Historia ¡qué historia!
![[Img #46986]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2019/1856_57449405.jpg)
La culpa de todo la tienen los múltiples, diversos y desastrosos sistemas educativos que han venido llenando las aulas escolares de nuestro país a través de los tiempos.
En la época franquista, coherente con el sistema de gobierno que ejercía el Generalísimo, se borró del mapa escolar completamente el siglo XX. Lo único que se nos transmitía era que los rojos habían tratado de comerse a los españoles y el valiente Francisco Franco nos había salvado de las fauces del comunismo, o sea, de esos rojos. Aquello de los rojos siempre me sugería algo misterioso. Nunca se explicaba muy bien el porqué de llamarles rojos. Si nos hubieran hablado de azules y rojos, por ejemplo, por la misma comparación y contraste hubiéramos entendido que se trataba de un juego de colores, pero se hablaba de nacionales y rojos, eso en las cuatro líneas escolares sobre la sangrienta guerra civil. Claro, aquello de rojos se asimilaba con la sangre y, en la impronta colegial, el rojo/sangre con rojos/ sangrientos. Los rojos eran como los monstruos medievales que cortaban cabezas a diestro y siniestro. Asimilar rojo a lo malvado era lo más suave.
Y ¿antes de la guerra? Bueno yo creo recordar que la Hª de España se acababa con los Reyes Católicos, y después un gran salto hasta la expulsión de Napoleón de la Península. Hasta los valientes españoles que echaron a la hoguera a los cultos afrancesados como si se trataran de brujas del aquelarre y, como consecuencia, recibimos con honores a nuestro ‘querido’ rey español y Borbón, Fernando VII. Hasta aquí. Fin de la Hª. A partir de aquí pocas y sucintas líneas generales para cada etapa. Todo muy de corrido hasta llegar a Franco, su Carmen Polo y sus pantanos.
De la actuación del rey felón, Fernando VII, que traicionó a los españoles, que prometió acatar la Constitución para poder volver al país y luego, cuando estuvo en el Poder, la eliminó con todo el descaro del mundo y se cargó a todos los políticos que la avalaban (gran traidor y assaz fatuo, tan poco ilustrado como su descendiente Isabel II). De los chanchullos y manipulaciones políticas del siglo XIX. De las nefastas actuaciones de Alfonso XIII. De la Dictadura de Primo de Rivera propiciada por el rey. De los motivos y discurso de la guerra civil… NADA, no nos enseñaban NADA.
La Historia en la época franquista hacía hincapié en los Iberos, los Celtas, los Cartagineses y Romanos, los Reyes Católicos y la Conquista de América. Y de ahí a la derrota de Napoleón. Eso era todo.
Bien, pues el hecho de que nuestra Historia Contemporánea haya sido tan ninguneada hasta el punto de que los primeros especialistas en ella hayan tenido que ser los extranjeros, anglosajones sobre todo, y que la guerra civil española no haya sido estudiada y contada en los colegios con la objetividad que debería corresponder, nos lleva a la situación que vivimos. Una gran manipulación de los hechos históricos que cada cual abandera a su antojo y crea falsedades al capricho e interés del momento. Invenciones que a fuerza de repetirlas la gente se las cree porque tiene ese espacio en blanco. Un espacio nunca rellenado con datos objetivos del pasado por lo que esta gente carece de criterio y todo lo que le repitan machaconamente se lo creerá.
Por ejemplo: Se repite hasta la saciedad que Franco nos salvó de ‘las garras del comunismo’, pero… si lo que había en España no era el comunismo, era una Republica con un gobierno por votación, en el que se alternaban conservadores y liberales. Un gobierno legal. A tener en cuenta que una gran mayoría de los desmanes durante la Republica eran provocados por la intransigencia de la derecha política (y de una parte importante de los mandos militares) que no toleraba otra opción que la suya, por lo que se propuso echar abajo cualquier gobierno contrario y, por supuesto, el gobierno del Frente Popular. El miedo a que llegaran los efluvios de la revolución Rusa (miedo generalizado en los gobiernos del mundo) les atenazaba la razón y se volvieron intransigentes con todo lo que no saliera de sus mentes y sus movimientos.
