriría que viera lo que se siente al estar atado toda la vida y sin la más mínima deferencia.
¡Por favor, una cadena para el amo!
Creo que distingo sus aullidos de angustia cuando cae el sol y la noche, como una garganta seca y oscura, se cierne sobre él sin ninguna piedad. Son ladridos distintos a los del día. La noche y sus silencios como patas de alacranes imaginarios le aterrorizan.
Durante el día, a veces, y de forma muy discreta, se deja oír cuando otros canes vecinos intentan entablar un diálogo o, intuyen, que necesita socorro. Dice muy poco o casi nada. Es un perro guardián de no sé qué almacenaje de trastos y restos. No hay ladrón que caiga en tentación de llevarse nada y el pobre perro, amarrado perennemente toda su pobre vida, no sabe qué guarda, qué hace, el por qué de ese destino absurdo.
No es la primera vez que en tal parcela de despropósitos habita un perro maltratado. Se han ido muriendo de tristeza y desidia otros pobres canes solitarios, amarrados a una corta cadena que impide hacer recorridos más allá de dos metros. Y, seguro, que dada su nobleza y lealtad, estuvieron agradecidos cuando el otro ‘animal’ de dos patas y erguido, le depositaba comida en el suelo de su alienante choza.
El can encadenado me eriza el vello con sus aullidos nocturnos. El pobre no entiende nada, ni entenderá, pero el trato despiadado de su amo, aún lo entiendo menos.
¿Para qué quiere alguien tener un perro en esas condiciones? ¿Es acaso que algunos seres acomplejados necesitan su dosis diaria de maltrato con un ser indefenso para sentirse superiores?
Realmente sí son superiores, los son en el asco que me provocan, en el vacío de la empatía desalojada de corazones áridos. Cualquier ser inhumano que maltrate a un animal puede ser capaz de hacer lo mismo con otro ser vivo. ¡Lástima de mundo! Personas así no deberían tener animales, y de tenerlos, que la autoridad competente les exija un carnet de buen comportamiento y, a su vez, en caso de maltrato, una orden irrevocable, con su prohibición correspondiente, de que el individuo en cuestión no es apto para tener animales. Yo sugeriría que viera lo que se siente al estar atado toda la vida y sin la más mínima deferencia.
¡Por favor, una cadena para el amo!