Valdespino de Somoza inunda de sonrisas el cumpleaños de Raúl, su excepcional vecino

Raúl Ares Pérez es un chaval excepcional, muy pocas personas en el mundo son como él porque tiene una enfermedad rara provocada por una mutación del gen SCN1A que regula el canal de sodio. Su cerebro está dañado como consencuencia de las convulsiones de larga duración que sufre desde bebé y que con el crecimiento se han convertido en ausencias. Raúl cumplió este sábado 18 años pero tan solo hace siete que sus padres, María José Pérez Miguélez y Juan Ares Calvo, pudieron ponerle nombre a las crisis que sufría su hijo: Síndrome de Dravet, un tipo de epilepsia severa que provoca la tasa de mortalidad más alta dentro de los primeros diez años de vida. Por eso Raúl, recién estrenada la mayoría de edad, también es una excepción.

El cerebro de este maragato no es como el de la mayoría de jóvenes pero su sonrisa es tan grande como la de un emoticono, la misma sonrisa que quería que tuviera la taza de su cumpleaños, la que nadie en Valdespino podía comprarle por el estado de alarma que ha cerrado las tiendas e impide que salgamos de nuestras casas. 

"¿Qué podemos hacer?", se preguntaron a las 10 de la mañana las mujeres del pueblo... No es difícil imaginar lo que la pregunta provocó: todo el pueblo se puso en marcha para celebrar el cumpleaños. En el grupo de wathsapp comenzaron a surgir ideas y más ideas para regalarle sonrisas a Raúl. Aparecieron fotos del cumpleañero para que el artista del ordenador, David Rodera, creara un vídeo en el que no hizo falta insertar ninguna sonrisa dibujada porque ya estaba la de Raúl. La 'manitas' del pueblo, Zaira, y los 'pinches' Álvaro y Marcos, se las apañaron para hacer una gran pancarta con letras de colores, arcoiris y emoticonos de goma eva con sonrisas. Las gemelas de La Puchaca, Clara y Lucía, buscaron huevos, harina, levadura, azúcar y un yogourt para elaborar un bizcocho redondo con una gran sonrisa de chocolate. La chef del Barrio del Monte, Montse, rebuscó entre sus 'papeles' para improvisar el libro 'Las recetas de Raúl', eso sí, de edición limitada, con el que arrancó la mayor sonrisa al mozalbete que, por cierto, le encanta ser un cocinillas. Y nadie sabe dónde encontró Marta una taza con una sonrisa. Hasta una colonia, cortesía de Goyo y Belén, estuvo entre los regalos.

A la hora de comer el pueblo tenía organizado el cumpleaños, pero un S.O.S. puso al grupo sobreaviso: "no tenemos velas suficientes, ¿quién tiene un 1 y un 8?", y no sólo aperecieron los números-vela sino que también el bizcocho lució un 'Feliz cumpleaños' de colores.

Nadie sabe muy bien cómo (en el pueblo creen que fue la magia de la unión transmitida por todos los vecinos) al levantarse de la siesta Raúl se encontró con la puerta de su casa adornada con globos y la pancarta, y con todos los regalos. En Valdespino no tienen conocimiento de que nadie infringiera el confinamiento, están seguros de que la mediación de Carmen y Fe con los 'duendes' obró el milagro.

"Decía mi abuela que con humildad, voluntad y con corazón se podía hacer cosas por los demás. Ayer se demostró que mi abuela tenía razón. De ser un día triste para Raúl... pasó a ser inolvidable. Muchas gracias de todo corazón", ha escrito este domingo la madre del cumpleañero en el grupo de wathsapp. Al momento, Montse respondía: "Ha sido un lujo que Raúl nos hiciera partícipes de un día tan especial para él, las gracias se las tenemos que dar todos los que tuvimos la suerte de participar y los que no pudieron y les hubiera gustado estar". ¡Gracias Raúl!