Eloy Rubio
Viernes, 06 de Diciembre de 2019

Los ritos del solsticio de invierno en Maragatería

El programa cultural 'Abierto en otoño' de Santa Colomba de Somoza comenzaba este viernes con la apertura de las exposiciones de Iablena Petrova 'Tiempos. Bordados y pinturas', y de Nuria Antón 'Recortes. Escultura en hierro; y la conferencia del poeta y etnógrafo José Luis Puerto ‘Ritos y creencias del solsticio de invierno en Maragatería’.

[Img #47294]

 

 

José Luis Puerto comenzó su conferencia ‘Ritos y creencias del solsticio de invierno en Maragatería’ señalando que los ritos de invierno en la parte alta de la comarca o el ciclo de Navidad irían de Nochebuena a los Reyes Magos, lo que también se conoce como el ciclo de los 12 días.

 

En este ciclo de los 12 días hay determinados mitos que llamaron ya la atención de Santiago Alonso Garrote en ‘El habla vulgar en Maragatería y tierra de Astorga’, una fuente etnográfica fundamental para el estudio de la comarca, según José Luis Puerto.

 

Comenzó por las fiestas de Nochebuena y de Navidad, donde el mayor protagonismo corresponde a las mozas. Entonces citó ejemplos de Andiñuela en donde ofrecen un ramo a la Virgen que denominan ‘el enramado’.

 

En Rabanal del Camino, continuaba José Luis, “también preparaban las mozas un ramo a partir de un armante de madera y lo cubrían con un vellón de lana y cosían en él rosquillas, que llevaban a la iglesia. (Arquetípico del mundo mediterráneo esa fusión agraria del cereal y de las rosquillas con el mundo pastoril del vellón de lana). En El Ganso -decía el ponente- son los pastores los que tienen un mayor protagonismo festivo en la Navidad: “van todos el día de la Navidad en grupo a misa con una vela cada uno, además de lo que ellos llamaban ‘el ramo de los pastores’, que lo ofrecen en la misa a San Antonio de Padua. En el momento del ofrecimiento los pastores cantaban…” (Recitó entonces un canto pastoril.) 

 

 

[Img #47292]

 

 

Antes de pasar a la siguiente fiesta de fin de año, Puerto comentó la creencia pagana y antigua de que en Nochebuena se preñan los árboles, “que significa que en el solsticio de invierno, cristianizado en la Nochebuena y en la Navidad, la savia de los vegetales comienza de nuevo a subir… Por eso en Nochebuena los mozos salían a pedir el aguinaldo con cencerras del ganado y una vez que habían terminado de pedir el aguinaldo se iba cada mozo al huerto de su familia y allí ante los árboles sacudía las cencerras, con la intención de que el árbol se despertará”. “Dando Las 12  un gallo cantó, /  la Virgen María el niño a luz dio, /  y se preñan los árboles  / por la gracia de Dios.” , recitaba José Luis Puerto.

 

En Nochevieja y Año Nuevo es el momento en el que los pastores de Maragatería Alta cobran un mayor protagonismo, con tres ritos fundamentales: la petición del aguinaldo en Nochevieja, las comedias y, en la tarde de Año Nuevo, el rito del arado.

 

“En Nochevieja había una ronda de los pastores por todas las casas del pueblo y se entretenían sobre todo donde hubiera alguna moza a pedir el aguinaldo”. Tras la misa de Año Nuevo había también una declamación en público ante todo el pueblo que solía estar situado en el portal de la Iglesia y quienes declamaban se situaban, por decirlo así en el ruedo de la plaza.

 

Era en la tarde de Año Nuevo cuando se realizaba el rito ancestral del arado.

