Tomás Néstor Martínez
Domingo, 03 de Noviembre de 2019
ENTREVISTA / Ángel Freire, especialista en Lope de Vega

Lope de Vega concluyó en Astorga su viaje al noroeste de España

El pasado miércoles tuvo lugar en Astorga la presentación de la edición crítica, anotada y comentada por Ángel Freire Freire de la comedia de Lope de Vega, 'Los prados de León'.
Dada la importancia de la obra y de la presencia del especialista en nuestra ciudad, Tomás Néstor ha realizado una entrevista para Astorga Redacción

 

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Tomás Néstor Martínez: El motivo de nuestra entrevista es hablar de tu edición sobre ‘Los Prados de León’, un libro o mejor enciclopedia realmente lopesca. Una obra en la cual has tratado, yo creo, hasta lo intratable. Tú conoces a Lope de Vega tanto, que desde hace un tiempo tiene cama en tu casa.

Ángel Freire:
Para mí Lope de Vega es el hombre que no se puede definir, pues tenía tantas vidas; no solamente personales sino literarias. Escribió tanto, viajó tanto, vio tanto, que hasta él mismo se consideró perdido en su patria, siendo su patria su propia vida y su propia alma.

 


Tú sabes que uno de los profesores que tuvimos tú y yo en el Seminario de La Bañeza, José Antonio Carro Celada, también hizo un trabajo sobre Lope de Vega: ‘Santa María de Lope de Vega’.

Recuerdo que José Antonio Carro Celada, al que la última vez que vi me anunciaba una novela que no pudo ver la luz porque nos dejó antes de tiempo, fue un gran profesor de literatura de los que yo tuve.



Y Esteban Carro Celada también.

Su hermano Esteban Carro Celada, a quien tuve de profesor aquí en Astorga, fue otro de los grandes profesores de literatura en mi vida de estudiante, hasta tanto que me permitió leer libros que en aquella época no se podían leer. Se lo agradeceré toda mi vida. Con José Antonio tuve la primera experiencia de cómo se hace un libro; él estaba muy angustiado con las correcciones del libro que has mencionado antes sobre Lope de Vega.



¿Qué has encontrado en Lope de Vega, también en Quevedo, pero hoy nos toca Lope, para que te haya seducido tanto?


Yo quise hacer mi tesis doctoral sobre Lope de Vega porque mi tesina universitaria la había realizado sobre un tema que titulé ‘La Dorotea de Lope de Vega como epítome barroco por excelencia’. En ella llego a sostener que La Dorotea de Lope de Vega es un museo literario del barroco y un testamento literario del propio Lope. Acuciado por Susana Varga, una profesora de la Universidad de Lille, que me mostró que Lope de Vega se adelantaba a los poetas modernistas y simbolistas de siglos posteriores. Entré a saco para ver si realmente había verdaderas imágenes simbólicas, imágenes hiperrealistas. Fue por estos laberintos por que desemboqué en ‘Los Prados de León’.



Vayamos ahora a ‘Los Prados de León’, la comedia que acabas de editar y que presentas en Astorga. Una comedia con tintes muy diversos, de una calidad lírica y dramática insuperable. ¿Qué destacarías en esta obra?

En primer lugar su naturaleza y su carácter barroco. Algunos especialistas la califican de genealógica, otros de histórico legendaria, otros de palatina, de rural; en fin, de tantas maneras... Destacaría fundamentalmente dos aspectos: el primero que es una obra de muchos quilates líricos. Curiosamente cuando Lope de Vega madura solo encuentra cinco de sus obras de las que dice que en ellas el teatro parece madurar. Y entre esas está una de las más olvidadas por la crítica, ‘Los Prados de León’. Y el segundo aspecto, la valoración de Lope y la minusvaloración del público y la crítica actual.

 

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Te voy a dar una serie de datos de la comedia: Flor, aldea imaginaria del norte leonés, dos reyes: Bermudo,  el Diácono y Alfonso, el Casto; dos enamorados locamente Nise y Nuño, origen y nacimiento de ambos que necesitó ser desvelado. Además hay unos intrigantes falsarios, que andan por la Corte como en todas las cortes; una época, finales del siglo VIII y primer tercio del siglo IX. ¿Qué más le falta a esta comedia?

