Sábado, 31 de Agosto de 2013

Una casa efímera dedicada al espíritu en la cima del mítico monte Teleno


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La XV ascensión al Teleno que, como en anteriores ocasiones, organiza el editor José Antonio Martínez Reñones, tuvo este año un sentido especial. El arquitecto y poeta Luis P. Carnicero llevó a cabo en la cima del monte tutelar –si lo permite el viento– la construcción efímera de una Casa-Templo para el Fuego, el Agua, la Tierra y el Aire.

Dicha casa, construida con telas, de 3.5 metros de altura y 10 m de longitud máxima,  se alzó a 2.188 metros, como complemento espacial, en el fondo mítico de la 'escalera al cielo' del monte tutelar. Como complemento, se realizó una escenificación poético-musical –titulada ‘Del caos a la contemplación’– que ha sido creada por Luis, con su hijo Diego Carnicero, para flautas, piedras, palos de lluvia y voz.

"En Arquitectura, también son imprescindibles los espacios sin función práctica, dedicados al espíritu, como estos en los que el hombre-mujer, a través de sus formas, o de los vacíos, o de las perspectivas con significantes arquitectónicos y pictóricos que la mirada descubre por el encuentro de sus muros, pueda dialogar con el universo; en este caso, con los cuatro elementos y a través de ellos con lo divino", señala el arquitecto y poeta leonés.

En el dibujo del proyecto –sobre estas líneas– "puede verse la ubicación, dentro de una composición de formas, del habitáculo principal de la casa, que es la caverna de la luz, junto al patio del aire y los distintos y sugerentes lugares que la conforman, diseñados para la palabra, la música y la contemplación", explica el autor.

No es la primera vez que Luis P. Carnicero realiza obras de este tipo. En Madrid representó junto con sus alumnos de la Escuela de Arquitectura su obra Arquisol-Lunatectura, un  recorrido por el 'unipacio y el espaverso', y construyó en Montoro (Córdoba) un cubo rojo de 7 metros, como educación de la visualidad. También ha diseñado escenografías para la Montaña Mágica de Thomas Mann, y para el Fausto de Goethe, entre otras.

Quienes coronaron el Monte Teleno, después de haber partido de Molinaferrera, habiendo seguido el Arroyo del Cabrito, se encontraron con esta construcción transitoria que sólo estuvo en pie una hora escasa y que forma parte del imaginario poético de Luis P. Carnicero, que en su trabajo técnico funde las artes y letras.
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