 

 

[Img #47293]

 

 

Los ritos

 

La secuencia del rito del aguinaldo de los pastores sería que “se presentan los pastores con zamarros o zamarras ajustados en torno a la cintura, con una correa llena de cencerros que hacían sonar con un movimiento de las caderas al andar. También llevaban unos zajones de la cintura a la rodilla y de las rodillas a los pies unos leggins. La cara iba o bien cubierta de una careta de piel o bien se la tiznaban. Además llevaban una suerte de cayadas que llamaban el ‘rodraco’ o ‘rodoraco’ para asir de las piernas a las mozas. También llevaban ‘gatiñas’ para picar con ellas a quienes se les acercaran.” Estos pastores eran los zamarros o chanfarrios. Uno de estos pastores era llamado ‘el Blanquillo’, por ir envuelto en una sábana, en la mano un ‘asadore’ para ir ensartando en él los aguinaldos. Solían ir acompañados por el tamborilero.

 

Realizaban también un rito de fecundidad, aclaraba Puerto, cosa que hacía con cada uno de los ritos que describía y que en este artículo, por espacio, omitimos. “Consistía este en un sorteo entre los pastores que son los mozos y las mozas del pueblo, para emparejarse. Si hubiera parejas formales se las hacía coincidir. Van a las casas del pueblo y acompañan la petición con cantares que hacen alusión al rito que realizan.” “Otro elemento de fecundidad -aclaraba el conferenciante-, es que a medida que pedían el aguinaldo pillaban ramos de hiedra que o bien colocaban a la puerta de las casas o en aquellas donde viviera una moza  de las emparejadas por el sorteo, o bien ofrecían al dueño de la casa un ramito de acebo". (Leyó una letra de las que se cantaban en Villar de Ciervos)

 

También comentó el ritual de las comedias. “Esta solía ser declamada tras la misa mayor y se solía hacer ante el pórtico de la iglesia. Eran poemas declamados en público por los pastores, que en clave de humor daban un repaso a todos los acontecimientos ocurridos en el pueblo durante el año último". (Recitó unos versos de comedia recogidos en Rabanal del Camino)

 

 

[Img #47308]

 

 

“El rito del ciclo de invierno maragato que más ha llamado la atención es el llamado rito del arado -apostillaba José Luis Puerto- que se hace para espantar un poco la muerte, para espantar la noche, para que vuelva la luz y germinen los sembrados; para que los ganados traigan nuevas criaturas”.

 

Las secuencias de este rito serían las siguientes: los protagonistas son los pastores o los mozos vestidos de la manera indicada más arriba. Dos de los mozos, que se suelen llamar danzantes o zamarros, iban uncidos a un yugo, como una pareja de bueyes. Otro de ellos, que en algún pueblo adopta la vestimenta de una mujer y se suele llamar la’ Damona’, va guiando la tiva o cabezo del arado por un extremo, la rabera, como si fuera arando. El  lugar donde se realiza el rito suele ser una calle del pueblo, la misma plaza del pueblo, o un descampado donde todo el pueblo asistía como ‘espectadore’. A menudo el suelo estaba lleno de nieve y era como arar en la nieve. Mientras la 'Damona' solía llevar en un brazo una cesta o un escriño habitualmente con ceniza o arena, y en algunos casos con granos de centeno, que iba arrojando sobre los surcos que trazaba el arado, como si de una siembra se tratara. (Otro rito de fecundidad). "Todo ello  en un contexto de alegría, de bromas, de risas, de cantares, de botas de vino que pasaban de mano en mano, etc.", describía de esta manera el rito.

 

Por último quedaría la fiesta de los Reyes Magos que cierra el ciclo de los 12 días. “En ella los mozos adquieren un protagonismo especial, sin que falten las peticiones de aguinaldo, acompañado de cantares. Lo que se recogía se destinaba para una merienda o una cena posterior en casa de alguno de los mozos”.

 

Las secuencias de este rito, describía Puerto, serían las siguientes: “En algunos lugares los mozos imitan las vestimentas y los ritos de los pastores ya descritos… Durante la noche de la víspera recorrían las calles de la localidad entonando cantares de ronda, y era en la mañana de Reyes cuando pedían el aguinaldo por las casas. Los cantares no eran de ronda, sino de petición y las letras y músicas de estos cantares se suelen intercambiar en distintas fiestas.” (Leyó unos cantares de petición del aguinaldo recogidos en Chana de Somoza)

 

La conferencia continuó con las preguntas de la curiosidad de los asistentes.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.