Franco no nos salvó de nada. Franco se salvó a sí mismo y se posicionó en la cúspide porque tenía que resolver sus complejos personales siendo el más poderoso de los poderosos, como le pasó a Hitler y les pasa a todos aquellos que tienen un afán desmesurado de poder y necesitan arrasar a todos los que le hagan sombra o se opongan a su paso para sobresalir sólo ellos. Franco acabó con los desbarajustes políticos y sociales en los que estábamos sumergidos no por una política inteligente, no por sus excelsas cualidades o ser un estadista, NO. A Franco se le agradece que trajera la paz al país sin contar que él participó en soliviantar la paz establecida para luego, por la fuerza, establecer su paz, la paz que a él le interesaba. Una paz a base de arrasar con cualquier oposición a sí mismo. Eso no es de ser una persona válida e inteligente, eso es de ser una persona astuta y lista para alcanzar su autoestima y su poder, que no es lo mismo. La inteligencia conlleva mesura, sensatez y respeto.
Y siguiendo con el tema que me ocupa, si nos hubieran enseñado la Historia como realmente fue, se habrían diluido los rencores, esos rencores que lejos de desaparecer se acumulan con el tiempo, y se habrían reconocido los errores de unos y de otros y todos sabríamos de qué o de quien estamos hablando cuando se habla de Azaña, Besteiro, Indalecio Prieto, Sanjurgo, Mola o Franco. Todos sabríamos quien es quien razonada y objetivamente sin que los juicios dependieran de la carga emocional correspondiente a las creencias de la persona que habla.
Como esto no ha ocurrido podemos leer, por ejemplo, en el Pensamiento Astorgano del 26 de septiembre de 1936 “En virtud de la sentencia del Consejo de guerra fueron pasados por las armas en León el exjefe interino de la Guardia Municipal de aquella capital, Aquilino de la Huerta y Manuel Rodriguez, ambos reos del delito de auxilio a la rebelión”. Es decir, las personas fieles a la democracia y al poder constituido eran fusilados por los auténticos rebeldes (franquistas) acusados de auxilio a la rebelión. Una fórmula que no acabo de entender. Creo que debe de tratarse de esa fórmula que en psicología llaman ‘proyección’ que consiste en colocar al de enfrente tus ‘asuntos’ creyendo que con eso te liberas, es decir, ‘echar balones fuera’. Lo suyo hubiera sido inculparles por ser rebeldes a los rebeldes. Con estos continuos comunicados de los sublevados en los que asignaban la palabra ‘rebelde’ a los que se defendían de la rebelión lograban introducir la manipulación de opinión para la posteridad.
Y así tenemos que oír cosas como estas a la ultraderecha. ”La guerra civil la provoca un partido que sigue existiendo actualmente con las mismas siglas PSOE. Puede haber alguien que opine que la guerra civil la provocó quienes se levantaron el 18 de julio.” ¿? “La Ley de Memoria histórica es un ataque a la libertad además de un insulto a la inteligencia.” ¿? Y lo peor es que hay mucha gente que les cree, gente que no ha leído nunca nada serio sobre la Historia de nuestra guerra, gente que se cree las arengas sin cuestionarse nada, gente que necesita sentirse parte integrante de una ‘masa’ que le ‘arropa’ mental y políticamente sin necesidad de ahondar en el pensamiento. Esa gente, una gran mayoría de la población, son el caldo de cultivo de las dictaduras, de la manipulación política, de los Vox. Gente que no lee, que no hace esfuerzos mentales, que prefiere dejarse llevar, que esta atocinada con las manipulaciones informativas y las chorradas de las televisiones, gente que no tiene intereses porque nunca les enseñaron a pensar ni a cuestionar, gentes con mente automatizada, dirigida en un contexto medianamente amable, con cierta confortabilidad para evitar la rebeldía.
Este tipo de gente, una gran parte de la población, es el resultado de unas leyes de educación dirigidas expresamente para este resultado. Por eso el listo de Franco lo primero que hizo a medida que avanzaba en sus conquistas territoriales es cargarse, es decir fusilar, a la gran mayoría de los maestros que se encontraba a su paso. Todos los maestros y gran parte de profesores universitarios no adscritos a su “movimiento de salvación” desaparecieron del mapa para poder dirigir él lo que había que enseñar. Ahí empieza la desinformación.
Ni después de la famosa transición se enmendaron las mentiras de la dictadura ni se revisó la enseñanza de la Historia de España por miedos, supongo, a que volviera el espíritu de Franco con su cohorte de moros a rebanarnos el cuello Y así la población postfranquista no tiene ni idea no ya de las mamandurrias de Fernando VII o de su mujer, la regente Mª Cristina, sino de su gobernante más reciente por derecho de armas durante cuarenta años: el autoproclamado Generalísimo de todos los Ejércitos: Don Francisco Franco Bahamonde. Y acabo con un ¡Viva España! (porque todos queremos que España viva holgadamente, sea feliz y no tenga problemas, no sólo los que con ese grito se creen que son los únicos que desean lo mejor para España. El deseo obviamente es de todos los españoles).
