¡Vaya Rey! ¡Vaya con el Rey!
![[Img #45967]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/09_2019/1402_por-que-no-te-callas-012.jpg)
El Rey emérito es un hombre ‘muy campechano’. Ese es el calificativo más oído y más manejado de nuestro antiguo Rey. Yo nunca he oído decir de él ‘es un hombre muy inteligente’, ‘es un hombre muy sabio’, ‘es muy culto’, ‘es muy competente’, ‘es muy pensador’, ‘es un intelectual’, ‘es un hombre estudioso’, ‘es prudente’, ‘es juicioso’… , no, no he oído nada de esto’ Cuando se le quiere elogiar lo primero que se menciona es que es ‘muy campechano’. Hemos tenido el honor durante cuarenta años de tener un Rey con un gran valor, ser ‘campechano’.
¿Pero qué significa ser campechano? Según la Rae (Real Academia Española) alguien “que se comporta con llaneza y cordialidad” “que no muestra interés alguno por ceremonias y formulismos” y alguien “dispuesto para cualquier broma o diversión”. Ese ha sido nuestro Rey durante cuarenta años, una persona llana, bromista y divertida. Qué suerte hemos tenido, bueno, sobre todo los que han escuchado sus bromas y se han divertido con sus gracias, sus gracietas y sus fiestas privadas.
Como era/es campechano, y no estaba preparado para ‘formulismos’, le hemos oído leer durante su reinado, con una voz algo torpe, los discursos grandes, pequeños y medianos que le han tenido que preparar porque, claro, no ni ‘intelectual’ ni ‘orador’ sino campechano.
Y como es un hombre tan ejerciente de campechano, se hizo amigo, muy amigo, de Hasán ll, el rey de Marruecos de su tiempo (padre del actual, Mohamed Vl). Yo siempre me había preguntado de dónde había nacido esa amistad de la que los dos monarcas hacían gala, porque Hasán ll eran un hombre muy especial y muy tradicional que tenía cierta aversión por el Norte de su país, nuestro antiguo protectorado, al que no le prestaba ninguna atención, ni ninguna inversión, por lo que esta amplia zona de su país la tenía en un estado cercano a lo medieval.
¿Por qué Hasán ll, al que podríamos llamarle con todo respeto un viejo zorro, se hizo tan amigo del nuevo, joven e inexperto rey Juan Carlos l? pues eh aquí que esta antigua incógnita que yo me tenía planteada se me acaba de desvelar. Nos acabamos de enterar que el príncipe Juan Carlos ‘le regaló’ nuestro Sahara Occidental al rey de Marruecos a cambio de que los Estados Unidos apoyara y respaldara su coronación.
Evidentemente la coronación de Juan Carlos estaba muy cogida por los pelos, surgía de los designios del dictador. No estaba muy claro que aquel movimiento de ficha en el gobierno del país fuera a funcionar, había que buscar un padrino poderoso, y ahí estaban los Estados Unidos con sus intereses, siempre atentos a los movimientos internacionales para meter su cuña, y aparece también en escena de intereses en estos cambalaches Arabia Saudí, un país que quedó para siempre amigo, benefactor y financiador de nuestro querido rey campechano.
Estábamos en octubre de 1975. Franco estaba a punto de ‘dejarnos’. Los españoles estábamos en un suspiro sostenido ante la incertidumbre del porvenir del país, y bajo los pies del ‘heredero político del dictador’ se extendía un mar de arenas movedizas.
Estando nuestro país, y nuestro futuro rey, en situación de incertidumbres varias, se ponen en movimiento intereses internacionales. La provincia española del Sahara es un territorio muy interesante por su situación estratégica, su interesante riqueza en fosfatos y, además, por los muchos kilómetros de costa para los derechos de pesca. Parece que Arabia Saudí y la CIA acuerdan iniciar un proyecto sobre este rico territorio de España. Y ahora salen unos papeles desclasificados de la CIA que nos explican alguna cosita de nuestro Rey emérito campechano.
Hasan ll aprovecha la situación para iniciar su movimiento de ficha en este relato. El 26 de octubre de 1975 da comienzo la Marcha Verde en territorio marroquí con tecnología y logística americana para apropiarse del Sahara español.
Juan Carlos no es rey, está en funciones porque Franco todavía no se ha ido. Este movimiento del monarca marroquí, que supone un enfrentamiento bélico colonial, pone en situación peligrosa su futura corona. Y como nuestro esperanzado rey además de ser campechano también es listo para sobrevivir, manda a su querido amigo, quien igualmente se jugaba con la corona su oneroso futuro, Manuel de Prado y Colón de Carvajal, a pedir ayuda a Kissinger. Funciona, y llegan a un acuerdo que permite respirar profunda y tranquilamente al príncipe Juan Carlos y a su amigo de juventud Manuel de Prado. El futuro rey se compromete a entregar el Sahara Español a Marruecos a cambio del apoyo político americano como Rey de España.
