Indecente pero legítimo
![[Img #47823]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2020/7510_roberto-dsc_0050.jpg)
Recuerdo estar en un cumpleaños y la gente ponerse a jugar a ese jueguecito en el que uno, por ejemplo, dice: “Yo nunca me he tirado por la ventana”, y bebe uno, el que lo haya hecho. “Yo nunca he tenido un gatillazo” y beben todos. Imaginen por un momento al Presidente Sánchez en una situación como esta.
-Yo nunca pactaré con los independentistas. (A beber)
-Yo nunca haré ruedas de prensa sin preguntas de los periodistas. (A beber)
-Yo nunca atacaré la división de poderes. (A beber)
-Yo nunca pactaré con populistas. (A beber)
-Yo nunca formaré un Gobierno de coalición con Iglesias de Vicepresidente. (Bebamos todos)
No nos va a sorprender la falta de escrúpulos y de pudor de Sánchez después de haber llegado al poder de la forma en que lo ha hecho. Capaz de crear cuatro vicepresidencias para diluir a su socio y veintidós ministerios para ser “más resueltos” como él dice, o Redondo o quien escribió su libro o realizó su tesis. Qué sé yo. Desconcierta, en cambio, recordar que son el propio Sánchez y el PSOE los que declararon como peligroso e indeseable en campaña electoral todo lo que hicieron al día siguiente de las elecciones.
Desvirtuar instituciones como la Abogacía del Estado o la Fiscalía no puede llevarnos a nada bueno. Más aun cuando parece que es lo que se pretende: desgastar al único poder que se ha mantenido firme en España; el Judicial. Qué otro motivo existe para colocar de Fiscal General del Estado a tu antigua Ministra de Justicia. ¿Independencia? ¿Gobierno de la dignidad?
Y no se equivoquen: esto no va de bandos ni de trincheras, aunque muchos aspiren a ello. Va de discernir lo verdadero de lo falso, porque lo primero, por mucho que intentemos postergarlo, siempre cae como una hostia.
![[Img #47823]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2020/7510_roberto-dsc_0050.jpg)
Recuerdo estar en un cumpleaños y la gente ponerse a jugar a ese jueguecito en el que uno, por ejemplo, dice: “Yo nunca me he tirado por la ventana”, y bebe uno, el que lo haya hecho. “Yo nunca he tenido un gatillazo” y beben todos. Imaginen por un momento al Presidente Sánchez en una situación como esta.
-Yo nunca pactaré con los independentistas. (A beber)
-Yo nunca haré ruedas de prensa sin preguntas de los periodistas. (A beber)
-Yo nunca atacaré la división de poderes. (A beber)
-Yo nunca pactaré con populistas. (A beber)
-Yo nunca formaré un Gobierno de coalición con Iglesias de Vicepresidente. (Bebamos todos)
No nos va a sorprender la falta de escrúpulos y de pudor de Sánchez después de haber llegado al poder de la forma en que lo ha hecho. Capaz de crear cuatro vicepresidencias para diluir a su socio y veintidós ministerios para ser “más resueltos” como él dice, o Redondo o quien escribió su libro o realizó su tesis. Qué sé yo. Desconcierta, en cambio, recordar que son el propio Sánchez y el PSOE los que declararon como peligroso e indeseable en campaña electoral todo lo que hicieron al día siguiente de las elecciones.
Desvirtuar instituciones como la Abogacía del Estado o la Fiscalía no puede llevarnos a nada bueno. Más aun cuando parece que es lo que se pretende: desgastar al único poder que se ha mantenido firme en España; el Judicial. Qué otro motivo existe para colocar de Fiscal General del Estado a tu antigua Ministra de Justicia. ¿Independencia? ¿Gobierno de la dignidad?
Y no se equivoquen: esto no va de bandos ni de trincheras, aunque muchos aspiren a ello. Va de discernir lo verdadero de lo falso, porque lo primero, por mucho que intentemos postergarlo, siempre cae como una hostia.