O témpora o mores
La culpa de todo la tienen los múltiples, diversos y desastrosos sistemas educativos que han venido llenando las aulas escolares de nuestro país a través de los tiempos.
En la época franquista, coherente con el sistema de gobierno que ejercía el Generalísimo, se borró del mapa escolar completamente el siglo XX. Lo único que se nos transmitía era que los rojos habían tratado de comerse a los españoles y el valiente Francisco Franco nos había salvado de las fauces del comunismo, o sea, de esos rojos. Aquello de los rojos siempre me sugería algo misterioso. Nunca se explicaba muy bien el porqué de llamarles rojos. Si nos hubieran hablado de azules y rojos, por ejemplo, por la misma comparación y contraste hubiéramos entendido que se trataba de un juego de colores, pero se hablaba de nacionales y rojos, eso en las cuatro líneas escolares sobre la sangrienta guerra civil. Claro, aquello de rojos se asimilaba con la sangre y, en la impronta colegial, el rojo/sangre con rojos/ sangrientos. Los rojos eran como los monstruos medievales que cortaban cabezas a diestro y siniestro. Asimilar rojo a lo malvado era lo más suave.
Y ¿antes de la guerra? Bueno yo creo recordar que la Hª de España se acababa con los Reyes Católicos, y después un gran salto hasta la expulsión de Napoleón de la Península. Hasta los valientes españoles que echaron a la hoguera a los cultos afrancesados como si se trataran de brujas del aquelarre y, como consecuencia, recibimos con honores a nuestro ‘querido’ rey español y Borbón, Fernando VII. Hasta aquí. Fin de la Hª. A partir de aquí pocas y sucintas líneas generales para cada etapa. Todo muy de corrido hasta llegar a Franco, su Carmen Polo y sus pantanos.
De la actuación del rey felón, Fernando VII, que traicionó a los españoles, que prometió acatar la Constitución para poder volver al país y luego, cuando estuvo en el Poder, la eliminó con todo el descaro del mundo y se cargó a todos los políticos que la avalaban (gran traidor y assaz fatuo, tan poco ilustrado como su descendiente Isabel II). De los chanchullos y manipulaciones políticas del siglo XIX. De las nefastas actuaciones de Alfonso XIII. De la Dictadura de Primo de Rivera propiciada por el rey. De los motivos y discurso de la guerra civil… NADA, no nos enseñaban NADA.
La Historia en la época franquista hacía hincapié en los Iberos, los Celtas, los Cartagineses y Romanos, los Reyes Católicos y la Conquista de América. Y de ahí a la derrota de Napoleón. Eso era todo.
Bien, pues el hecho de que nuestra Historia Contemporánea haya sido tan ninguneada hasta el punto de que los primeros especialistas en ella hayan tenido que ser los extranjeros, anglosajones sobre todo, y que la guerra civil española no haya sido estudiada y contada en los colegios con la objetividad que debería corresponder, nos lleva a la situación que vivimos. Una gran manipulación de los hechos históricos que cada cual abandera a su antojo y crea falsedades al capricho e interés del momento. Invenciones que a fuerza de repetirlas la gente se las cree porque tiene ese espacio en blanco. Un espacio nunca rellenado con datos objetivos del pasado por lo que esta gente carece de criterio y todo lo que le repitan machaconamente se lo creerá.
Por ejemplo: Se repite hasta la saciedad que Franco nos salvó de ‘las garras del comunismo’, pero… si lo que había en España no era el comunismo, era una Republica con un gobierno por votación, en el que se alternaban conservadores y liberales. Un gobierno legal. A tener en cuenta que una gran mayoría de los desmanes durante la Republica eran provocados por la intransigencia de la derecha política (y de una parte importante de los mandos militares) que no toleraba otra opción que la suya, por lo que se propuso echar abajo cualquier gobierno contrario y, por supuesto, el gobierno del Frente Popular. El miedo a que llegaran los efluvios de la revolución Rusa (miedo generalizado en los gobiernos del mundo) les atenazaba la razón y se volvieron intransigentes con todo lo que no saliera de sus mentes y sus movimientos.
Franco no nos salvó de nada. Franco se salvó a sí mismo y se posicionó en la cúspide porque tenía que resolver sus complejos personales siendo el más poderoso de los poderosos, como le pasó a Hitler y les pasa a todos aquellos que tienen un afán desmesurado de poder y necesitan arrasar a todos los que le hagan sombra o se opongan a su paso para sobresalir sólo ellos. Franco acabó con los desbarajustes políticos y sociales en los que estábamos sumergidos no por una política inteligente, no por sus excelsas cualidades o ser un estadista, NO. A Franco se le agradece que trajera la paz al país sin contar que él participó en soliviantar la paz establecida para luego, por la fuerza, establecer su paz, la paz que a él le interesaba. Una paz a base de arrasar con cualquier oposición a sí mismo. Eso no es de ser una persona válida e inteligente, eso es de ser una persona astuta y lista para alcanzar su autoestima y su poder, que no es lo mismo. La inteligencia conlleva mesura, sensatez y respeto.