Aun así, ya hecho el regalo, el príncipe en funciones de rey, hace el paripé de ir a primeros de noviembre a apoyar a los saharauis y decirles que el ejército está con ellos y lucharan hasta el fin. Ahí ya hacía uso por adelantado del artículo 64 de la todavía no redactada Constitución en el que se le otorga el don y la virtud de la inviolabilidad y la irresponsabilidad. Ese artículo no habla de la ética pero entra dentro del paquete de las virtudes reales sobre las que poder brincar sin temor.
Así de franca, ilustre y transparente empezó su andadura el príncipie como gobernante antes de su coronación. Así se inició haciendo lo que mejor sabe hacer: buenísimos amigos que, con su campechanismo, le reportaron, tiempo después, cuando ya tenía la corona sobre su cabeza y un artículo 64 blindándole sus espaldas, buenísimos beneficios además de la soberanía. Con los jeques de Arabia Saudí ha sido inti y ha sacado buenos dividendos de negocios propios y ajenos; y gracias a esta amistad su hija Cristina, desterrada en Ginebra, vive como una princesa respaldada por los saudíes. En Marruecos parece que tiene buenas inversiones también avalado por su amigo Hassán.
Sí, nuestro anterior Rey ha ido por la vida como un Rolls Royce blindado, rodando por distintos caminos sin que nadie ni nada le pueda detener. Ni las distintas y múltiples amantes, ni los varios hijos no reconocidos, ni la verdad del 23F, ni los millones en una cuenta en Suiza (que como Jordi Pujol dice que son herencias paternas), ni su evidente implicación en el caso Noos, ni las revelaciones de la supuesta princesa Corinna, ni sus safaris, ni el dinero público que ha derrochado en sus andanzas, ni, ni, ni…
El Rey emérito ha vivido a su antojo porque rulaba blindado y tenía todos los derechos para ser irresponsable.
¡Ay el día que se levante la veda!, es entonces cuando vamos a conocer de verdad a nuestro flamante Rey emérito, ese tío campechano que entre bromas y chascarrillos ha hecho ‘de su capa un sayo’ y de quien nos han hecho creer que le debemos la salvación del país.
O témpora o mores
El Rey emérito es un hombre ‘muy campechano’. Ese es el calificativo más oído y más manejado de nuestro antiguo Rey. Yo nunca he oído decir de él ‘es un hombre muy inteligente’, ‘es un hombre muy sabio’, ‘es muy culto’, ‘es muy competente’, ‘es muy pensador’, ‘es un intelectual’, ‘es un hombre estudioso’, ‘es prudente’, ‘es juicioso’… , no, no he oído nada de esto’ Cuando se le quiere elogiar lo primero que se menciona es que es ‘muy campechano’. Hemos tenido el honor durante cuarenta años de tener un Rey con un gran valor, ser ‘campechano’.
¿Pero qué significa ser campechano? Según la Rae (Real Academia Española) alguien “que se comporta con llaneza y cordialidad” “que no muestra interés alguno por ceremonias y formulismos” y alguien “dispuesto para cualquier broma o diversión”. Ese ha sido nuestro Rey durante cuarenta años, una persona llana, bromista y divertida. Qué suerte hemos tenido, bueno, sobre todo los que han escuchado sus bromas y se han divertido con sus gracias, sus gracietas y sus fiestas privadas.
Como era/es campechano, y no estaba preparado para ‘formulismos’, le hemos oído leer durante su reinado, con una voz algo torpe, los discursos grandes, pequeños y medianos que le han tenido que preparar porque, claro, no ni ‘intelectual’ ni ‘orador’ sino campechano.
Y como es un hombre tan ejerciente de campechano, se hizo amigo, muy amigo, de Hasán ll, el rey de Marruecos de su tiempo (padre del actual, Mohamed Vl). Yo siempre me había preguntado de dónde había nacido esa amistad de la que los dos monarcas hacían gala, porque Hasán ll eran un hombre muy especial y muy tradicional que tenía cierta aversión por el Norte de su país, nuestro antiguo protectorado, al que no le prestaba ninguna atención, ni ninguna inversión, por lo que esta amplia zona de su país la tenía en un estado cercano a lo medieval.
¿Por qué Hasán ll, al que podríamos llamarle con todo respeto un viejo zorro, se hizo tan amigo del nuevo, joven e inexperto rey Juan Carlos l? pues eh aquí que esta antigua incógnita que yo me tenía planteada se me acaba de desvelar. Nos acabamos de enterar que el príncipe Juan Carlos ‘le regaló’ nuestro Sahara Occidental al rey de Marruecos a cambio de que los Estados Unidos apoyara y respaldara su coronación.
