Soberbio irresponsable
![[Img #48847]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2020/8146_valle-i-ching-013.jpg)
España atraviesa una emergencia nacional debido al hecho de que el número de contagios se haya disparado y a la pasividad irresponsable que ha tenido el Gobierno a la hora de gestionar la crisis del Coronavirus.
El miedo estaba en las calles desde que saltó la alarma en China, luego en Corea del Sur o Japón. Pero cuando crecieron los infectados en Italia de forma descontrolada y aquí aparecían los primeros casos, los españoles nos pusimos a temblar presagiando lo que actualmente estamos viviendo.
Mientras, los coros de sus palmeros pontificaban tonterías y nada de lo que estaba sucediendo parecía inquietar a dirigentes socialistas y podemitas, que nos decían que “no pasaría nada”. Incluso Echenique, el del fraude a la Seguridad Social, escribía tweets cachondeándose de la gente que se quejaba por la nula gestión Sánchez y su tropa. El Gobierno mientras tanto seguía enviando mensaje inadecuados a la ciudadanía a través del coordinador de emergencias Fernando Simón, quien demostrando una descarada sumisión, hablando a los dictados del Ejecutivo y no de la ciencia, calificando la situación como de un ‘riesgo contenido’, anteponía los interés partidistas de PSOE y Podemos, a la salud ciudadana en días clave para atajar la plaga, animando incluso a asistir al desfile del 8-M. Todo ello mientras se cerraban las escuelas, se prohibían competiciones o los profesionales de la medicina se echaban manos a la cabeza.
Solo después de haber perdido el tiempo con escaramuzas, relativizando la alerta por el virus y desinflado los globos morados, el Gobierno fue capaz de apreciar la gravedad de una situación que afecta a la vida de todos y cada uno de los 46 millones de españoles. Una epidemia que según expertos en virus y enfermedades emergentes “es un brote muy grave y peligroso que dejará un número de muertes difícil de determinar”.
El sábado día 14, después de cuarenta y cinco días de ceguera deliberada; con una lentitud y descoordinación que acentuaba la incertidumbre, Sánchez el inconsciente, decretaba con muchísimo retraso el confinamiento de todos los españoles en sus casas, salvo para trabajar y urgencias. Medidas, que se decidieron en una reunión de Gabinete que duró siete horas y que contó con la presencia del iluminado de la coleta, quien no solo se saltó la cuarentena, sino que puso en vilo a un Gabinete ya de por sí frágil de origen, intentando acaparar más margen de poder en la situación de estado de alarma y ante el desconcierto palpable que demostraba el Jefe del Ejecutivo.
El Presidente nos quiso avisar en su alocución, y corrigiendo las declaraciones que venía haciendo su ministra de economía, que “las medidas serían drásticas y con importantes consecuencias”. Se le olvidó decir que hemos llegado a este desastre, por su profunda irresponsabilidad durante mes y medio, tiempo en el que se preocupó más de su imagen de estatuilla política que de hacer frente a una crisis que sitúa a nuestro país en el epicentro de la pandemia.
El pasado día 17, con el país paralizado por la irrupción del virus y como si la idiotez consolara, el Presidente nos dice a los españoles en su comparecencia en la televisión que "Cómo no existen certezas absolutas, como no hay un manual infalible, caben errores. Todos los países los han cometido y al concluir esta batalla los examinaremos y aprenderemos de ellos". Yo pienso que sí hay certezas. Las hay de clara incompetencia, torpeza, egoísmo y frivolidad, resumidas en una imagen: dos de sus ministras y su propia esposa están infectadas por el microscópico bichito.
En esta situación en la que Sánchez merece todo el rechazo, los españoles debemos darle todo el respaldo que necesita como Presidente del Gobierno de España, aplazando el tiempo que sea necesario el juicio a su irresponsabilidad política en el desafío más decisivo que ha vivido el país en décadas. Porque cómo leí hace unos días, “ningún presidente es culpable de un drama sanitario, pero sí lo es de la gestión y desafíos del mismo”.