Y siguiendo con el tema que me ocupa, si nos hubieran enseñado la Historia como realmente fue, se habrían diluido los rencores, esos rencores que lejos de desaparecer se acumulan con el tiempo, y se habrían reconocido los errores de unos y de otros y todos sabríamos de qué o de quien estamos hablando cuando se habla de Azaña, Besteiro, Indalecio Prieto, Sanjurgo, Mola o Franco. Todos sabríamos quien es quien razonada y objetivamente sin que los juicios dependieran de la carga emocional correspondiente a las creencias de la persona que habla.
Como esto no ha ocurrido podemos leer, por ejemplo, en el Pensamiento Astorgano del 26 de septiembre de 1936 “En virtud de la sentencia del Consejo de guerra fueron pasados por las armas en León el exjefe interino de la Guardia Municipal de aquella capital, Aquilino de la Huerta y Manuel Rodriguez, ambos reos del delito de auxilio a la rebelión”. Es decir, las personas fieles a la democracia y al poder constituido eran fusilados por los auténticos rebeldes (franquistas) acusados de auxilio a la rebelión. Una fórmula que no acabo de entender. Creo que debe de tratarse de esa fórmula que en psicología llaman ‘proyección’ que consiste en colocar al de enfrente tus ‘asuntos’ creyendo que con eso te liberas, es decir, ‘echar balones fuera’. Lo suyo hubiera sido inculparles por ser rebeldes a los rebeldes. Con estos continuos comunicados de los sublevados en los que asignaban la palabra ‘rebelde’ a los que se defendían de la rebelión lograban introducir la manipulación de opinión para la posteridad.
Y así tenemos que oír cosas como estas a la ultraderecha. ”La guerra civil la provoca un partido que sigue existiendo actualmente con las mismas siglas PSOE. Puede haber alguien que opine que la guerra civil la provocó quienes se levantaron el 18 de julio.” ¿? “La Ley de Memoria histórica es un ataque a la libertad además de un insulto a la inteligencia.” ¿? Y lo peor es que hay mucha gente que les cree, gente que no ha leído nunca nada serio sobre la Historia de nuestra guerra, gente que se cree las arengas sin cuestionarse nada, gente que necesita sentirse parte integrante de una ‘masa’ que le ‘arropa’ mental y políticamente sin necesidad de ahondar en el pensamiento. Esa gente, una gran mayoría de la población, son el caldo de cultivo de las dictaduras, de la manipulación política, de los Vox. Gente que no lee, que no hace esfuerzos mentales, que prefiere dejarse llevar, que esta atocinada con las manipulaciones informativas y las chorradas de las televisiones, gente que no tiene intereses porque nunca les enseñaron a pensar ni a cuestionar, gentes con mente automatizada, dirigida en un contexto medianamente amable, con cierta confortabilidad para evitar la rebeldía.
Este tipo de gente, una gran parte de la población, es el resultado de unas leyes de educación dirigidas expresamente para este resultado. Por eso el listo de Franco lo primero que hizo a medida que avanzaba en sus conquistas territoriales es cargarse, es decir fusilar, a la gran mayoría de los maestros que se encontraba a su paso. Todos los maestros y gran parte de profesores universitarios no adscritos a su “movimiento de salvación” desaparecieron del mapa para poder dirigir él lo que había que enseñar. Ahí empieza la desinformación.
Ni después de la famosa transición se enmendaron las mentiras de la dictadura ni se revisó la enseñanza de la Historia de España por miedos, supongo, a que volviera el espíritu de Franco con su cohorte de moros a rebanarnos el cuello Y así la población postfranquista no tiene ni idea no ya de las mamandurrias de Fernando VII o de su mujer, la regente Mª Cristina, sino de su gobernante más reciente por derecho de armas durante cuarenta años: el autoproclamado Generalísimo de todos los Ejércitos: Don Francisco Franco Bahamonde. Y acabo con un ¡Viva España! (porque todos queremos que España viva holgadamente, sea feliz y no tenga problemas, no sólo los que con ese grito se creen que son los únicos que desean lo mejor para España. El deseo obviamente es de todos los españoles).
O témpora o mores