Nada. Primero, que se trata de una comedia histórica, Bermudo el Diácono y Alfonso el Casto son dos reyes que pasaron por Astorga, eso es histórico y está en las crónicas y bien documentado. Segundo, el amor de estos dos jóvenes Nuño de Prado y Nise a los que yo añadiría además las bellas geografías de la montaña oriental leonesa… A mí me picó la curiosidad y fui a recorrer aquellos valles, Peñacorada y otros. Lope de Vega lo más lejos que vino hacia el noroeste fue precisamente a Astorga. Cuando divisó las montañas aquellas, yo no sé lo que le parecería, pero supo como poeta describir lo que no vio. Entonces esa ficción desbordante parece que repudia hasta el vacío y si fuera menester pudiera hasta incluirlo.



Ese es el fondo de su buena poesía. Por cierto,  los reyes leoneses tenían costumbre de ir a cazar frecuentemente y entre caza y caza aprovechaban el tiempo en otras labores creativas, por decirlo de alguna manera.

Es curioso porque las dos comedias de Lope que suceden en el Reino de León en ellas siempre hay una ‘tarde a caza’. Una tarde en que ‘va a caza’ el rey,  en ‘Los Benavides’ y en esta ‘Los Prados de León’. Esa “tarde a caza” siempre se encuentra con una buena moza, que estaría guardando ánades en un prado; de ahí que Nuño, que no tenía apellidos, llegará a ser Nuño de Prado.

 

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Y de ahí viene el origen de una familia noble que mandó, gobernó y abusó de una época, un territorio y unas gentes. Nace mitológicamente el nombre, ¡claro!.

A Lope de Vega, al que siempre se le ha acusado de escribir mucho, tenía que mantener sus numerosos hijos, amantes, esposas; necesitaba trabajar mucho y buscarse mecenas y protectores;, y entre ellos seguramente en ese siglo la protección de una de las familias más poderosas de España, y por supuesto de las más poderosas del Viejo Reino de León, la de los Marqueses de Prado. Y por eso es precisamente un pueblecito llamado Renedo de Valdetuéjar donde se sitúa posiblemente la aldea Flor de la obra, que está en el valle del Tuéjar, muy cerquita de la iglesia de la Velilla, por donde pasa el Camino de Santiago y donde los  Marqueses de Prado eran dueños y señores; no muy buenos dueños y señores, puesto que ese valle ha pasado a la historia y es conocido como ‘Valle del Hambre’.



¿Crees que Lope escribe este tipo de comedias para autopromocionarse?


Lope de Vega tuvo la ambición frustrada de ser cronista real, cosa muy importante en aquella época. Y de hecho, en alguna ocasión lo fue; cuando acompañó al duque de Sesa y a otros señores importantes de la Corte para asistir en Valencia a las famosas bodas del rey que duraron meses. Era de hecho cronista de estos grandes hombres de la Corte, pero no cronista real. Pues claro, cuando escribía estas comedias lo hacía para autopromocionarse. ¡Cuidado!; venía a decir… yo también sé historia; puedo ser cronista real.



¿Crees que realmente convierte en arte todo lo que toca? Porque la historia que Lope introduce en sus comedias es más bien una historia vista desde el punto de vista del arte. Es una historia artística, no una historia real o, en palabras de Aristóteles, la historia es lo que es y el arte es lo que debiera de ser, ¿tú crees…?


Hay un señor que se llama ‘Chasca’, gran hispanista del siglo XIX, que llega a decir que Lope además del tópico de ‘escritor más fecundo de la historia de la literatura’, debería añadirse otro tópico, ‘también es el mayor imitador de la historia’, tomándola a esta para hacer arte. Es más que Shakespeare, llega decir este señor. Además hay que tener en cuenta que en el barroco Aristóteles y su teoría de la imitación eran como la Biblia.

 

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Otra cosa que me parece importante en tu trabajo es la cantidad de notas a pie de página, que constituyen muchas de ellas auténticos libros. Hay, por decirlo así, como doce libros dentro de este libro. En esas notas, además de historia, leyendas y curiosidades de épocas diferentes, están esas otras leyendas que siguen apareciendo en los libros como historia auténtica.