![[Img #48847]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2020/8146_valle-i-ching-013.jpg)
España atraviesa una emergencia nacional debido al hecho de que el número de contagios se haya disparado y a la pasividad irresponsable que ha tenido el Gobierno a la hora de gestionar la crisis del Coronavirus.
El miedo estaba en las calles desde que saltó la alarma en China, luego en Corea del Sur o Japón. Pero cuando crecieron los infectados en Italia de forma descontrolada y aquí aparecían los primeros casos, los españoles nos pusimos a temblar presagiando lo que actualmente estamos viviendo.
Mientras, los coros de sus palmeros pontificaban tonterías y nada de lo que estaba sucediendo parecía inquietar a dirigentes socialistas y podemitas, que nos decían que “no pasaría nada”. Incluso Echenique, el del fraude a la Seguridad Social, escribía tweets cachondeándose de la gente que se quejaba por la nula gestión Sánchez y su tropa. El Gobierno mientras tanto seguía enviando mensaje inadecuados a la ciudadanía a través del coordinador de emergencias Fernando Simón, quien demostrando una descarada sumisión, hablando a los dictados del Ejecutivo y no de la ciencia, calificando la situación como de un ‘riesgo contenido’, anteponía los interés partidistas de PSOE y Podemos, a la salud ciudadana en días clave para atajar la plaga, animando incluso a asistir al desfile del 8-M. Todo ello mientras se cerraban las escuelas, se prohibían competiciones o los profesionales de la medicina se echaban manos a la cabeza.
Solo después de haber perdido el tiempo con escaramuzas, relativizando la alerta por el virus y desinflado los globos morados, el Gobierno fue capaz de apreciar la gravedad de una situación que afecta a la vida de todos y cada uno de los 46 millones de españoles. Una epidemia que según expertos en virus y enfermedades emergentes “es un brote muy grave y peligroso que dejará un número de muertes difícil de determinar”.
El sábado día 14, después de cuarenta y cinco días de ceguera deliberada; con una lentitud y descoordinación que acentuaba la incertidumbre, Sánchez el inconsciente, decretaba con muchísimo retraso el confinamiento de todos los españoles en sus casas, salvo para trabajar y urgencias. Medidas, que se decidieron en una reunión de Gabinete que duró siete horas y que contó con la presencia del iluminado de la coleta, quien no solo se saltó la cuarentena, sino que puso en vilo a un Gabinete ya de por sí frágil de origen, intentando acaparar más margen de poder en la situación de estado de alarma y ante el desconcierto palpable que demostraba el Jefe del Ejecutivo.
El Presidente nos quiso avisar en su alocución, y corrigiendo las declaraciones que venía haciendo su ministra de economía, que “las medidas serían drásticas y con importantes consecuencias”. Se le olvidó decir que hemos llegado a este desastre, por su profunda irresponsabilidad durante mes y medio, tiempo en el que se preocupó más de su imagen de estatuilla política que de hacer frente a una crisis que sitúa a nuestro país en el epicentro de la pandemia.
El pasado día 17, con el país paralizado por la irrupción del virus y como si la idiotez consolara, el Presidente nos dice a los españoles en su comparecencia en la televisión que "Cómo no existen certezas absolutas, como no hay un manual infalible, caben errores. Todos los países los han cometido y al concluir esta batalla los examinaremos y aprenderemos de ellos". Yo pienso que sí hay certezas. Las hay de clara incompetencia, torpeza, egoísmo y frivolidad, resumidas en una imagen: dos de sus ministras y su propia esposa están infectadas por el microscópico bichito.
En esta situación en la que Sánchez merece todo el rechazo, los españoles debemos darle todo el respaldo que necesita como Presidente del Gobierno de España, aplazando el tiempo que sea necesario el juicio a su irresponsabilidad política en el desafío más decisivo que ha vivido el país en décadas. Porque cómo leí hace unos días, “ningún presidente es culpable de un drama sanitario, pero sí lo es de la gestión y desafíos del mismo”.






