Una cincuentena de mujeres de la provincia viven en riesgo acosadas por sus maltratadores
Astorga se prepara para salir en la tarde (20,15 horas) de este lunes a las calles para manifestar su repulsa a la violencia ejercida contra las mujeres de la que son víctimas directas también sus hijos e hijas. El Ayuntamiento se teñirá de color morado para recibir a los y las participantes en la manifestación que parte de la Plaza Mayor para continuar por la calle Pío Gullón, Postas, Santiago, Los Sitios y finalizar de nuevo en la Plaza Mayor donde se leerá el manifiesto.
La jornada ha comenzado en el corazón de la ciudad con un gran lazo construido con zapatos rojos subrayando los nombres de las mujeres asesinadas. Al mediodía ha tenido lugar una conferencia en la Biblioteca Municipal sobre prevención de la violencia de género y educación en igualdad en las familias.
![[Img #47105]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2019/792_77158682_10220371088935783_4720858714087620608_o.jpg)
Cincuenta y cinco mujeres en la provincia viven en riesgo acosadas por sus maltratadores. Es un dato que forma parte de la estadística que en Castilla y León llega a este 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género, con un 6,65 por ciento más de casos activos por maltrato que hace un año, hasta 2.775, y el doble de mujeres en riesgo alto, una docena, y en riesgo extremo, con una.
Tres mujeres han sido asesinadas este 2019 en la Comunidad, una más que el pasado, mientras en España han sido 51 las muertas, también una más que en el 2018.
Este año se han sumado a ese registro Ermelinda, una anciana española de 95 años asesinada el 14 de enero por su marido en Toreno (León); Monika, una joven de 28 años de nacionalidad búlgara a la que mató su pareja en Salas de los Infantes, en Burgos, el 8 de julio; y Josefa, de 55 años, otra española asesinada por su marido en otro municipio burgalés, Villagonzalo Pedernales, en el alfoz de la capital, el 31 de julio. Con esos tres casos se elevan a 51 las mujeres asesinadas por violencia de género en Castilla y León desde que se inició el registro en el 2003.
![[Img #47106]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2019/6304_78465145_10220371088615775_5876022475090821120_o.jpg)
2.775 casos activos de violencia de género en la Comunidad
Los datos del sistema de seguimiento integral de los casos de violencia de género (VioGen), del Ministerio del Interior, a 31 de octubre pasado, son elocuentes: los casos activos por violencia machista sumaron 2.775 en la Comunidad, de los 60.538 que había en España en esa fecha, cuando hace un año eran 2.602 en Castilla y León y 56.707 en el conjunto nacional.
En Castilla y León existen otros 23.258 casos inactivos, frente a los 21.348 de octubre de 2018, un 8,95 por ciento más, que son aquellos que por determinadas circunstancias se considera que temporalmente no es preciso que sea objeto de atención policial, pero que puede reactivarse en cualquier momento.
Del total de casos activos en la Comunidad, una docena tienen un nivel riesgo alto, cuando hace un año eran seis, con media docena de ellos en la provincia abulense, cuatro en la burgalesa y sendos en las de León y Salamanca.
La mujer en riesgo extremo por violencia machista en la Comunidad vive en la provincia de Burgos y necesita un control intensivo de los movimientos del agresor, protección permanente de la víctima y vigilancia, en su caso, de la entrada y salida de los centros escolares de los hijos. En el riesgo alto, la vigilancia es frecuente y aleatoria tanto en el domicilio como en los colegios, con control esporádico del agresor al que se insta a seguir mediante dispositivo electrónico, e insistir en el traslado de la mujer maltratada a un centro de acogida o domicilio familiar en los primeros días.
Otras 248 mujeres están en nivel de riesgo bajo, un 40 por ciento más que hace un año en la Comunidad, y en este caso el control es más ocasional en el lugar de residencia y trabajo, con comprobaciones periódicas de las medidas de protección e incluso el traslado a un centro de acogida.
En otros 952 casos, el 2,36 por ciento menos que a 31 de octubre del 2018, el riesgo es bajo, que conlleva que se facilita a la víctima los teléfonos de las fuerzas de seguridad, tener contactos telefónicos esporádicos con ella, recomendaciones en autoprotección, o su derivación a los servicios sociales, entre otras medidas.
