Antonio Martínez Fuertes
Miércoles, 18 de Marzo de 2020
Los sabios de la tribu (Respuesta a Tomás Valle 'La estupidez y otros asuntos')
Cuando leí su artículo ‘La estupidez y otros asuntos’, señor Tomás Valle, me hizo pensar en lo estúpido de una larga perorata para acabar insultando a personas de manera graciosilla, con motes, y como no queriendo dar la cara frente a sus palabras.
No creo necesario un largo discurso para acabar ofendiendo a todo el país, a todo el Estado. Si tenemos la conciencia y el deber, de que el Presidente del gobierno es de todos, como lo es la bandera, no tiene usted porque insultar al Presidente diciendo, ‘el guapo del Falcon’.
Un discurso sobre la estupidez, desde una cátedra que le queda grande. Carlo M. Cipolla, no es tan solo el autor de ‘Allegro ma non troppo’, me sorprende la erudición de las citas y en especial su discurso hacia un alumnado en el que adopta el papel del historiador de la economía en fases preindustriales. Su atrevimiento roza la presunción, su henchido pecho a un gurú que dirige aires de pentecostés entre sus acólitos. E insisto, para acabar diciéndonos que los grandísimos estúpidos son, desde el de ‘la fotocopiadora’, hasta el presidente, desde ‘los progres del casoplón’, hasta ‘el Telonero’…; insultando de manera poco imaginativa ya que repite lo que dicen a diario los voceros de turno, pero además de manera groserograciosilla.
Como le gusta poner motes, algo muy español. Mire hace unos días, un señor de ésta nuestra ciudad, hablaba en las redes del coronavirus diciendo sobre el científico y epidemiólogo a nivel mundial, Fernando Simón, que este ’Fofito’ no nos iba a resolver nada y que Grande Marlaska es una ‘Flor de loto’… Parece que la estupidez, también se comparte en provincias. El momento no es para hacer gestos de estulticia generadora de odio.
Que puñetera manía de insultar, de buscar apodos, motes; formas que caracterizan a este país. Que desparpajo, que atrevimiento cuestionar a los sabios, cuando uno debería mirarse a sí mismo, se encontrarían las limitaciones intelectuales que tiene, y que tienen tanto gurú, chamán o brujo de la tribu.
![[Img #48654]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2020/910_79637901_10217810586273782_7335266102424895488_o.jpg)
Cuando leí su artículo ‘La estupidez y otros asuntos’, señor Tomás Valle, me hizo pensar en lo estúpido de una larga perorata para acabar insultando a personas de manera graciosilla, con motes, y como no queriendo dar la cara frente a sus palabras.
No creo necesario un largo discurso para acabar ofendiendo a todo el país, a todo el Estado. Si tenemos la conciencia y el deber, de que el Presidente del gobierno es de todos, como lo es la bandera, no tiene usted porque insultar al Presidente diciendo, ‘el guapo del Falcon’.
Un discurso sobre la estupidez, desde una cátedra que le queda grande. Carlo M. Cipolla, no es tan solo el autor de ‘Allegro ma non troppo’, me sorprende la erudición de las citas y en especial su discurso hacia un alumnado en el que adopta el papel del historiador de la economía en fases preindustriales. Su atrevimiento roza la presunción, su henchido pecho a un gurú que dirige aires de pentecostés entre sus acólitos. E insisto, para acabar diciéndonos que los grandísimos estúpidos son, desde el de ‘la fotocopiadora’, hasta el presidente, desde ‘los progres del casoplón’, hasta ‘el Telonero’…; insultando de manera poco imaginativa ya que repite lo que dicen a diario los voceros de turno, pero además de manera groserograciosilla.
Como le gusta poner motes, algo muy español. Mire hace unos días, un señor de ésta nuestra ciudad, hablaba en las redes del coronavirus diciendo sobre el científico y epidemiólogo a nivel mundial, Fernando Simón, que este ’Fofito’ no nos iba a resolver nada y que Grande Marlaska es una ‘Flor de loto’… Parece que la estupidez, también se comparte en provincias. El momento no es para hacer gestos de estulticia generadora de odio.
Que puñetera manía de insultar, de buscar apodos, motes; formas que caracterizan a este país. Que desparpajo, que atrevimiento cuestionar a los sabios, cuando uno debería mirarse a sí mismo, se encontrarían las limitaciones intelectuales que tiene, y que tienen tanto gurú, chamán o brujo de la tribu.