La Zuiza, por ejemplo. El famoso tributo de las ‘Cien doncellas’ que figura como si el rey Mauregato, para ser elegido rey y suplantar a Alfonso II el Casto, le hubiera pedido a Abderramán que le echara una mano, y a cambio le facilitaráa las 100 chicas más bonitas del reino. Cuando se trata el tema de la imitación artística de la Historia y  cuando te acercas a la Historia con estas notas que tú dices... intento aclarar que no todo lo que se dice en estas crónicas es cierto. Si uno deja las crónicas de Castilla, de León y Castilla, y se va a las crónicas árabes de la misma época, entonces en el cotejo verás que con respecto al ‘Tributo de las cien doncellas’ no se habla para nada de doncellas, se habla de caballos, de armas. Pero bueno, las doncellas, la batalla de Clavijo, Santiago Matamoros… ¡Hasta el mismo Santiago vino a España en una barca de piedra! Son pura mitología; ¡y vete tú a saber a quién abrazamos en Santiago de Compostela o quién será  el enterrado en el supuesto  sepulcro del Santo.



La erudición y el trabajo que contiene ‘Los Prados de León’ es impresionante. ¿Cuántas bibliotecas tanto nacionales como extranjeras, cuántos cronicones, cuántas leyendas has llegado a consultar?

Cuando Rogelio Blanco me dijo que tenía que preparar esta edición, no sabía cómo planteármela. Podía haber hecho una edición crítica con los formalismos y la metodología  de la Universidad, con notas muy escuetas y no tan precisas que fueran dirigidas tanto a profesores como a estudiantes universitarios; podía haber escrito una obra para un público más en general, donde tendría que incluir más detalles, explicar, ser pedagógico; para ello tendría que haber tratado de escribir una introducción más larga, con notas muy explicativas incluso repetitivas, etcétera, etcétera. Y entonces me dije: si la obra es una comedia histórica, una comedia amorosa, una comedia legendaria, una comedia genealógica, palatina, barroca, pues es de ahí de donde afloran todos esos libros. Y la parte que a mí más me gusta es la que yo planteé sin demasiada prudencia sobre la presencia que tienen en la obra los cuatro elementos de la materia según indica Gaston Bachelard. Y quedé realmente asombrado; lágrimas, fuente, fuego, aire, árbol son elementos cuyo contenido y significación en el texto de Lope es impresionante, impresionante.



Juan Manuel Rozas sugiere una división de la obra de Lope de Vega en cinco etapas, y cada una con nombre de cada una de las mujeres que más significaron en su vida. ¿Tú crees que así se podría abarcar realmente la obra de Lope?

Sí, yo pienso en esta comedia donde hay dos primas reales, doña Jimena y doña Blanca, casaderas, que chismorrean mucho entre ellas; Nise, la enamorada platónica de Nuño de Prado, que resultó no ser tan villana como pareciera sino oculta hija de Infanta. Si uno de los cánones de la literatura barroca era la transmisión, la transcripción lírica de un vivir y, en el propio vivir, del ingenio pues Lope tuvo muchas ‘Nises’, sobre todo la última, Marta de Nevares, ciega la pobre; y otras muchas amantes muchas doña Blanca, doña Jimena etcétera.

 

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Estaríamos horas y horas hablando de Lope, porque sé que tanto Brigitte y tú lo habéis acogido en casa, y le tenéis allí una silla a la hora de comer y… ¡que aparezca cuando quiera o cuando pueda!. Y para finalizar, aún me quedan muchas preguntas y alguna duda. El futuro, siempre el futuro; ¿y tu futuro con Lope de Vega?

Pues mi futuro con Lope, empleando una palabra muy de por aquí, es que ya me enredaron con la edición de otra comedia y tengo que avanzarte que las tres primeras escenas de esa comedia ya están transcritas y bastante avanzadas. Se trata de ‘Los Benavides’, una comedia de Lope de Vega, también muy bonita, que se recrea en Benavides de Órbigo,  en Vivar y en León, en lo que pudo haber sido el palacio del rey Ramiro.

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