Ada Salas en las Tardes de Autor de la Casa Panero, en Astorga
![[Img #47784]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2020/7433_8464__dsc0124.jpg)
Me pareció un lujo. En Astorga, una ciudad no muy grande, cargada de arte y de atractivo, se ha organizado un ciclo titulado “Tardes de autor 2019/20”, coordinado y presentado por Luis Miguel Suárez. En él diversos escritores hablan y conversan sobre su obra y sus circunstancias. El viernes 10 de enero tenía cita en la Casa Panero, precioso lugar en el que se celebran los actos, la poeta extremeña Ada Salas, premio Hiperión en 1994 y reciente medalla de Extremadura.
Acudí con curiosidad, con ganas de vivir lo que no es habitual y con deseos de evadirme de la rutina de tanta fiesta seguida e impuesta. Salí reconfortado, con esa alegría serena que produce el contacto con el arte.
Ada Salas es profesora de Lengua y Literatura y, en mi opinión y en la de personas más cualificadas que yo, una buena poeta. Ha publicado diversos libros de poemas, el último de los cuales se titula “Descendimiento”, editado por Pre-textos. La obra es el resultado de la contemplación meditada y sentida del cuadro del mismo título del gran pintor flamenco del siglo XV Roger van der Weyden.
La autora leyó varios de sus poemas y relató el proceso de creación del libro. Para que este viera la luz fue necesario un período de silencio interior, de ambientación de su mente con música de Bach y de Händel y de contemplación profunda del cuadro. Poco a poco -me pareció que como quien se deja arrastrar por una fuerza incontrolable- fueron apareciendo ideas, versos, palabras que eran suyas, pero que le sobrevenían como fruto inesperado de esa relación profunda que establecía la poeta con la obra pictórica.
Estoy seguro de que todo acto de creación emerge de nuestro interior, de ese complejo depósito de vivencias que habita en nosotros sin que lo conozcamos del todo. Nos aparecen ideas que son lógicamente nuestras, pero sin que seamos conscientes de que su origen está en nosotros. Algunos lo llaman inspiración. El creador, el escritor, tiene que ser dócil ante lo que fluye de su mente y ser capaz de transmitirlo en palabras que lleguen al lector.
De esta manera, el poeta -y Ada Salas es una buena muestra de ello-, a través de su sensibilidad y de su experiencia cultivada, es capaz de mostrarnos lo que nuestra mirada no acierta a ver, la realidad profunda, esencial, de lo que está ahí delante, pero que sin él no seríamos capaces de ver.
La sala estaba prácticamente llena. En estos tiempos de poca reflexión y de mucho sentimentalismo evasivo, que haya unas decenas de personas con la sensibilidad suficiente para interesarse por la poesía, me resulta grato y esperanzador.
Una ciudad relativamente pequeña, una sala en la que no cabe una multitud, personas atentas y sensibles y una buena poeta logrando con su palabra el interés del auditorio me pareció un lujo. Un inesperado y placentero lujo.
El próximo 6 de febrero acude a este ciclo José Cereijo, gran escritor y magnífico poeta. Es un hondo placer oír su voz y escuchar atentamente sus versos.
Me pareció un lujo. En Astorga, una ciudad no muy grande, cargada de arte y de atractivo, se ha organizado un ciclo titulado “Tardes de autor 2019/20”, coordinado y presentado por Luis Miguel Suárez. En él diversos escritores hablan y conversan sobre su obra y sus circunstancias. El viernes 10 de enero tenía cita en la Casa Panero, precioso lugar en el que se celebran los actos, la poeta extremeña Ada Salas, premio Hiperión en 1994 y reciente medalla de Extremadura.
Acudí con curiosidad, con ganas de vivir lo que no es habitual y con deseos de evadirme de la rutina de tanta fiesta seguida e impuesta. Salí reconfortado, con esa alegría serena que produce el contacto con el arte.
Ada Salas es profesora de Lengua y Literatura y, en mi opinión y en la de personas más cualificadas que yo, una buena poeta. Ha publicado diversos libros de poemas, el último de los cuales se titula “Descendimiento”, editado por Pre-textos. La obra es el resultado de la contemplación meditada y sentida del cuadro del mismo título del gran pintor flamenco del siglo XV Roger van der Weyden.
La autora leyó varios de sus poemas y relató el proceso de creación del libro. Para que este viera la luz fue necesario un período de silencio interior, de ambientación de su mente con música de Bach y de Händel y de contemplación profunda del cuadro. Poco a poco -me pareció que como quien se deja arrastrar por una fuerza incontrolable- fueron apareciendo ideas, versos, palabras que eran suyas, pero que le sobrevenían como fruto inesperado de esa relación profunda que establecía la poeta con la obra pictórica.
Estoy seguro de que todo acto de creación emerge de nuestro interior, de ese complejo depósito de vivencias que habita en nosotros sin que lo conozcamos del todo. Nos aparecen ideas que son lógicamente nuestras, pero sin que seamos conscientes de que su origen está en nosotros. Algunos lo llaman inspiración. El creador, el escritor, tiene que ser dócil ante lo que fluye de su mente y ser capaz de transmitirlo en palabras que lleguen al lector.
De esta manera, el poeta -y Ada Salas es una buena muestra de ello-, a través de su sensibilidad y de su experiencia cultivada, es capaz de mostrarnos lo que nuestra mirada no acierta a ver, la realidad profunda, esencial, de lo que está ahí delante, pero que sin él no seríamos capaces de ver.
La sala estaba prácticamente llena. En estos tiempos de poca reflexión y de mucho sentimentalismo evasivo, que haya unas decenas de personas con la sensibilidad suficiente para interesarse por la poesía, me resulta grato y esperanzador.
Una ciudad relativamente pequeña, una sala en la que no cabe una multitud, personas atentas y sensibles y una buena poeta logrando con su palabra el interés del auditorio me pareció un lujo. Un inesperado y placentero lujo.
El próximo 6 de febrero acude a este ciclo José Cereijo, gran escritor y magnífico poeta. Es un hondo placer oír su voz y escuchar atentamente sus versos.