Y finalmente hay otras 1.562 mujeres en las que el riesgo es no apreciado, un 8,17 por ciento más que hace doce meses, y en este caso se facilita a la víctima teléfonos de emergencia y asistencia especializada y medidas de autoprotección.
La jornada ha comenzado en el corazón de la ciudad con un gran lazo construido con zapatos rojos subrayando los nombres de las mujeres asesinadas. Al mediodía ha tenido lugar una conferencia en la Biblioteca Municipal sobre prevención de la violencia de género y educación en igualdad en las familias.
Cincuenta y cinco mujeres en la provincia viven en riesgo acosadas por sus maltratadores. Es un dato que forma parte de la estadística que en Castilla y León llega a este 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género, con un 6,65 por ciento más de casos activos por maltrato que hace un año, hasta 2.775, y el doble de mujeres en riesgo alto, una docena, y en riesgo extremo, con una.
Tres mujeres han sido asesinadas este 2019 en la Comunidad, una más que el pasado, mientras en España han sido 51 las muertas, también una más que en el 2018.
Este año se han sumado a ese registro Ermelinda, una anciana española de 95 años asesinada el 14 de enero por su marido en Toreno (León); Monika, una joven de 28 años de nacionalidad búlgara a la que mató su pareja en Salas de los Infantes, en Burgos, el 8 de julio; y Josefa, de 55 años, otra española asesinada por su marido en otro municipio burgalés, Villagonzalo Pedernales, en el alfoz de la capital, el 31 de julio. Con esos tres casos se elevan a 51 las mujeres asesinadas por violencia de género en Castilla y León desde que se inició el registro en el 2003.
2.775 casos activos de violencia de género en la Comunidad
Los datos del sistema de seguimiento integral de los casos de violencia de género (VioGen), del Ministerio del Interior, a 31 de octubre pasado, son elocuentes: los casos activos por violencia machista sumaron 2.775 en la Comunidad, de los 60.538 que había en España en esa fecha, cuando hace un año eran 2.602 en Castilla y León y 56.707 en el conjunto nacional.
En Castilla y León existen otros 23.258 casos inactivos, frente a los 21.348 de octubre de 2018, un 8,95 por ciento más, que son aquellos que por determinadas circunstancias se considera que temporalmente no es preciso que sea objeto de atención policial, pero que puede reactivarse en cualquier momento.
Del total de casos activos en la Comunidad, una docena tienen un nivel riesgo alto, cuando hace un año eran seis, con media docena de ellos en la provincia abulense, cuatro en la burgalesa y sendos en las de León y Salamanca.
La mujer en riesgo extremo por violencia machista en la Comunidad vive en la provincia de Burgos y necesita un control intensivo de los movimientos del agresor, protección permanente de la víctima y vigilancia, en su caso, de la entrada y salida de los centros escolares de los hijos. En el riesgo alto, la vigilancia es frecuente y aleatoria tanto en el domicilio como en los colegios, con control esporádico del agresor al que se insta a seguir mediante dispositivo electrónico, e insistir en el traslado de la mujer maltratada a un centro de acogida o domicilio familiar en los primeros días.
Otras 248 mujeres están en nivel de riesgo bajo, un 40 por ciento más que hace un año en la Comunidad, y en este caso el control es más ocasional en el lugar de residencia y trabajo, con comprobaciones periódicas de las medidas de protección e incluso el traslado a un centro de acogida.
En otros 952 casos, el 2,36 por ciento menos que a 31 de octubre del 2018, el riesgo es bajo, que conlleva que se facilita a la víctima los teléfonos de las fuerzas de seguridad, tener contactos telefónicos esporádicos con ella, recomendaciones en autoprotección, o su derivación a los servicios sociales, entre otras medidas.
Y finalmente hay otras 1.562 mujeres en las que el riesgo es no apreciado, un 8,17 por ciento más que hace doce meses, y en este caso se facilita a la víctima teléfonos de emergencia y asistencia especializada y medidas de autoprotección.