Delfín Nava, la luz robada y el desconcierto

Comenzó la presentación el editor, José Antonio Reñones, defendiendo la libertad de expresión a propósito de los boicoteos que se vienen realizando contra un libro de claro cariz antifeminista. Dijo que dedicaba este acto a la suprema libertad de que cada cual diga lo que quiera y donde quiera. Pues contra las ideas no se atenta jamás.

Pasó entonces a introducir el libro de Delfín Nava, ‘Opus luciferina. Antología del desconcierto’, una obra de seis libros casi todos inéditos. Señalaba que es un libro de la luz, de la luz robada. Discrepó del título, pues no hacía justicia a su contenido. Un título para gente muy culta y que a primera vista recuerda a Satanás, siendo el tema Lucifer. La gente entonces se queda con la cosa satánica cuando en realidad de lo que habla es de Prometeo, del Titán que robó a los dioses para favorecer a la humanidad y cuyo representante en la cultura judeocristiana es el Ángel caído.

Intervino seguidamente Fernando Carlos Pérez, que resaltó en la obra una serie de aspectos, varias personalidades: El primero de ellos, “el papel de cronista de esos pueblos de la España vaciada, como cronista de un tiempo que pasó, de unas gentes con otros valores, con otro estilo de vida, en la que no tenían ego. Una cosa que ahora le sobra todo el mundo. Se trata de una memoria de años oscuros, de años difíciles, de dificultad y de pobreza, de mucho esfuerzo y de mucho sacrificio de generaciones anteriores que sacaron a las nuestras adelante."

Otra faceta que señalaba es la de maestro. La de alguien que se ha dedicado a la docencia, a transmitir, a enseñar. "Se nota también que es filólogo -decía Fernando- pues sabe jugar con el lenguaje, siendo un maestro de la metáfora". Afirmaba que este escrito le semejaba un diccionario de palabras condenadas a desaparecer, moribundas a las que se les diera nueva oportunidad.

También apreciaba Fernando Carlos Pérez, la parte de chamán de Delfín, que conecta con las entrañas de la tierra, con el cosmos. “Es un libro con vocación de universo”, sentenciaba con rotundidad. Otra faceta que destacaba el presentador es la del romanticismo, “es un romántico Delfín, casi un seductor. Es un romántico y como buen romántico, se pasea por la nostalgia. A veces hasta es capaz de embridar un poquito la melancolía”. Un nuevo aspecto es la empatía con los débiles: “podría decirse que tiene un pensamiento justo con los débiles, con los caídos con los expulsados del cielo, con los parias de la tierra, con los expulsados de la sociedad”. También, seguía diciendo Fernando, hay un rechazo muy importante a como se ha ido conformando la sociedad actual. Añadía que Delfín es un provocador, prueba de ello era el atreverse a presentar en la ciudad de Astorga, con poderoso episcopado, este libro con el Ángel caído en la portada.

Delfin, sentenciaba como colofón Fernando, “como suelen hacer los poetas, en este libro se ha desnudado. Este libro contiene a Delfín. Se ha desnudado de alma para abajo, no de cintura. Y aquí presenciamos también sus rotos y sus descosidos, y el modo en que los ha ido superando, reconciliándose consigo mismo y con muchas de las cosas que a lo mejor ha juzgando erróneas a lo largo de la vida. Es en definitiva este libro es un testamento”. “Esta antología -acabó diciendo- representa un antes y un después en el lugar que tenga en las letras españolas Delfín. Los beneficiarios de este testamento somos nosotros, pues este legado aquí nos queda. Y eso es otro rasgo de su generosidad. Aprovechémonos de él, pues para un buen caldo. Delfín, sí da.”

A continuación, Delfín, leyó un ramillete de poemas de su libro. Inmediatamente después hubo lugar preguntas y un animado y humorístico interrogatorio.