Evidentemente la coronación de Juan Carlos estaba muy cogida por los pelos, surgía de los designios del dictador. No estaba muy claro que aquel movimiento de ficha en el gobierno del país fuera a funcionar, había que buscar un padrino poderoso, y ahí estaban los Estados Unidos con sus intereses, siempre atentos a los movimientos internacionales para meter su cuña, y aparece también en escena de intereses en estos cambalaches Arabia Saudí, un país que quedó para siempre amigo, benefactor y financiador de nuestro querido rey campechano.
Estábamos en octubre de 1975. Franco estaba a punto de ‘dejarnos’. Los españoles estábamos en un suspiro sostenido ante la incertidumbre del porvenir del país, y bajo los pies del ‘heredero político del dictador’ se extendía un mar de arenas movedizas.
Estando nuestro país, y nuestro futuro rey, en situación de incertidumbres varias, se ponen en movimiento intereses internacionales. La provincia española del Sahara es un territorio muy interesante por su situación estratégica, su interesante riqueza en fosfatos y, además, por los muchos kilómetros de costa para los derechos de pesca. Parece que Arabia Saudí y la CIA acuerdan iniciar un proyecto sobre este rico territorio de España. Y ahora salen unos papeles desclasificados de la CIA que nos explican alguna cosita de nuestro Rey emérito campechano.
Hasan ll aprovecha la situación para iniciar su movimiento de ficha en este relato. El 26 de octubre de 1975 da comienzo la Marcha Verde en territorio marroquí con tecnología y logística americana para apropiarse del Sahara español.
Juan Carlos no es rey, está en funciones porque Franco todavía no se ha ido. Este movimiento del monarca marroquí, que supone un enfrentamiento bélico colonial, pone en situación peligrosa su futura corona. Y como nuestro esperanzado rey además de ser campechano también es listo para sobrevivir, manda a su querido amigo, quien igualmente se jugaba con la corona su oneroso futuro, Manuel de Prado y Colón de Carvajal, a pedir ayuda a Kissinger. Funciona, y llegan a un acuerdo que permite respirar profunda y tranquilamente al príncipe Juan Carlos y a su amigo de juventud Manuel de Prado. El futuro rey se compromete a entregar el Sahara Español a Marruecos a cambio del apoyo político americano como Rey de España.
Aun así, ya hecho el regalo, el príncipe en funciones de rey, hace el paripé de ir a primeros de noviembre a apoyar a los saharauis y decirles que el ejército está con ellos y lucharan hasta el fin. Ahí ya hacía uso por adelantado del artículo 64 de la todavía no redactada Constitución en el que se le otorga el don y la virtud de la inviolabilidad y la irresponsabilidad. Ese artículo no habla de la ética pero entra dentro del paquete de las virtudes reales sobre las que poder brincar sin temor.
Así de franca, ilustre y transparente empezó su andadura el príncipie como gobernante antes de su coronación. Así se inició haciendo lo que mejor sabe hacer: buenísimos amigos que, con su campechanismo, le reportaron, tiempo después, cuando ya tenía la corona sobre su cabeza y un artículo 64 blindándole sus espaldas, buenísimos beneficios además de la soberanía. Con los jeques de Arabia Saudí ha sido inti y ha sacado buenos dividendos de negocios propios y ajenos; y gracias a esta amistad su hija Cristina, desterrada en Ginebra, vive como una princesa respaldada por los saudíes. En Marruecos parece que tiene buenas inversiones también avalado por su amigo Hassán.
Sí, nuestro anterior Rey ha ido por la vida como un Rolls Royce blindado, rodando por distintos caminos sin que nadie ni nada le pueda detener. Ni las distintas y múltiples amantes, ni los varios hijos no reconocidos, ni la verdad del 23F, ni los millones en una cuenta en Suiza (que como Jordi Pujol dice que son herencias paternas), ni su evidente implicación en el caso Noos, ni las revelaciones de la supuesta princesa Corinna, ni sus safaris, ni el dinero público que ha derrochado en sus andanzas, ni, ni, ni…
El Rey emérito ha vivido a su antojo porque rulaba blindado y tenía todos los derechos para ser irresponsable.
¡Ay el día que se levante la veda!, es entonces cuando vamos a conocer de verdad a nuestro flamante Rey emérito, ese tío campechano que entre bromas y chascarrillos ha hecho ‘de su capa un sayo’ y de quien nos han hecho creer que le debemos la salvación del país.
O témpora o mores